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La energía residencial todavía tiene 53% de subsidio

Esto no ha sido todo. Si con la última cuota de aumento de abril el costo de la energía alcanzó valores casi impagables para muchos cordobeses, hay que saber que todavía falta aplicar subas tanto en el costo de la energía mayorista como en el valor agregado de distribución (VAD). Y serán en 2017.

La factura tiene tres componentes: el precio mayorista de la energía, establecido por el Gobierno nacional; el VAD, que en Córdoba cobran Epec y las 200 cooperativas que operan en el interior; y los impuestos y tasas, que se mueven al compás de los dos primeros.

Como se sabe, el precio mayo­rista de la energía pura fue descongelado en febrero de 2016, cuando se inició lo que la Nación llama “el proceso de normalización tarifaria”.

Fue un solo aumento, altísimo, para todo el año: pasó el megavatio hora (MWh) de 70 pesos promedio a 320, un aumento del 357 por ciento, tomando el precio sin ahorro. Entonces, la incidencia en la factura total residencial fue del 16 por ciento en Córdoba, porque la energía pura representaba una porción muy baja de la factura.

Para los usuarios de más deman­da, como comercio e industria, el salto fue de 100 pesos a 770 el megavatio hora, un 670 por ciento más que el año pasado.

Pero esos 320 pesos que pagaron los residenciales en 2016 no alcanzaban a cubrir lo que costaba generar la energía en ese entonces: 770 pesos.

La cuenta salta a la vista: pese a semejante aumento, todavía había 70 por ciento de subsidio. Para fijar el precio del MWh, el Ministerio tiene en cuenta el costo de producción (ligado a los combustibles que utilizan las generadoras), el tipo de cambio, los salarios, la oferta de Bolivia y del gas natural licuado de Venezuela y hasta las temperaturas, porque a más frío, más necesidad de importar, en dólares.

“Hemos iniciado un proceso gradual de reducción de los subsidios a los efectos de que se puedan recuperar los costos medios de generación en la factura”, indicó el ministro de Energía, Juan José Aranguren, en enero pasado, cuando presentó los aumentos tarifarios para el año.

A ese proceso, que comenzó hace poco más de un año, le quedan todavía dos que recorrer.

Esa es la mala. La buena noticia es que, al menos desde la mirada federal, el precio del megavatio hora es parejo para todas las distribuidoras del país, al menos en el ítem generación.

“El precio tendría que haber sido uniforme, pero variaba entre 60 y 150 pesos: las jurisdicciones amigas tenían un precio de 60 y las que no eran amigas de 150-160 pesos”, dijo Aranguren. “Ahora mantuvimos el mismo precio a todos”, insistió.

Córdoba pagaba 70 porque, enfrentada con el kirchnerismo, se negó a pagar el aumento en 2012 (que lo llevó a 135,45 pesos) y todavía está en litigio judicial.

Para la industria y el comercio, el subsidio permaneció en un 28 por ciento del precio.

En 2016, estaba previsto un nuevo ajuste de la energía hacia el último cuatrimestre del año, pero luego de la fallida experiencia del gas y de la fuerte escalada inflacionaria, Energía desistió. Quedó para después. O sea, 2017.

Más curado en salud, el Ministerio este año planteó dos subas anuales, desdoblando la primera: así, el MWh pasó de los 320 pesos de febrero de 2016 a 400 pesos en febrero de este año y 640 pesos en marzo.

El segundo ajuste se anunció probablemente para octubre, pero hay versiones de que se daría en diciembre. Con un dato adicional: el costo del MWh ya no está en 770 pesos, sino que subió (porque los costos de generación subieron) a 1.070 pesos. En criollo: se va corriendo el arco, lo que significa que, pese a que los usuarios pagamos más, el Estado también. Todo es poco y falta cada vez más.

De esta manera, el porcentaje de subsidio que cubre la Nación en el segmento residencial es del 53 por ciento y los usuarios pagan 47 por ciento. Por si no se entiende: todavía más de la mitad del precio de la energía está subsidiada por la Nación.

Para diciembre de este año, está previsto que se dé vuelta la proporción: que el usuario pague 53 por ciento y el subsidio sea del 47 por ciento. En febrero próximo, el subsidio debería bajar al 37 por ciento, y en 2019, al 10 por ciento.

Recién en 2020 se pagaría la tarifa plena. Estos cálculos excluyen a los que tienen tarifa social. Para residenciales y comercio, hoy el subsidio bajó al 19 por ciento y se reducirá al 10 en 2018, para pagar precio pleno en 2019.

¿Cuánto va a aumentar en el segundo semestre? No se sabe aún. Aranguren estimó en 1.410 pesos el MWh para fin de este año. Así, si el usuario paga 53 por ciento de 1.410 el megavatio, tendrá un aumento en la factura cercano al 15 por ciento.

¿Y Epec?

Pero no sólo faltan los aumentos ya anunciados por la Nación. Epec también está anotada. Es más, la suba del 29,48 por ciento aplicada en tres tramos (diciembre, febrero y abril) corresponde a la suba de costos entre enero y septiembre de 2016.

Con ese aumento, el Ersep habilitó también el aumento trimestral automático, para morigerarle a la distribuidora el “costo” de aguantar casi un año sin subas. Para el tramo octubre-diciembre estaba previsto un ajuste del 2,68 por ciento que, por el momento, quedó en espera luego del amparo presentado por el legislador juecista Juan Pablo Quinteros, que logró que se llame a audiencia pública antes. “Se aplicará la fórmula trimestral”, insiste Luis Giovine, titular de Epec.

Habrá una audiencia pública al año para revisar esa fórmula trimestral. Iba a convocarse en estos días pero, dadas las escandalosas subas de la energía, el Gobierno decidió esperar. Epec alega que tiene ocho meses de retraso, más el impacto de la paritaria con Luz y Fuerza, que está negociando ­estos días.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior

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