Economía

Más de 30 mil cordobeses dejarán de pagar el Impuestos a las Ganancias

La medida regirá desde el 1 de octubre. Sólo tributarán CEOs, gerencias, subgerencias, puestos calificados y jubilaciones y pensiones de privilegio. En Córdoba rondan los 4 mil casos.


Con la actualización del mínimo que determina cuáles salarios y jubilaciones tributan ganancias, solo “80 mil gerentes, directores de empresas y jubilados de privilegios” en todo el país pagarán el gravamen, destacó Sergio Massa. A partir de octubre la línea divisora entre los que tributan este impuesto y quienes no se fijará en $1.770.000. Consecuentemente, la mayoría de los trabajadores quedarán exentos ya que el promedio del salario registrado es muy lejano a esos valores.

Sin embargo, desde el ministerio de Economía contabilizaron en más de 600 mil a los trabajadores que dejarán de pagar en todo el país, percibiendo en sus ingresos un alivio inmediato. Si ponemos la lupa en Córdoba, vemos que los trabajadores que quedarán exceptuados del tributo superan los 30 mil casos. En la vereda de enfrente, quienes deberán tributar rondan los cuatro mil casos en la provincia de Córdoba.

En efecto, en octubre habrá miles de millones de pesos en manos del segmento de mejores ingresos. Por lo que el principal riesgo económico sería que se canalicen directamente hacia el dólar recalentando la cotización. “No me vayan a comprar dólares”, regañó a los trabajadores el candidato oficialista al anunciar una medida anhelada por el 7% de los trabajadores. Desde Economía desean que ese dinero estimule el consumo de bienes durables. Asimismo, también analizan qué hacer con la tasa bancaria, ya que una suba es un estímulo para que el ahorro vaya a plazo fijo. Aunque, por otro lado, subirla también tiene efectos negativos en el nivel de actividad y el crédito productivo. 

Sin actualización, el 80% de los bancarios debería tributar

Se trata de la segunda medida con impacto en el Impuesto a las Ganancias (de 4° categoría) en poco más de un mes. Recientemente, en agosto, las subas de los montos salariales que pasaron a estar exentos, permitieron que 300 mil personas dejaran de pagarlo. Ocurre que en un clima de alta inflación y, por tanto, con aumentos salariales indexados a la suba de los precios, de no actualizarse el monto a partir del cual se tributa, automáticamente miles de trabajadores pasan a pagar el impuesto. 

Este incremento en la nominalidad de los ingresos genera situaciones distorsivas. Los trabajadores mejor posicionados en la pirámide salarial, por caso, veían que su ingreso medido en dólares se deprimió en comparación con años pasados, sin embargo, pasaban a tributar Impuesto a las Ganancias. Sobre este punto, Sergio Palazzo, secretario general de los bancarios, precisó a La Nueva Mañana que, actualmente, aproximadamente el 65% de los bancarios paga el tributo. Mientras que con la última actualización que anunció el ministro Sergio Massa, sólo menos del 4% lo pagará en el sector. 

Pero lo que más demuestra la distorsión es cuántos bancarios debieran pagarlo en caso de no haber correcciones en los montos de los salarios exentos. Palazzo, quien además es diputado nacional, explicó que con los aumentos de los próximos meses “por lo que resta de la paritaria” si no hay suba del mínimo no imponible, se proyecta que “el 80%” de los trabajadores de su sector terminarían pagando Ganancias para fin de año. 

La medida busca acabar con el rechazo a las horas extras para esquivar el tributo

En el mismo sentido se expresó el vocero de Smata Córdoba, Leonardo Almada. En las terminales automotrices hay trabajadores que pagan este impuesto, por lo que el vocero del sindicato de mecánicos destacó el anuncio de Sergio Massa porque tiene una “importante incidencia” en el sector. En diálogo con LNM, Almada señaló que “las últimas veces”, las actualizaciones del mínimo “se venían quedando cortas”. En el sentido que eran inferiores a la recomposición salarial por la alta inflación, siendo aliviados pocos salarios de la presión fiscal y de forma transitoria.

En el sector automotriz se da una particularidad, compartida también por los trabajadores de sectores productivos que mantienen alto nivel de actividad y altos salarios. En el caso de la industria automotriz, cuya producción acumulada es superior a la de los últimos ocho años, las terminales se encuentran con dificultades para incrementar el nivel de producción por el impacto de este gravamen sobre el salario. Ocurre que muchos trabajadores rechazan hacer horas extras porque hacerlo significa tributar. Con esta última suba del límite se corrigen esas distorsiones por lo que el vocero sindical destacó que “siempre viene bien que haya alivio en los sueldos de los trabajadores, por lo que lo vemos con muy buenos ojos”. 

A partir de octubre, la línea divisora entre los que tributan Ganancias y quienes no lo hacen se fijará en $1.770.000; así, la mayoría de los trabajadores quedarán exentos de pagar este impuesto.

Como en el 2015, Ganancias se mete en la agenda de campaña

La medida es un guiño de Sergio Massa al sector de la población que buscó representar desde la creación del Frente Renovador: los sectores medios. El anuncio lo dirige a reconciliarse con sus bases o a refirmar la defensa de los intereses de aquel sector. Con esta medida el porcentaje de trabajadores impactados no llega al 1 por ciento. Cuando al asumir en el 2019, señalan desde el gobierno, el 30% de los trabajadores en relación de dependencia tributaba Ganancias. 

En el Palacio de Hacienda recuerdan que en el 2015 esta discusión también se metió en la campaña. Fue entonces que, buscando capitalizar la ruptura de parte del sindicalismo con aquel gobierno, Mauricio Macri prometió que en su gobierno “ningún trabajador pagará Ganancias”. Sin embargo, durante el gobierno de Cambiemos la alta inflación y atraso en la actualización del mínimo dejaron su huella. El resultado: a los trabajadores que ya estaban impactados por el tributo, se le sumaron un millón más.

El impacto del impuesto a las Ganancias en los salarios, ¿progresivo o regresivo?

Atrás quedaron los argumentos esgrimidos en relación a la progresividad del gravamen, cuando diferentes informes lo respaldaban aduciendo -con razón- que se trata de los pocos impuestos que impactan sobre los ingresos personales. A diferencia de aquellos que gravan la actividad, como el IVA, que abundan. Los defensores del Impuesto a las Ganancias aducían que los países nórdicos (específicamente:  Suecia, Noruega y Finlandia) recaudan por esta vía fiscal recursos que equivalen al 12% del PBI. Mientras que, en Argentina, la presión impositiva de este tributo llega solamente a un punto del producto. 

Sin embargo, aquellos argumentos obviaban la asimetría que existe entre la Argentina y las economías desarrolladas más equitativas del mundo. Si bien en las economías nórdicas la presión impositiva sobre la renta es de las más altas de occidente (superior al promedio existente en la Unión Europea), asimismo, los niveles de evasión son muy bajos y las prestaciones públicas eficientes. De lo anterior se desprende que los niveles de evasión existentes en Argentina terminan tornando injusto a un impuesto con espíritu progresivo. Dicho de otro modo, si el fisco financia el hueco de la fuga de los grandes evasores con gravámenes a los salarios más altos, el resultado no es el esperado.