Policiales

Policías fuera de servicio no estarán obligados a intervenir ante un delito

Al igual que los médicos, los policías deben estar atentos las 24 horas de los siete días de la semana. Cuando dejan el horario oficial y tienen tiempo para ellos mismos, por regla no pueden abandonar el arma y tienen que intervenir si se topan con cualquier situación delictiva.

A esto se lo conoce como «el estado policial»: policías a tiempo completo, aun sin uniformes.

El «estado policial» insta la actuación por parte de los miembros de las fuerzas de seguridad aun fuera del horario de trabajo y la tenencia de armas las 24 horas del día, los 365 días del año,

Por ejemplo, si un agente está de civil cenando en un restaurante con su familia e ingresan delincuentes para asaltar, si puede tiene que identificarse como policía e intentar repeler el robo.

El tema siempre generó una controversia histórica: ¿puede un trabajador estar en «estado de alerta» todos los días del año, a tiempo completo? ¿Cómo afecta esto la psiquis del personal de seguridad? ¿Es necesario que un policía tenga el arma reglamentaria encima aun cuando está fuera de servicio, en tiempo de ocio?

En Argentina, sólo la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) tiene un protocolo que deja de lado el «estado policial»: sus agentes están impedidos de portar el armamento reglamentario fuera del horario de trabajo.

La resolución se tomó a comienzos de 2019 en contramano con una disposición firmada por la anterior ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien en su momento justificó que el personal de seguridad esté armado a tiempo completo.

«El ‘estado policial’ protege a los policías de delincuentes y narcotraficantes. Estos, cuando descubren que son policías, los matan con alevosía por el solo hecho de serlo. Derogarlo es dejarlos sin defensa, es ventaja para el delito», indicó Bullrich cuando la nueva ministra de Seguridad, Sabina Frederic, ordenó que los policías de la PSA no iban a poder llevar sus armas fuera de servicio.

Ahora, con matices, en la provincia de Córdoba, la ley 10.731 de Control Disciplinario de las Fuerzas de Seguridad Pública y Ciudadana, aprobada el pasado 23 de diciembre en la Unicameral, en medio de gruesas críticas de los legisladores opositores sobre el estado actual de la Policía de Córdoba, también suavizó al «estado policial».

En el artículo 32 se dispuso el «cese del deber de intervención». ¿Qué significa esto? «El deber del personal de las fuerzas de seguridad pública y ciudadana de intervenir para evitar cualquier tipo de situaciones riesgosas o de conflictos que pudieran resultar constitutivos de delitos, contravenciones o faltas rige durante su horario de servicio ordinario o complementario. Cuando el personal se encuentre fuera del horario de servicio y tome conocimiento de situaciones que requieran intervención directa debe dar aviso al personal de la fuerza en servicio. El personal que se encuentre en esta situación (fuera de servicio) no está obligado a identificarse como tal ni a intervenir, pero si lo hiciera, actuará en calidad de funcionario público del Estado y se regirá según las facultades y obligaciones que como miembro de las fuerzas de seguridad pública y ciudadanas le corresponden», se lee en el mismo artículo.

Pasando en limpio: los policías cordobeses ya no tendrán que intervenir si están fuera de servicio y observan un episodio delictivo, aunque sí tienen que dar aviso al 101 o a alguna autoridad policial si observan o se enteran de algo ilegal. Pero, al mismo tiempo, aun deben portar el armamento reglamentario las 24 horas, ya que le ley en ningún momento plantea que tengan que dejar las pistolas en las bases policiales al momento de retirarse.

Incluso, esta nueva ley propone severas sanciones para los agentes de seguridad que pierdan o a los que les roben su armamento reglamentario.

Cabe destacar que la ley recién entrará en vigencia el 1° de junio próximo, y hasta se ha contemplado una prórroga de 180 días más, por lo que puede pasar todo 2021 sin que se active la nueva normativa. Los motivos de semejantes tiempos hasta ahora no han sido explicados por las autoridades del organigrama de Seguridad de la Provincia.

Diferentes fuentes policiales que dialogaron con La Voz sobre este cambio en el «estado policial» brindaron valoraciones distintas. Si bien algunos se mostraron más cercanos a la idea de flexibilizar el estado de «alerta», varios más dijeron estar en contra de esta nueva disposición. Aseguran que el espíritu de la norma va en contra de la declamada vocación policial.

Y hasta conjeturaron que la idea de fondo sería desarmar, en un futuro, a aquellos policías fuera de servicio. O sea, que nadie se lleve el armamento consigo, tal como sucede con la Policía de Seguridad Aeroportuaria.

Esta situación de policías armados las 24 horas todos los días -salvo situaciones excepcionales- redunda en un Estado policial a bajo costo, ya que supone una cantidad potencial de agentes disponibles a tiempo completo, en términos generales.

La portación permanente de pistolas genera un movimiento circular que incluye pérdidas y robos de armas, su introducción en el mercado «negro», su manipulación con accidentes y los préstamos ilegales.

La reproducción en Córdoba en los últimos meses de bandas de poliladrones, en las que los delincuentes aparecen con uniformes policiales y chalecos antibalas, además de pistolas nueve milímetros, forma parte de esta cadena de suspicacias.

Pero, sobre todo, el debate se vuelve a reproducir cada vez que hay un femicidio cometido por un policía. El pasado 21 de diciembre, en un departamento de barrio San Martín, de la ciudad de Córdoba, el cabo Jorge Vázquez (35), adscripto a la Dirección de Comunicaciones de la Policía (101), mató de cuatro balazos a su expareja y madre de sus tres hijos, Carla Anabell Oviedo (31), para luego quitarse la vida con otro tiro. Todos los proyectiles salieron disparados de su pistola reglamentaria nueve milímetros.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior