Policiales

La canasta del súper se encareció un 42,5% a lo largo de 2021

El 2021 se despidió como uno de los años con más alta inflación de la última década. Y ello se notó sin dudas en las góndolas de los supermercados.

Según el relevamiento que mes a mes se realiza en cuatro de las principales cadenas minoristas de la ciudad de Córdoba, a lo largo del año que acaba de finalizar el costo de una canasta de alimentos y artículos de limpieza y tocador para una familia tipo de clase media se encareció un 42,5 por ciento.

En el último mes del año, el valor de dicha canasta llegó a 36.383 pesos, casi 11 mil más que los 25.527 pesos que demandaba el mismo conjunto de productos a fines de 2020.

En diciembre, el incremento de los precios estuvo en línea con lo sucedido en los meses previos, con una suba del 2,13 por ciento. Si bien el ritmo de aumento de la canasta es menor que en el primer semestre, la suba mensual sigue siendo alta.

A lo largo de 2020, enero y mayo fueron los meses con mayores alzas en la canasta: en el primer mes del año, los precios en los súper se encarecieron 5,5 por ciento y en el quinto mes, un 5,8 por ciento.

El resto de los meses, el incremento fue de entre dos y tres puntos porcentuales.

“Aunque todavía no tenemos los números finales, estamos cerrando este 2021 con una suba general en los precios que va del 40 al 45 por ciento”, dijo Víctor Palpacelli, presidente de la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Córdoba (Casac).

Por su parte, desde el Centro de Almaceneros de Córdoba, su gerenta, Vanesa Ruiz, estimó un alza de tres puntos porcentuales en el precio de los alimentos en diciembre, y de casi el 46 por ciento en el año. “En las últimas semanas siguió aumentando la carne, lo que impactó de lleno en el promedio de nuestra canasta”, dijo.

LÁCTEOS Y CARNES

Los dos rubros que encabezaron los aumentos de precios el año pasado fueron lácteos y carnes. En el primer caso, los productos lácteos se ajustaron un impresionante 78,9 por ciento entre enero y diciembre, con los valores de la manteca y la leche fluida disparándose hasta las nubes.

Efectivamente, el paquete de manteca de 200 gramos de primera marca comenzó el año con un precio al público de 120 pesos, y lo terminó con un valor promedio de 273 pesos. Casi 125 por ciento de incremento en apenas 12 meses.

La leche en sachet, por su parte, pasó de 57 a 102 pesos el litro, lo que significó una suba del 76,4 por ciento en el año para uno de los alimentos de consumo más masivo en los hogares argentinos.

Por el lado de las carnes, la suba general del rubro fue del 43,6 por ciento en el año, pero con algunos cortes que se escaparon muy por encima de ese promedio.

La nalga de novillo, por ejemplo, subió 67 por ciento, para superar por primera vez los mil pesos por kilo. Hay algunas pulpas, como el peceto, la colita de cuadril y el lomo, que ya se venden por arriba de los 1.300 o 1.400 pesos el kilo.

Pero los cortes más económicos también subieron de manera significativa en 2020. Sin ir más lejos, la carne molida común subió casi un 60 por ciento: el kilo se vende hoy en las carnicerías de los súper en torno a los 500 pesos.

Sólo el kilo de asado tuvo un alza menor (del ocho por ciento), pero fuertemente contenida por el programa oficial Cortes Populares, que en las últimas semanas del año ofrecía el kilo de costilla a 549 pesos.

Por fortuna, el pollo fresco aumentó por debajo de la suba promedio de la canasta el año pasado (26,4 por ciento), para quedar el kilo en 170 pesos. Ello explica que muchas familias hayan reemplazado este año a la vaca por el pollo como principal carne de su dieta. En otros hogares, el principal sustituto de la carne de vaca viene siendo el cerdo.

ALMACÉN

Los productos secos y empaquetados también tuvieron fuertes alzas a lo largo de 2021, aunque algo por debajo de los productos frescos. El promedio, este rubro aumentó 34,1 por ciento.

Las mayores subas vinieron por el lado de la yerba (+40,9 por ciento), el arroz (+71,3 por ciento) y el café (+80,2 por ciento), todos productos de alta rotación en los supermercados locales.

Hoy el paquete de yerba se vende entre 400 y 500 pesos el kilo; el arroz de primera marca no baja de los 160 pesos; y el café torrado se fue a 460 pesos el envase de 500 gramos.

Si algunos de estos productos no aumentaron más fue porque estuvieron incluidos en el programa oficial Precios Cuidados, que a lo largo del año fueron actualizando sus valores por debajo de la inflación general.

