Las empresas ya no pueden obligar a sus empleados a jubilarse a los 65 años
Las mujeres y los hombres que trabajan en el sector privado ya pueden optar por seguir en actividad hasta los 70 años sin que la empresa empleadora les exija el retiro, según la reglamentación de la reforma previsional realizada ayer por el Gobierno.
La posibilidad de extender la actividad por cinco años más era una facultad que ya tenían las mujeres, quienes se jubilan a los 60 años, pero contaban con la opción de no pasar al sector pasivo hasta los 65.
El cambio para las mujeres es que ahora tienen la posibilidad de permanecer en actividad hasta los 70 años, como plazo máximo, empatando con los hombres. Recién después de esa edad, el empleador puede intimarlas.
Al reglamentar la ley 27.426, el presidente Mauricio Macri dejó también “sin efecto” las intimaciones que ya habían hecho las empresas a sus empleados, antes o después de la sanción de la norma.
En el sector público no ha cambiado nada, la edad jubilatoria sigue siendo la misma que antes.
Christian González D’Alessandro, abogado especializado en materia previsional, explicó a este diario que “no hay negociación, dado que el empleador se ve impedido de intimar a su empleado hasta los 70 años”.
Recién una vez cumplidos los 70 años, la empresa puede intimar a su empleado para que se jubile. Y está obligada a mantenerlo en funciones durante el plazo máximo de un año más, hasta los 71, mientras se realice el proceso previsional.
Información
El decreto reglamentario de la ley obliga también al empleador que quiera intimar al trabajador a jubilarse a requerir de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) la información necesaria, para constatar que el empleado está en condiciones de jubilarse.
Hasta ahora, las empresas esperaban que el trabajador cumpliera la edad requerida e inmediatamente enviaban la intimación, sin tener en cuenta si el trabajador tenía efectivamente los 30 años de aporte.
Estos cambios fueron incorporados por el gobierno de Cambiemos por dos motivos: el principal, para que haya más aportantes al sistema previsional, que necesita incrementar la relación de activos por pasivos porque puede tornarse insostenible.
Según datos de la Anses, en la Argentina hay 6,9 millones de beneficiarios del sistema previsional. El 77 por ciento son jubilados y el resto, pensionados. A su vez, los aportantes al sistema suman 12.336.000 millones.
La cuenta que hacen en el Gobierno es sencilla: dividen la cantidad de aportantes por la de dependientes del sistema previsional y les da una relación de 1,78 trabajadores activos por cada jubilado o pensionado. Los especialistas aconsejan que ese ratio debe estar entre 3 y 4.
En segundo lugar, el Gobierno impulsó la posibilidad de que los trabajadores sigan en actividad porque el haber previsional, en la mayoría de los casos, es muy inferior al último sueldo que percibió quien hizo el trámite.
Siempre con datos de Anses, se sabe que un trabajador que haya aportado durante 30 años, tiene hoy una jubilación equivalente a la mitad del sueldo y con 40 años, logra apenas el 65%. Es, en los hechos, un deterioro en el poder adquisitivo de la persona con un impacto directo en su calidad de vida.
El sistema previsional argentino otorga 1,5 por ciento de mejora al haber por cada año trabajado por encima de los 30 años de aportes, teniendo en cuenta el sueldo promedio actualizado de los últimos 10 años. Por ello, los hombres que opten por seguir trabajando lograrán un alza de hasta el 7,5 por ciento extra del haber y las mujeres que lleguen a los 70, alcanzarán hasta 15 puntos más.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior