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Entre varones y mujeres hay una brecha salarial del 28%

El escenario laboral sigue siendo un campo de inequidades entre géneros. Así se desprende de un informe del último Boletín de Estadísticas de Género, elaborado por el Observatorio de la Violencia contra las Mujeres del Instituto Nacional de las Mujeres, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, que reporta, a su vez, a Presidencia de la Nación.

De acuerdo con el trabajo, basado en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que realiza el Indec, en el mercado laboral se observan diferencias entre el género masculino y el femenino, en detrimento del segundo. Por caso, en el primer trimestre del año, el 12, 9 por ciento de las mujeres estuvo en situación de subocupación, contra el 9,1% de los varones en igual circunstancia.

Además, el 55% de las personas que no había trabajado en la semana previa a ser consultadas para el relevamiento fueron mujeres, de las cuales el 52,9% tenían formación universitaria completa.

Sin embargo, el dato que quizá deje más en clara la desigualdad es la brecha salarial: el promedio de ingresos totales de los varones en el primer trimestre del año fue de 19.682 pesos, contra 14.124 pesos percibidos por las mujeres, una diferencia del 28%.

La brecha se verifica en todos los segmentos educativos, pero varía en función del nivel de instrucción alcanzado. Asciende al máximo de 46,7% en el caso de las personas con secundario incompleto. Baja a 33,9% en la población económicamente activa que tiene secundario completo; a 33,8% en el segmento de quienes no completaron formación superior o universitaria; a 31,6% entre quienes completaron los estudios primarios; a 29, 4% entre quienes tienen formación superior o universitaria completa; a 23,2% entre las personas que no completaron la educación primaria y a 4,2% en las personas sin instrucción.

Más desigualdades

Del trabajo también se desprende que el 38,3% de los ingresos de las mujeres están concentrados en los primeros tres deciles (es decir, quienes perciben ingresos más bajos), mientras que se da esta situación en el 21,1% de los varones ocupados. Los varones reúnen el 37,4% de los ingresos correspondientes a los últimos tres deciles (quienes perciben ingresos más altos), contra el 23% en el caso de las mujeres.

Leiza Camilo Caro es economista de la consultora Idesa. No participó en el informe del Ministerio de Desarrollo Social, pero sí forma parte del equipo de Idesa que también analiza los datos de la EPH desde una perspectiva de género.

Para Camilo Caro, los datos que trimestralmente arroja la EPH confirman que “las mujeres corren con desventaja en distintas situaciones en el mercado laboral”. Y grafica sólo algunas de estas inequidades: “A la hora de cobrar, la mujer cobra menos; cuando trabaja en su casa, su trabajo es mal remunerado y los números de desempleo en las mujeres con familia son altísimos”.

Para la economista, estas desigualdades son una forma de violencia. “A veces se estereotipan las manifestaciones de violencia y se las circunscribe a las formas físicas o psicológicas, pero también es violento que no valoren tu trabajo o que una persona que tiene las mismas capacidades que vos cobre más. Son situaciones en las que la mujer está en desventaja, es una cuestión de género”, afirma.

Sin embargo, destaca que estas inequidades pueden afectar a los varones; por ejemplo, cuando en parejas heterosexuales con hijos el acuerdo deba ser que el hombre se mantenga en el mercado laboral porque es el que percibe los ingresos más altos.

“Quita opciones a los varones que podrían también ocuparse de los hijos, genera una competencia en la sociedad que no es sana y afecta la convivencia”, dice.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior