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Es histórico: el Senado convirtió en ley la interrupción voluntaria del embarazo

Después de 99 años, el Congreso acaba de cambiar el texto del Código Penal para despenalizar y legalizar el aborto.

Lo hizo al cabo de una sesión histórica del Senado que duró 12 horas —empezó a las 4 de la tarde del martes y finalizó pasadas las 4 de la mañana de este miércoles— y con la presencia, durante todas esas horas, en plaza del Congreso, de miles de militantes verdes, a favor de la iniciativa, y celestes, en contra.

El proyecto, que ya tenía la media sanción de la Cámara de Diputados desde el pasado viernes 11, fue convalidado sin cambiarle una coma.

Por eso, la ley quedó sancionada y ahora le corresponde al Poder Ejecutivo reglamentarla —con correcciones acordadas con el senador rionegrino Alberto Weretilneck— y promulgarla.

De esta manera, el aborto será legal y sin ninguna razón hasta la semana 14 de embarazo inclusive y, cumplido ese plazo, únicamente bajo tres condiciones: que el embarazo sea fruto de una violación, que la gestante sea menor de 13 años (lo que es considerado una violación) o que haya riesgo de vida de la embarazada.

Son las causales que prevé la ley penal desde 1921, que fueron incorporadas al proyecto, que presentó el Poder Ejecutivo.

Precisamente, esta fue una de las diferencias con respecto de la discusión parlamentaria de hace dos años.

En 2018, el proyecto fue presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, con la firma de más de 70 diputados nacionales; y en esta ocasión la iniciativa provino directamente de la Casa Rosada, porque había sido una promesa de campaña electoral presidencial de Alberto Fernández.

El texto y el empuje político a la propuesta se atribuye especialmente a la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, una funcionaria muy cercana al jefe de Estado que siendo senadora nacional, entre 2001 y 2007, ya había presentado un proyecto de ley similar.

Cómo salió la votación

La iniciativa fue aprobada por 38 votos afirmativos, 29 negativos y la abstención del peronista jujeño Guillermo Snopek (que había votado en contra en 2018).

Hubo cuatro ausencias a la hora de votar: la de los oficialistas Carlos Menem (La Rioja), Adolfo Rodríguez Saá (San Luis) y José Alperovich (Tucumán), quien está de licencia, y la opositora Clara Vega (La Rioja), del interbloque Parlamentario Federal.

Aunque los verdes ya se habían puesto en ventaja sobre los celestes el viernes 18, tras el cierre del debate en el plenario de comisiones, el margen siguió siendo ajustado por algunas razones.

Una, la incertidumbre del delicado estado de salud del senador riojano expresidente Carlos Menem, que en 2018 votó en contra del proyecto y que finalmente en esta ocasión no pudo participar de la sesión ni votar.

La otra, la indefinición de dos senadoras: la radical entrerriana Stella Maris Olalla y la patagónica Lucila Crexell, del Movimiento Neuquino.

Ambas legisladoras, durante la sesión, salieron del incógnito y confirmaron su voto a favor, con lo cual la tendencia a favor del proyecto se volvió irreversible alrededor de las 21 del martes.

A las 23, el peronista salteño Sergio Leavy confirmó que, pese a haber votado en contra de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en 2018, siendo diputado, ahora cambiaría su postura y votaría a favor, lo que hundió aún más las chances de los celestes y agrandó la ventaja verde.

En las tareas de cabildeo para conseguir los votos, según pudo saber este medio, se involucró directamente el presidente de la Nación, Alberto Fernández, quien días antes se había reunido a solas con Leavy.

También hicieron lo propio, por el lado del Frente de Todos (FDT), la mendocina Anabel Fernández Sagasti, una dirigente de máxima confianza de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y la peronista pampeana Norma Durango, presidenta de la Banca de la Mujer.

Del lado Juntos por el Cambio se involucraron directamente en conseguir votos las diputadas Brenda Austin y Karina Banfi y los senadores Guadalupe Tagliaferri, Luis Naidenoff y Martín Lousteau; todos, del radicalismo.

Qué dijeron los senadores

«Yo tengo dos hijos, los busqué, los deseé, pero tengo que tener respeto por aquellas personas que tienen un proyecto de vida distinto», dijo Norma Durango (FDT-La Pampa), presidenta de la Banca de la Mujer y miembro informante del proyecto de legalización del aborto.

«Se nos dice que las niñas no deben maternar. Sin dudas. Pero las niñas no deben ser abusadas ni vivir en entornos violentos y ser sometidas. ¿El proyecto resuelve estas tragedias? No. Sólo pasa a la clandestinidad la violación, el abuso, la violencia y las desigualdades», dijo Mario Fiad (UCR-Jujuy), presidente de la comisión de Salud.

«Voy a votar este proyecto para que no volvamos nunca más al perejil, a las perchas, a los garajes clandestinos. Que sea ley», dijo Nancy González (FDT-Chubut).

«Votar en contra de esta ley de ninguna manera significa estar en contra de nuestro Presidente, como se pretendió instalar en la opinión pública. Seguimos estando en el mismo lugar y con las mismas convicciones», dijo Inés Blas (FDT-Catamarca).

«No es fácil deconstruirse, tambalean las estructuras, aquello que considerábamos firme y sólido», dijo Silvina García Larraburu (FDT-Río Negro), senadora que en 2018 votó en contra del proyecto y ahora votó a favor.

«Salvar vidas no tiene que ser una tarea permanente sino que debe ser un compromiso de todos, y que no se voten leyes tan divididas y ajustadas que resulten de difícil aplicación y cumplimiento», dijo Víctor Zimmermann (UCR-Chaco).

«En 2018 recibí miles de mensajes con los insultos más agraviantes en las redes sociales y en mi teléfono; e, incluso, el pedido de abortar a mi propia hija», dijo María Eugenia Catalfamo (FDT-San Luis), quien en 2018 no votó porque cursaba un embarazo avanzado. Votó a favor.

«Tenemos casi un siglo de que está penado el aborto en nuestro ordenamiento legal. ¿Esto impidió que miles de mujeres todos los años se practicaran abortos y de la peor manera posible, sobre todo aquellas de más bajos recursos? No», dijo Humberto Schiavoni (PRO-Misiones).

«Cuando yo nací las mujeres no votábamos, no heredábamos, no podíamos administrar nuestros bienes, no podíamos tener cuentas bancarias, no teníamos tarjeta de crédito, no podíamos ir a la universidad, no nos podíamos divorciar. No éramos nadie», dijo Silvia Sapag (FDT-Neuquén).

«Voy a votar una vez más en forma negativa, porque no es una prioridad de salud pública ni un cambio cultural o social que el misionero, por lo menos, lo reclama, y lejos está de ser una cuestión de orden público. Gracias y feliz Año Nuevo», dijo Maurice Closs (FDT-Misiones).

«Voy a votar en contra esta ley porque no sirve, no nos viene bien, lo que tenemos que hacer es juntarnos todos, más allá de cómo salga el resultado, después de diez o doce horas de debate, y trabajar todos y unirnos», dijo Roberto Basualdo (Juntos por el Cambio-San Juan).

«¿Existen en este recinto senadores y senadoras que voten esta ley y defiendan las dos vidas? Claro que sí. Yo soy una de ellas», dijo Laura Rodríguez Machado (PRO-Córdoba). Votó en 2018 a favor y volvió a votar a favor ahora.

«Es un tema sensible en que la religión está presente. En el mundo existen 2.000 millones de católicos. El 90% de la población de nuestro país es católica o evangélica. Nuestro pueblo se manifiesta en base a sus creencias y en defensa de la vida. Dios tiene un proyecto de vida para cada uno de nosotros y nosotros tenemos que honrar la vida, con un compromiso diario y permanente», dijo Antonio Rodas (FDT-Chaco).

«Es una actitud farisea la de quienes en forma intransigente defienden la vida embrionaria y no adoptan la misma actitud ante aquellos pibes lanzados a la miseria, sin comida, sin afecto, que deambulan por las calles de nuestras ciudades», dijo Roberto Mirabella (FDT-Santa Fe).

«Toda vida vale. Por lo tanto, tiene que ser cuidada y protegida. Después de esta noche, en que probablemente esto se convierta en ley, el Estado habrá tirado la toalla en la pelea por la vida», dijo Silvia Elías de Pérez (UCR-Tucumán).

«Mi provincia [Formosa] registra la mayor tasa de embarazo de niñas de 10 a 14 años y el 70% de los embarazos adolescentes son no deseados. Sin embargo los 6 diputados nacionales, del oficialismo y la oposición, y sus senadores votan en contra», dijo Luis Naidenoff (UCR-Formosa).

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior