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La Mona Jimenez fue la figura central en la «noche extra» del Cosquín 2020

Ante una plaza que paulatinamente fue creciendo en cantidad de espectadores, seguidores de la música cuartetera, este lunes cerró la 60° edición del Festival nacional de Folklore de Cosquín.

La tibia respuesta del público durante las primeras canciones que sonaron desde el escenario Atahuapa Yupanqui, interpretadas por conocidos referentes del folklore, con el correr de los minutos se fue transformando en una marea de personas que acompañó el desarrollo de la noche cordobesa.

Los del Suquía, cuyo origen se remonta a 1959, como Las Voces del Uritorco, tuvo la responsabilidad de romper el hielo con un público que en su gran mayoría se identificaba con el cuarteto.

En esta oportunidad, los herederos del grupo nacido en el barrio de San Vicente, de la ciudad de Córdoba, presentaron temas de su nuevo trabajo discográfico llamado “Podemos desearlo”. Otro de los temas que recibió la aprobación con el aplauso sostenido fue la zamba «Canción para una mentira», de Hernán Figueroa Reyes.

«Los Sacha», creado por Ramón “Cacho” Iriarte y Hugo “el gallo” Cuello, interpretaron zambas y chacareras, cerrando su presentación cerca de las 22.40.

En su presentación “Comechingona”, junto a cuatro mujeres, dueñas de excelentes voces, interpretaron «Cerro Colorado» y «Luna cautiva», en homenaje a don Atahualpa Yupanqui.

Cerrando el segmento dedicado al folklore, ingresó al escenario el armonicista y cantante Fabricio Rodríguez, oriundo de Villa María. Interpretó «Lágrimas de amor» de Los Carabajal, entre otras canciones, para luego, con su armónica darle vida a «La chicharra cantora» y una cuidada selección de chamamés.

Alrededor de las 23.30, se abrió el espacio cuartetero, con la presencia de Banda XXI. El grupo nacido en Río Cuarto en 1998 lleva en su carrera, ganados seis premios Gardel. La seguidilla de temas, despertaron el delirio de una plaza que ya cubría todos los espacios.

«Dale Q’ Va», estuvo a cargo de la continuidad musical. La banda es una de las formaciones más jóvenes del cuarteto cordobés. Es el resultado de unión de dos cantantes de prestigio, Neno Aguirre, ex Trulalá y Banda Express y David Ortiz, ex Trulalá y Sabroso. En la ultima noche de Cosquín, la banda presentó su último trabajo “Aquí y ahora”.

Los presentes se sorprendieron cuando los conductores, Nathalie Allende y Pablo Bauhoffer anunciaron la presencia en el escenario de “Carli» Jiménez.
El hijo del mayor representante de la música cuartetera se mantuvo en el escenario por el termino de 25 minutos.

Luego de la presentación de Carlos «La Mona» Jiménez, comenzó la banda con una prolongada introducción instrumental, hasta que, desde el subsuelo del escenario, en el elevador circular, comenzó a surgir la figura del cantante. En esta oportunidad vistiendo un saco multicolor, pantalón oscuro, una remera negra y colgantes.

Así comenzó a sonar la voz del cordobés, cantando su clásico “El león” para continuar con “Ramito de violetas”.
Luego algunas canciones, se interrumpió el show por unos minutos para entregarle a La Mona un reconocimiento otorgado por la Legislatura Provincial por los 53 años de trayectoria en la música popular cordobesa.

El intendente Gabriel Musso hizo entrega del clásico “Poncho coscoino”, por su presentación en el festival. “Esto es para aquellos que dicen que el cuarteto no es folcklore”, dijo el intendente.

La Mona, en el marco de alegría por los reconocimientos recibidos, luego de las palabras del intendente se animó a improvisar un par de estrofas de “Zamba de Alberdi”.

En el final del show, el cuartetero invitó a los fotógrafos a subir al escenario para documentar la reacción de la gente desde ese lugar, “puede ser que el año que viene no este vivo, así que saquen fotos y vean la cara de la gente”, dijo el cantante mientras en las pantallas se podía observó un video editado con imágenes de la película «El planeta de los simios» y de “El Toto”.

Alrededor de las 3.20, cuando promediaba el show, Claudio Juárez, maestro de ceremonias, salió a escena para pedir al público que se tranquilicen, que la noche era una fiesta del cuarteto. El pedido obedeció a que algunos individuos, especialmente en los alrededores de la plaza estaban involucrados en peleas.

Cabe mencionar que la policía de la provincia de Córdoba, estableció un perímetro vallado a metros de la Próspero Molina, a los efectos de tener un mayor control de la gente que se acercó a disfrutar de la última noche del Festival Mayor de Folklore en su 60 edición.

La última noche coscoína se transformó en una de las más importantes en cantidad de espectadores, con plateas agotadas, a un precio de $600 la entrada general.

Fuente: La Mañana. La Mañana