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El Estado resigna miles de pesos por cada asalariado informal

Todos los indicadores laborales están en retroceso desde mediados del 2018. Uno de ellos, la informalidad, es un verdadero mal endémico del mercado de trabajo argentino y nada aparenta poder curarlo.

En la Argentina hay cinco millones de trabajadores asalariados en negro, esto representa más del 30 por ciento del empleo formal.

Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), pone en evidencia uno de los graves problemas que trae este fenómeno: el perjuicio en la recaudación del Estado.

De acuerdo con la investigación elaborada por la consultora que lidera el economista Nadin Argañaraz, por cada asalariado informal que reciba “de bolsillo” entre 50 mil y 240 mil pesos, el Estado resigna recaudación –por cada uno– de entre 23 mil y 152 mil pesos, según cada nivel de ingresos.

El estudio del Iaraf plantea cuatro ejemplos con cuatro niveles de ingresos diferentes.

Para un caso de ingresos informales de 50 mil pesos de bolsillo, el Iaraf dice que hay que contemplar otros 10 mil en aportes personales y 13 mil en contribuciones patronales. El “costo” de ese empleado llega a los 73 mil y la “pérdida” para el Estado es de 23 mil pesos, un 46 por ciento del ingreso disponible para el trabajador.

Para un empleado informal que reciba mensualmente 110 mil de bolsillo, el “costo” del empleo trepa hasta los 162 mil. Si se tiene en cuenta el Impuesto a las Ganancias (6.600 pesos que debería aportar si estuviera registrado), la “pérdida” de recaudación para el Estado llega a 58.600 pesos, un 57 por ciento de ingreso disponible.

En el tercer caso, un ingreso de bolsillo de 160 mil pesos, el Estado resigna 31 mil de aportes personales, 44 mil de contribuciones y 25 mil de Ganancias. En total, 100 mil menos que no drenan a las arcas públicas por cada informal.

El caso más extremo que se expone es un salario de bolsillo de 183 mil pesos. En ese caso, el Estado se pierde de recaudar 152 mil pesos, el 83 por ciento del ingreso disponible.

En problemas

La situación del empleo en el país está siendo dramática a partir de la pandemia, que agravó la crisis económica que se arrastraba.
En la provincia de Córdoba, sólo en abril, se destruyeron 12.600 puestos laborales formales no estatales. Esto ocurrió aún con el paraguas del decreto presidencial que impuso la doble indemnización por despidos sin causa.

En el primer mes completamente atravesado por la cuarentena había en Córdoba 472.300 formales privados, una baja intermensual del 2,6 por ciento. En la comparación interanual, la pérdida fue de 26.600 empleos. Los datos pertenecen el Sistema Integrado Previsional Argentino (Sipa).

A nivel país, los puestos laborales formales del sector privado tuvieron una disminución intermensual de 1,6 por ciento en abril. Fue la caída más alta del empleo registrado (sin tener en cuenta a los empleados públicos de todos los niveles) desde que comenzó a medirse.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior