Salud

Rita Bonetto: «El rol de la mujer fue fundamental en la pandemia»

La enfermera que día a día asiste a los abuelos en el Hogar Diehl de Sienra, cumple el rol docente en FASTA y durante la pandemia fue una de las tantas vacunadoras en los operativos de vacunación contra el Covid. En el día de la mujer nos cuenta la importancia de ellas en los equipos de salud.


Mientras los sanfrancisqueños estaban aislados cumpliendo el aislamiento social, preventivo y obligatorio, Rita Bonetto todos los días se dirigía por el camino hacia Plaza San Francisco para cumplir su rol de enfermera en el Hogar Diehl de Sienra. Su vida no cambió sino que continuó siendo el mismo que hace 34 años desde que decidió ser enfermera.

Hoy, en donde se celebra el Día Internacional de la Mujer, DIARIO SAN FRANCISCO dialoga con ella para conocer cómo fue su trabajo durante la pandemia, jornadas intensas y cuidados extremos para no contraer el virus ni llevarlo a su casa para prevenir a su familia.

«Nunca tuve miedo, Recién lo contraje en enero de este año. Es como cuando te llaman a la guerra, te concientizas y vas. Le pones el pecho a lo que viene» comenta.

Sobre el rol de la mujer, cuenta «fue fundamental en la pandemia porque creo que es más contenedora que el varón. Ya por instinto materno uno es más contenedora. Debes equilibrar los sentimientos de quien tenes adelante y manejar los propios porque lleva la carga emotiva».

«A la mañana cada una de las vacunadoras teníamos otro trabajo, a la tarde vacunábamos y luego la familia en la casa con temor a que volvamos con el virus. Un gran compromiso tuvimos poniendo nuestro granito de arena. Es para destacar el compromiso del intendente García Aresca, Bernarte, el Dr. Giacomino como todos los que participamos. Hombro a hombro entre todos para vacunar a toda la ciudad» añade.

Ella debía estar siempre sonriente y concentrada en su labor porque no podía relajarse. «Es como cualquier trabajo. Siempre firme para servir al prójimo. Muchos te decían gracias y yo le respondía gracias a usted que está cuidándose y cuidando al equipo de salud».

«Nos decían que le pusimos el pecho a las balas y no es así, otros colegas estuvieron al frente de la pandemia en los hospitales, clínicas. A nosotros nos tocó la parte más fácil que fue vacunar, prevenir, cuidar, educar. Lo más difícil fue atenderlos, recuperarlos» expresa Bonetto.

Nunca frenó un segundo y se puso a pensar la cantidad de vacunas que colocó, «había distintas vacunas, cada frasco traían 3, 10 o 12 vacunas, entonces nos ponían dos filas según la vacuna que se utilizaba por lo que nunca hice el cálculo de las miles que puse en los diferentes operativos».


Rita Bonetto, una enfermera full time

Sobre cómo colocar o ir ganando confianza en vacunar expresa «vas adquiriendo una técnica que cada cual tiene la suya. Según los adultos le cantábamos, bailábamos, para entrar en confianza y crear un ambiente. Las primeras eran todas con miedo, pensaban que le estamos colocando, si eran experimentos, hubo gente que decía que le quedaba pegada una cuchara por los metales pesados. Ese boca en boca sin información, uno tenia el deber y la obligación de sacarle ese miedo y concientizarlo de que estaban haciendo bien y no se estaban equivocando. Tantas cosas se dijeron de las vacunas». De los niños comenta «más que a los niños, había que tranquilizar a los padres o abuelos que querían sacarle una foto. Era un rol múltiple».

Cuando uno arranca su profesión siempre piensa en el futuro aunque Rita aclaró «jamás uno piensa en algo como sucedió. Tengo 34 años de profesión y son cosas que no se piensan. No se puede predecir. A mis alumnas siempre les digo que en salud 2 + 2 no es 4. A diferentes pacientes no le va a ir los mismos antibióticos ni la misma medicina ni tampoco la misma charla porque cada uno trae su carga emocional. Explicar lo mismo con diferentes palabras o darle vuelta para que entiendan la situación».

¿Qué le marcó como mujer esta pandemia?

«La maternidad, el ser madre de adolescentes y el miedo a que se contagien ellas. Además ver a esas madres embarazadas haciendo cola para ser vacunadas o madres con sus niños discapacitados. Tuve la oportunidad de inocular a la señora de 103 años. Son sentimientos que te movilizan. Recordas esa etapa del embarazo y no siempre la prioridad era para uno por eso siempre en mi caso le daba la mayor importancia. Y la mujer adulta por ser el reflejo de mi madre».

¿Tuvo el reconocimiento que merecía la mujer en todo este tiempo?

Yo creo que fuimos reconocidas aunque no se lo diga. Creo que realmente en este tiempo se reconoció la labor de la enfermera. Siempre está por delante el papel del médico porque indica, medica, el que está pero la que realmente asiste las 24 hs. es la enfermera, la que lo escucha, lo asiste, el que le da la mano, el que contiene a los familiares. Al enfermero, este último año se le dio mucha importancia.

Sí se reconoció el rol de la enfermera dentro del equipo de salud. Es el eslabón indispensable en el resto del equipo interdisciplinario que debe trabajar codo a codo para que salga todo adelante. Cada uno aporta su granito de arena. El rol de la mujer es esencial por la sensibilidad que tenemos.


Bonetto en uno de los tantos operativos en el Superdomo

¿Qué cambió esta pandemia hacia el futuro especialmente para la mujer?

Valoró mucho la familia que tiene. Pasaba muchas horas afuera de mi casa y me di cuenta de la gran familia, los pilastros que tengo en mi casa acompañandome, ayudandome, alentandome, cuidandome. Creo que eso es muy importante, la familia, los compañeros, los superiores que te apoyanj, reconocen, valoran. Tuvo sus cosas malas pero también las buenas.

Fueron dos años muy intensos porque teníamos que actuar y trabajar de otra forma. Primero cuidarnos nosotros, un papel importantísimo en el equipo de salud. Aprendimos a cuidarnos nosotros mismos primero cuando antes más d euna vez levantamos un paciente de 120 kg. sin pensar en tu columna, o sabías que el paciente tenía una enfermedad y lo atendías sin guantes lo mismo. Esta pandemia nos enseñó a cuidarnos bien nosotros mismos para luego seguir cuidando a los demás.

Rita, es el ejemplo de que con vocación, voluntad y solidaridad, siempre se puede ayudar al prójimo.