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Volver al aula: falta adaptar las escuelas para el uso en pandemia

El Gobierno provincial terminó de confirmar, la semana pasada, que el ciclo lectivo que se pondrá en breve en marcha será combinado, entre la presencialidad y la virtualidad. Estudiantes, docentes, directivos, personal escolar y padres se volverán a reunir en las 3.400 escuelas cordobesas.

Pero tras el anuncio sobrevino la duda, entre la población escolar, sobre las condiciones ambientales y edilicias de las escuelas. Algunas comunidades educativas decidieron convocar a una concentración frente a la Legislatura, el lunes 1° de febrero.

Por su parte, la Provincia había anunciado ya que unas 200 escuelas de la Capital y gran parte de las instituciones del interior provincial se comenzaban a acondicionar para el regreso a clases en pandemia. El ministro de Educación, Walter Grahovac, había anticipado a este diario que ya se avanzaba en contrataciones para la compra de elementos sanitarios y de higiene. Esos pliegos finalmente serán publicados el miércoles, según confirmaron desde ese ministerio.

Se registró consultas, preocupaciones y señalamientos de parte de asociaciones cooperadoras, padres, estudiantes y otros miembros del ecosistema escolar. Sobre la base de los relatos de esos actores, que harán sentir sus voces bajo la consigna “educación actividad esencial”, se trazó un itinerario por 10 escuelas de la ciudad de Córdoba.

“¿Cómo van a empezar los chicos si no hay más que dos baños habilitados y son más de mil estudiantes?”. En tono imperativo, una voz se dirimía el jueves pasado entre la angustia y la preocupación. La mujer miraba hacia el Instituto Provincial de Enseñanza Media (Ipem) 160 Hipólito Vieytes. Este diario llegó hasta ese punto de la zona oeste de la Capital, sobre calle Hipólito Vieytes.

“Tenés cursos donde los alumnos están todos amontonados y hace años venimos pidiendo por la construcción de otra aula. Hubo momentos, en los contraturnos, en que los chicos tuvieron clases en los pasillos”, relató un padre.

El período educativo mediado por la tecnología que sobrevino a la pandemia le puso pausa a esos problemas y reclamos. Pero son los mismos estudiantes de este Ipem quienes dijeron haber sufrido la desconexión durante la mayoría de los meses de estudio.

Una nota de color se llevó la “cantina del Vieytes”, que tiene sitio propio asignado en Google Maps. “La cantina es de un metro por un metro. Es tremenda la manera en que se amontonan los chicos en los recreos”, advirtieron los padres. Los aludidos estudiantes, en cambio, reían con cierta complicidad.

Más tarde, en el Ipem 198 Martín Ferreyra, un grupo de padres aseguró que durante 2019 los docentes compartieron baños con los alumnos. Esta escuela de barrio Poeta Lugones, en la zona norte de la Capital, vive realidades similares a otros colegios.

En la zona sur, por ejemplo, se erige el Ipem 9 Ernesto Che Guevara. Allí, las familias preguntaron “cómo iban a hacer los jóvenes para lavarse las manos”.

“No hay jabón. A veces son los mismos profesores de los chicos los que traen desde sus casas. Tampoco sabemos cómo van a hacer para que mantengan la distancia o que se ventilen los espacios”, planteó una vecina de la institución educativa.

En la zona céntrica, en el Ipem 7 Carlos Segreti, los estudiantes aseguraron tener disponibles sólo dos sanitarios habilitados. Una voz más hilarante, que estaba presente en avenida Caraffa al 2200, señaló hacia el horizonte lejano: “Desde los ministerios no tienen idea cuáles son las realidades de los colegios, a los profesores los obligaron a aprobar a los alumnos”, se quejó.

En Villa Cabrera, al norte de la ciudad, otra madre se lamentaba en la puerta de la Escuela Presidente Kennedy. “Mi mayor deseo es que mi hija vuelva al cole. Fue una realidad muy dura la cuarentena. Pero el colegio está destruido”, planteó.

Al respecto, comentó que los baños “están clausurados por problemas con las cañerías”. Y lamentó que durante el 2020, sin uso por la pandemia, esos inconvenientes no se hubieran subsanado.

Los colegios con más antigüedad suelen padecer más deterioros. Sobre eso hablaron, uno sobre el otro, los padres del Ipet 247 Carlos Cassaffousth: “Las ventanas con problemas para ser abiertas, los baños con pérdidas, ventiladores rotos y faltantes; sin expendedores de jabón; higiene deficitaria sobre todo en espacios para preceptorías, ámbitos inapropiados, pequeños, sin circulación de aire”, dijo uno de ellos. Agregó que “las aulas de los talleres no tienen buena aireación y los chicos están encerrados en los galpones”.

En este emblemático edificio de la calle Deán Funes al 1511, de barrio Alberdi, la comunidad educativa advirtió que la situación en otros colegios técnicos “no es diferente a la del ‘Cassa’”, expandiendo el diagnósticos de falencias.

En tanto, los padres del Ipem 270 General Manuel Belgrano, aseguraron que días atrás llegó una planilla a la institución para un relevamiento sobre necesidades de reformas.

“Según lo que se pudo ver, se trataba de una plantilla muy simple. Preguntaba si había inconvenientes en los baños, pero nada más. Acá, hay dos baños de las mujeres que están clausurados y hay filtraciones, además de que los depósitos de agua no funcionan. El estado en general es malo, con vidrios rotos, puertas que no cierran y durante 2020 no hubo reparaciones”, lamentó una madre.

Por su parte, en la icónica Escuela Normal Superior Dr. Alejandro Carbó, la comunidad reclamó información sobre el estado de las instalaciones. Además, los padres mostraron las inmediaciones de la escuela, que están invadidas por estos días por malezas y restos de podas.

“Necesitamos urgente una revisión. Es un edificio histórico, de gran tamaño, que alberga a un número importante de estudiantes”, pidió una madre.

La secuencia se quiebra en las puertas de la Escuela Gabriela Mistral, de barrio Juniors, en la zona este de la Capital. “La escuela está en condiciones gracias al esfuerzo y compromiso de docentes y papás que formamos parte de la cooperadora. Al inicio del ciclo 2020 había un aula inhabilitada, por caída del cielo raso. Pero durante la pandemia se consiguió que la Provincia se haga cargo de la mano de obra para arreglarla”, contaron con orgullo. No obstante, todavía hay desperfectos por atender, para los que cooperadora, docentes y padres no descansan para subsanar y tener un mejor colegio.

Educar con el ejemplo. En la escuela Gabriela Mistral, de barrio Juniors, la comunidad educativa espera la vuelta a la presencialidad. Pero durante 2020, se organizó para encabezar reparaciones edilicias apelando a directivos y cooperadora.

Formación. Durante la llamada “nueva normalidad”, el Ministerio de Educación tiene previsto iniciar una campaña de concientización en los colegios. En los edificios se colocarán carteles explicativos y señalética sobre bioseguridad y protocolos.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior