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Trabajar en la cárcel de San Francisco: “Es salir de la rutina del encierro del pabellón, es la libertad que tenemos acá adentro”

Desde el año 2012 está en marcha del taller textil dentro de la cárcel de nuestra ciudad, en el cual realizan tareas pertinentes los internos que cumplen su condena en el establecimiento.

DIARIO SAN FRANCISCO en dialogo con uno de los detenidos, facilitó la compresión de su tarea y el desarrollo de las actividades, cabe destacar que resguardaremos la identidad de la persona ya que se encuentra en contexto de encierro.

La asignación de las actividades es una labor en conjunto de las autoridades y el consejo correccional, quienes detectan las necesidades y capacidades de los internos para luego distribuir tareas o sugerir diversas actividades dentro de la unidad penitenciaria.

 

 

“Es un lugar de producción donde se trabaja muy bien, yo ya tenía hábitos de ese estilo, de producción en serie en otro rubro. Me gustó y la gente de labor terapia me ubicó ahí, quedé muy conforme, estoy muy contento trabajando ahí”, contó el joven.

Esta actividad de realiza todos los días, de lunes a viernes de 8 a 12 horas, una jornada de 4 horas laborales donde los internos participan de las tareas, entre ellas cortar moldes, luego aplicarlos a las telas y así comenzar con la instancia de costura.

“Yo estoy organizando, distribuyendo, trabajando en la remalladora de 5 hilos, estoy con todos los compañeros indicándoles, aprendiendo también porque hay chicos que tienen más habilidades en otras cosas, junto con el maestro los vamos acomodando en cada parte”, agregó.

Este espacio es una de las herramientas que les brinda el servicio penitenciario a los que se encuentran detenidos, en pos de generar capacitaciones y jornadas donde ellos se desempeñan y adquieren conocimientos para luego poder aplicarlos a la hora de su egreso.

 

 

Esta actividad forma parte de la rutina de quienes se encuentran dentro del establecimiento, “me aporta mucho, nos aporta a todos, estamos esperando todos los días para salir, ya antes del horario de salida, vamos todos los muchachos con muchas ganas de estar ahí, hay compañerismo, cuando hay algo para hacer con mucho gusto lo hacemos y después paramos, tomamos mates, charlamos, nuestra prioridad es el trabajo”, expresó.

La diversidad de prendas que los hombres realizan va desde los uniformes para los internos de varios establecimientos penitenciarios de la provincia, entiéndase, los uniformes de trabajo para cada taller, diferenciado en colores según el área, también producen para terceros, como es el caso de un hospital de la ciudad de Córdoba, al cual se le confeccionaron 400 juegos de sabanas para el uso del centro de salud.

Este desempeño productivo genera una suerte de motivación para los internos, el joven con quien tuvimos dialogo nos agregó que, “es algo importante para cada uno, es salir de la rutina del encierro del pabellón, es la libertad que tenemos acá adentro, tiene un factor determinante en la cabeza de cada persona, porque somos personas acá adentro, y se nota el que vive encerrado y el que sale a trabajar, es importante para la cabeza de cada uno”.

Además de este espacio, cuentan con instancias de capacitación como, peluquería, electricidad, carpintería, formación en micro emprendimientos y en cuanto a la educación formal, los tres niveles educativos, primaria, secundaria y universitaria, esto permite que puedan acceder a todos los niveles de formación dentro de la cárcel.

 

 

El desarrollo del taller textil generó muy buenas repercusiones ahí dentro, por cual, está en tratativas la ampliación de la jornada laboral a la tarde, ya que se intenta promover la adhesión de más personas a la participación de esta actividad.

Quienes forman parte de este espacio, experimentan la autodisciplina, como parte del tratamiento dentro de la unidad, por lo tanto, se tienen en cuenta ciertos controles a la hora de la manipulación de herramientas y los elementos. El joven comentó, “en el galpón tenemos un montón de herramientas, tijeras de todos los tamaños y el maestro no necesita ir a controlar al final del día, porque nunca faltó ninguna, ni se perdió nada, ni un alfiler. Trabajamos muy tranquilos, entendemos la responsabilidad que implica estar ahí”.

A modo de reflexión, agregó que nunca comprendió el funcionamiento desde afuera, pero ahora desde experiencia propia, valora las posibilidades que les brinda el servicio penitenciario y destaca el esfuerzo y propuestas realizadas.

Florencia Ferrer
Pasante CUSF