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Una elección muy apretada entre Trump y Biden

En medio de un clima de tensión marcado por la pandemia y por el derrumbe económico, y en una elección con participación récord, el presidente de Estados Unidos y candidato a la reelección, Donald Trump, y su rival, el exvicepresidente Joe Bien, peleaban estado a estado para ganar, con un mapa electoral aún parcial que no permitía pronosticar con claridad quién triunfará.

A la medianoche de Argentina, Trump sumaba 118 electores, mientras que Biden alcanzaba 209, ambas cifras muy lejanas de los 270 que necesitan para ganar la presidencia en el Colegio Electoral. Por ahora, ninguno de los estados considerados clave para llegar a la Casa Blanca tenía un ganador claro.

Varios de estos estados ya habían cerrado las mesas y comenzado el escrutinio –como Florida, Georgia y Pensilvania–, pero el escrutinio avanzaba muy parejo y los canales de televisión no se atrevían a proyectar un ganador.

El ejemplo más claro, una vez más, fue la sureña Florida.

Tras un escrutinio rápido que se ralentizó al alcanzar el 90% de los votos, el presidente aventajaba por 2,4 puntos porcentuales al candidato opositor, un resultado parcial que reactivó el optimismo en la campaña oficialista, según Fox News.

Contra lo que anticipaban los sondeos, los republicanos lograron retener el estado de Texas.

Votación anticipada

Con el 64% escrutado, Biden y Trump mantenían un empate técnico, un resultado extremadamente inusual que los analistas atribuían al voto anticipado récord, que en el estado sureño superó el 100% de la participación total de 2016 en ese distrito.

Debido a la pandemia, la votación anticipada se convirtió en un elemento central de esta elección, no sólo en Texas.

Participación récord

Los votantes que sufragaron en persona se sumaron a 102 millones de estadounidenses que votaron por anticipado en las últimas semanas, un asombroso número récord que representa el 73% de la participación total de las elecciones presidenciales de 2016 y que refleja los temores al coronavirus.

La participación total de votantes podría llegar al 67%, el guarismo más alto en más de un siglo. Hace cuatro años votó un total de 139 millones de norteamericanos, el 59,2% de la población en posibilidad de ejercer ese derecho.

Biden, de 77 años, llegó a las elecciones en mejor posición que Trump, ya que tiene muchas más combinaciones posibles de estados que ganar que le permitirían llegar a los 270 votos en el Colegio Electoral, incluso sin Florida, mientras que el republicano, de 74 años, parecía tener en las encuestas un camino más estrecho, aunque no imposible, hacia su reelección.

Trump, acosado por su manejo del coronavirus, comenzó la jornada con gran optimismo, e incluso predijo que su desempeño sería mejor que en 2016, cuando logró la presidencia contra todos los pronósticos imponiéndose en casi todos los estados más decisivos. “Ganar es fácil, perder nunca es fácil, no para mí, no lo es”, expresó con cierta cautela.

Sin embargo, más tarde se mostró exultante en las redes sociales. “Estamos muy bien en todo el país, ¡gracias!”, tuiteó.

Además de las presidenciales, la otra elección que mantenía en vilo a Estados Unidos era la renovación de un tercio del Senado, una serie de comicios que podrían cambiar el color político de la Cámara Alta del Congreso a favor de los demócratas.

Durante los últimos dos años, los republicanos tuvieron una mayoría de 53-47, pero ayer se pusieron en juego 35 bancas, 23 en manos de ellos y 12, de los demócratas.

Apenas cinco bancas habían sido proyectadas por los medios de comunicación y en todas ellas ganó el candidato a la reelección. La victoria más resonante fue la del titular de la bancada oficialista, Mitch McConnell. Con más del 55%, el principal negociador de Trump en el Congreso retuvo su banca, tras enfrentar a la demócrata Amy McGrath, quien recibió una lluvia de dólares de todo el país en una campaña que ganó atención nacional como pocas.

Curiosidad. Una mesa electoral en Florida registró una participación por encima del 100 por ciento. La insólita cifra se dio en el condado de Orange y se debería a que varios residentes se mudaron al lugar después de enviar la lista de votantes.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior