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Clases presenciales: los niños deben usar un barbijo acorde con su edad

Esta semana las escuelas de Córdoba iniciaron una nueva etapa en pandemia. El 74 por ciento de la matrícula estatal podrá volver a tener clases todos los días. Aunque desde la escuelas indicaron que el regreso a las aulas será progresivo.

El anuncio del Gobierno de Córdoba se da en el medio del avance de la variante Delta del Sars-Cov-2. Se trata de la versión más contagiosa del coronavirus.

La presencialidad plena por la fusión de burbujas se debe a la decisión provincial de reducir el distanciamiento de los alumnos en el aula: de 1,5 metros a 90 centímetros. Para reforzar las medidas de prevención de contagio, el Gobierno de Córdoba anunció el reparto de barbijos tricapa para los alumnos.

Desde el Ministerio de Educación indicaron que la distribución comenzó el viernes y ya alcanzó el 100 por ciento de lo estipulado para la ciudad de Córdoba. Pero desde la Uepc aseguraron que hay retrasos.

BARBIJOS INFANTILES

Los barbijos tricapas, junto con las N95 y las KN95, son los que garantizan un mejor filtrado. Pero también es importante el agarre.

“Siempre se procura que los barbijos cubran bien nariz, boca y mentón, y que sean acordes con el tamaño de cada persona”, asegura Héctor Pedicino, médico pediatra y presidente de la filial Córdoba de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).

La medida estándar del barbijo tricapa es de 9,5 x 17 centímetros. Puede quedar grande para los niños de menos edad. La SAP recomienda estos tamaños:

  • Niños de 3 a 5 años, 5,5 x 13 cm.
  • Niños de 6 a 9 años, 6,5 x 15 cm.
  • Niños 9 a 12 años, 8,5 x 17 cm.
  • Niños mayores de 12 años ya pueden usar el barbijo de adultos.

En farmacias y en otros negocios se venden tapabocas para niños confeccionados con telas. Pero también barbijos infantiles tricapa, cuyas medidas son 9,5 x 14,5 centímetros.

Los barbijos Atom Protect, fabricados a partir de una tecnología antivírica desarrollada por el Conicet, vienen en dos tamaños infantiles: de 6 a 9 años y de 10 a 12 años.

“Las máscaras mal ajustadas son menos efectivas, y es difícil ajustar adecuadamente la cara de un niño pequeño. Incluso las máscaras de tamaño pediátrico son demasiado grandes para los niños más pequeños”, señala un documento de la SAP.

LAS MEDIDAS NO SE REEMPLAZAN

Andrea Pineda Rojas, investigadora del Conicet y una de las autoras del nuevo protocolo del Ministerio de Educación de la Nación, explica que al reducir el distanciamiento entre bancos, como dispuso el Gobierno de Córdoba, aumenta el aforo en el aula.

“Cuantas más personas haya en el aula y cuanto mayor sea el tiempo que comparten el aire, mayor es el riesgo de que haya un brote”, asegura.

Y recuerda que las medidas más importantes para reducir el riesgo de contagio en el aula son el distanciamiento de al menos 1,5 metros, uso de barbijo con buen ajuste a toda la cara y ventilación permanente.

Pineda Rojas advierte que una medida de prevención no reemplaza a otra. “La ventilación no reemplaza el distanciamiento y el uso barbijo, que son fundamentales para reducir el riesgo de contagio en cercanía”, explicó.

El coronavirus puede transmitirse por tres vías.

  • Aérea. El virus puede flotar en el aire de un ambiente cerrado. El distanciamiento y el barbijo reducen el contagio por esta vía, pero la ventilación es la medida clave, en este caso.
  • Directo. La persona infectada expulsa partículas con el virus que impactan directo en la cara de otras personas que se encuentran cerca. El barbijo y el distanciamiento son fundamentales.
  • Superficie. Cuando una persona toca una superficie en la que hay coronavirus, el alcohol en gel y la higiene de manos sirven para evitar el contagio. “No se cree que la transmisión por superficies sea una forma de contagio común”, indica Pineda Rojas.

IMPORTANCIA DE LA VENTILACIÓN

La experta también relativiza otra medida de prevención que se aplica en las escuelas: la medición de temperatura. “No parece ser una medida muy útil, teniendo en cuenta la cantidad de contagios causados por asintomáticos o presintomáticos”, explica.

El protocolo elaborado por Pineda Rojas hace foco en la ventilación. Una forma de saber si un ambiente está bien ventilado es midiendo la concentración de dióxido de carbono (CO2).

“Medir la concentración de CO2 permite controlar si la ventilación es suficiente o regular la apertura necesaria para evitar que haya acumulación de aire exhalado y reducir así el riesgo de tener un evento de supercontagio en caso de que haya una persona infectada en el aula”, explica.

Fuente: La Voz del Interior.