Policiales

Los límites de la Política Económica

Un debate actual gira en torno a cuál debe ser el conjunto políticas económicas adecuadas para que la economía Argentina vuelva a crecer. En general entre los economistas existen diferencias profundas pero en el caso argentino, aunque esas diferencias son evidentes, existen algunos consensos. Uno de ellos hace referencia a la calidad de la política económica, por un lado, y los límites que posee por otro. Dejaremos el primer asunto para otro momento y nos concentraremos en el segundo aspecto.

En líneas generales le pedimos a la política económica respuestas que no puede alcanzar debido a un conjunto amplio de aspectos como, por ejemplo, las limitaciones de los instrumentos utilizados, las contradicciones que existen entre los objetivos perseguidos, las demoras o retardos temporales, la historia política, social y económica del país en cuestión, etc. Todos estos aspectos limitan las posibilidades concretas de las políticas económicas condicionándolas y restándole cualquier efectividad.

Argentina es un claro ejemplo de estas limitaciones, los programas económicos son observados por las personas como restricciones que se suponen solo sobrevivirán durante un limitado período de tiempo. Esto último, nos lleva a repensar caminos alternativos. Un camino posible es volver nuestra atención sobre la otra rama de la economía, la microeconomía. En este sentido, puede resultar óptimo concentrarnos en los aspectos que parecen menores pero pueden marcar diferencias sumamente importantes.

Un ejemplo que ilustra lo que acabo de indicar es el estudio reciente realizado por el IARAF según el cual: “Del análisis detallado de las legislaciones tributarias nacionales, provinciales, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de los municipios de las 23 ciudades capitales de provincia, se identificó la existencia de 163 tributos: 40 son del nivel nacional, 41 del nivel provincial y 82 del nivel municipal.”

En un conjunto tan amplio de impuestos es común esperar a los efectos distorsivos propios de toda imposición, superposición impositiva, falta de claridad del sistema, costos altos asociados al cumplimiento de los mismos, etc.

En línea con estas palabras el IARAF agrega: “El dato relevante es que, más allá de la relativamente elevada cantidad de tributos diferentes identificados en las diferentes normativas, la recaudación efectiva en nuestro país se encuentra concentrada en muy pocos instrumentos: IVA, Aportes, Contribuciones a la Seguridad Social, Impuesto a las Ganancias de personas humanas, Impuesto a las Ganancias de sociedades, Ingresos Brutos (IIBB), Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios (cheque), Derechos de Importación y Derechos de Exportación e Impuestos sobre los Combustibles, condensan el 90% de la recaudación tributaria consolidada argentina. Es decir que la recaudación se concentra en 10 tributos, nueve nacionales (algunos coparticipables con las provincias) y uno provincial. En contraposición, los restantes 153 tributos recaudan solamente el 10% del total.”

Todo lo anterior nos lleva a suponer que existe una inmensa área de trabajo en lo que respecta al campo de la microeconomía y, dados los límites que presenta la macroeconomía, la primera puede ser un campo de fecundo trabajo. La cuestión tributaria es solo un ejemplo pero hay vastas áreas a las que podemos prestar atención, como logística, servicios financieros, comercio internacional, estructura arancelaria, etc. Sin dudas hay mucho por recorrer en el esfuerzo por crear una economía más prospera e inclusiva.

(*) Economista, docente universitario y consultor.

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Alejandro Pereyra

Licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Villa María y Doctorando en Economía por la Universidad Nacional de Rosario. Premio de la Academia Nacional de Ciencias Económicas (2009). En la actualidad, Profesor Adjunto en la Universidad Tecnológica Nacional y docente e investigador en la Universidad Nacional de Villa María. Asesor del sector público y privado en el área de Mercados, Finanzas y Política Macroeconómicas.