Los productos derivados de la harina también se movieron en un rango de aumentos menor al promedio, en torno a los 30 puntos porcentuales. Debido a su alta ponderación en la canasta, ayudaron a contener un poco el ajuste general.

Por el lado de las bebidas, las alzas fueron muy significativas. La marca de gaseosa más conocida aumentó su producto insignia por arriba del 50 por ciento en el año (+51,6 por ciento), lo mismo que la cerveza de primera marca: hoy el porrón de un litro no baja de los 150 o 160 pesos.

LIMPIEZA Y TOCADOR

Los productos para la limpieza del hogar y de aseo personal mostraron lo largo de todo el año subas parejas y constantes, con un incremento promedio del 41,5 por ciento.

No obstante ello, hubo productos que se separaron del resto, con aumentos muy significativos. Fue el caso de la lavandina, que más que duplicó su precio en 2021, pasando de 36 a 79 pesos en envase de un litro a lo largo de año.

El papel higiénico (+58,5 por ciento), el champú (+70,6), el desodorante masculino (+80,6) y el detergente lavavajilla (+60,9) también subieron por arriba del promedio.

Los pañales, de alta ponderación en el rubro, tuvieron un alza menor, del orden del 34 por ciento, lo que ayudó a contener el aumento promedio de esta familia de productos.

FRUTAS Y VERDURAS

La denominada “góndola verde” es la que habitualmente muestra las mayores variaciones de precios –tanto hacia arriba como hacia abajo–, básicamente por cuestiones estacionales. Así es como a lo largo de 2020 las frutas y las verduras registraron alzas promedio del 23,3 por ciento, por debajo de la suba general de la canasta.

El tomate perita fue la verdura que más aumentó: un 220 por ciento, para cerrar el año en 234 pesos por kilo. Entre las frutas, la banana (ecuatoriana) subió un 54 por ciento en los 12 meses de 2021.

El costo mensual en frutas y verduras para una familia tipo pasó de 3.400 pesos a comienzos de 2021, a 4.200 pesos en diciembre pasado: unos 800 pesos más.

ARITMÉTICA INFLACIONARIA PARA PENSAR 2022

La inflación de 2021, en torno del 50 por ciento (el dato de diciembre se publicará en pocos días) es superior a la de 2020 (36,1%) y cercana a la de 2019 (53,8%).

Sería difícil comprender lo ocurrido si sólo se observara la emisión de dinero, aun siendo la inflación un fenómeno monetario.

La base monetaria aumentó 35% en 2019, 30% en 2020 y 37% en 2021 (la deuda remunerada del Banco Central lo hizo en porcentajes mucho mayores, lo que refleja la principal fuente de financiación del déficit fiscal).

Resulta más efectivo mirar lo ocurrido con dos variables directamente involucradas en la dinámica inflacionaria: dólar oficial y salarios.

Con una ponderación del 25% y 75%, respectivamente, para sus variaciones, el resultado es 51% en 2019 (frente a una inflación del 53,8%); 36,5% en 2020 (inflación de 36,1%); y 50,2% a septiembre de 2021 (inflación de 52,5% a ese mes).

Este muy elevado poder explicativo es consecuencia de que los bienes transables internacionalmente tienen precios internos vinculados al dólar oficial, mientras que el resto de los bienes tienen precios estrechamente vinculados al costo laboral de las empresas.

En 2019, fue la brusca depreciación cambiaria el principal factor explicativo de la elevada inflación de ese año: el dólar subió 58,9% y los salarios treparon un 48,3% (con un promedio ponderado de 51 por ciento).

En 2020, la incidencia estuvo más repartida: el dólar subió un 40,5% y los salarios el 35,1 por ciento (con un promedio ponderado del 36,5 por ciento).

En 2021, con datos salariales a septiembre, a diferencia de lo ocurrido en 2019, fueron los salarios los que lideraron el impulso: el dólar subió 30,7%, mientras que los salarios lo hicieron el 56,7% (promedio ponderado de 50,2%).

No significa que los salarios sean culpables de la mayor inflación. Empresarios y trabajadores son víctimas, no victimarios. Sólo forman parte de la dinámica perversa de la inflación.

Teniendo en cuenta esta aritmética inflacionaria, resulta difícil esperar menor inflación en 2022, ya que la dinámica de precios y salarios es más acelerada que en años previos, el Banco Central está anunciando mayor ritmo de suba del dólar oficial y no hay indicios de un plan de estabilización razonable.

Fuente: La Voz del Interior.