Policiales

Mató en una discusión de tránsito y cumplirá la condena domiciliaria

“Después de dos años de esperar y en el medio de la ansiedad y desesperación, hoy podemos afirmar que la Justicia funciona”, dijo muy emocionado Carlos González, el papá de Martín, el camionero de 24 años que fue asesinado tras una pelea de tránsito.

Abrazado a su mujer y acompañado por la viuda del hijo, se mostró conforme con la sentencia y agregó: “A pesar del dolor porque Martín ya no está y todos esos sentimientos, no lo vamos a poder olvidar, ahora vamos a poder estar en paz; es como comenzar una nuevo duelo”.

Carlos también es camionero y conoce los peligros que traen aparejado las rutas, pero nunca pensó que una simple discusión en el camino podría acabar con la vida de Martín.

Relató que tiene cinco hijos y que Martín era el mayor de los varones.

“Lo formé arriba de los camiones, para mí es una ausencia terrible que me cuesta superarla. Su muerte es injusta y absurda. Él era muy joven y, como le dije al tribunal cuando declaré, el crimen dejó a un niño pequeño que se va a criar sin su papá”, afirmó.

El homicidio ocurrió el 28 de abril de 2014 en la ruta provincial 13, en uno de los accesos a la localidad de Las Varillas, día que Bartolomé Salvático (74) mató al camionero con su bastón: una vara de caña que tenía adosado un trozo de hierro de 10 milímetros afilado en la punta, luego de un violento cruce verbal porque González le recriminaba que no podía circular porque el hombre había dejado su camioneta mal estacionada en la ruta.

Para la viuda Micaela Colaso, la sed de justicia tenía un único objetivo y era poder decirle a su hijo que existía un culpable por la muerte.

La joven mamá contó que el pequeño sufrió bullying en el jardín de infantes porque sus compañeros le decían que el papá era un “peleador” y por esa razón lo habían matado.

Aunque se mostró contenta por el fallo, aclaró que le hubiera gustado que el asesino cumpliera la condena en la cárcel común y no el arresto domiciliario como lo determinó el tribunal de la Cámara del Crimen de San Francisco.

Fallo

La sentencia se conoció ayer cerca del mediodía, cuando Salvático recibió 14 años de prisión que cumplirá en su casa de Las Varillas.

Los jueces Hugo Ferrero, Claudio Requena y Guillermo Rabino condenaron por unanimidad a Salvático por el delito de homicidio simple.

Como declaró uno de los empleados de la fábrica durante el juicio, el hombre continuará el seguimiento diario del establecimiento armando presupuestos y cuidando de sus animales y quinta que tiene en el patio.

Salvático es dueño, junto a su hermano, de una empresa metalúrgica en esa localidad del este cordobés.

La pena coincide con la que había solicitado el fiscal de Cámara Víctor Pezzano durante su alegato.

Los querellantes Mauro Ompré y Sergio René Durán, quienes pidieron 18 años de prisión, también se mostraron conformes con la sentencia y destacaron la imputación de homicidio simple por dolo directo.

“La Cámara resolvió que el condenado tuvo intención de matar a una persona que no conocía y que no tenía nada en contra de él, nada más que era camionero”, aseguró Ompré.

También destacó la cantidad de años de la pena por ser una persona mayor y sin antecedentes.

La defensa de Salvático, representada por los letrados José Luis Valverde y Leandro Bassano, solicitó dos años por “homicidio culposo”, argumentando que su representado no tuvo intención de causar la muerte del joven.

El caso

Discusión fatal. Según la causa, el crimen ocurrió en la mañana del 28 de abril de 2014 a la vera de la ruta 13, en Las Varillas. El empresario metalúrgico Bartolomé Salvático (de entonces 72 años) dejó su camioneta Chevrolet S-10 estacionada en la ruta provincial 13, frente a su fábrica. Desde atrás, llegó el camión Fiat Iveco manejado por Carlos González (24), que al no poder pasar, se bajó y buscó al dueño de la camioneta. Fue entonces que ambos se trenzaron en una discusión. El ahora condenado primero le pegó en la cabeza a González, para luego hundirle una improvisada lanza en el corazón: el bastón tenía adosado un trozo de hierro de 10 milímetros afilado en la punta.

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