Policiales

¿Todos unidos?… triunfaremos

Hace tiempo que el peronismo no K busca la manera de transitar la ancha avenida del medio, que por ahora no ha tenido éxito electoral, ni en Argentina ni en otros países. Poco a poco, empiezan a juntarse y a generar agenda.

Primero, en Diputados, a partir del consenso con el kirchnerismo, logró arrebatarle al oficialismo un lugar en el Consejo de la Magistratura.

Pero la gran noticia de la semana fue la reunión de nueve gobernadores representantes del “peronismo alternativo” en la Casa de Entre Ríos, en la Ciudad de Buenos Aires. Participaron Gustavo Bordet (Entre Rios), Sergio Casas (La Rioja),Juan Manzur (Tucumán), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Domingo Peppo (Chaco), Hugo Passalacqua (Misiones) y Mariano Arcioni (Chubut). También estuvieron, por supuesto, los cuatro “fundadores” de la Alternativa, los que participaron de la foto inicial: Sergio Massa, líder del Frente Renovador, los gobernadores Juan Manuel Urtubey (Salta) y Juan Schiaretti (Córdoba) y el senador nacional Miguel Pichetto.

Muchos analistas quieren ver en este suceso una primera muestra de la unidad del peronismo, que podría decidir el resultado de las elecciones de 2019. Pero esta lectura parece, como mínimo, apresurada. La alianza no pasa aún de ser un acuerdo realizado en la Cámara Baja, y la unidad es todavía un objetivo muy lejano, que difícilmente llegue antes de las elecciones.

En todos estos años, el peronismo no ha logrado dar una respuesta al gran enigma: ¿cómo reconstruir su fuerza a nivel nacional, después del kirchnerismo y sin Cristina? Y por ello, la unión (no la unidad) de los distintos partidos peronistas descansa en la candidatura de Cristina en 2019.

Como señaló hace poco Alberto Fernández, “los gobernadores pasaron del enojo a ver cómo acercarse” a ella. Frente a esta realidad, afirmó, no hay “avenida del medio” ni “tercera opción”. Otros candidatos como Massa o Urtubey, a los que se intenta catapultar, pueden contar con un amplio respaldo partidario, pero no alcanzan la intención de voto de CFK. Y, ante esta perspectiva, habrá que optar por ir contra ella y aspirar a un 15% para sumar diputados propios, o ir con ella a regañadientes. Esa parece toda la unidad posible.

Si quisiéramos buscar un ejemplo de peronismo unido no lo tendríamos que buscar a nivel nacional, sino en los armados políticos más sólidos de las provincias, y particularmente en el caso de Córdoba. El Partido justicialista cordobés fue uno de los pocos que prosperó, en la década pasada, sin volcarse al kirchnerismo.

Desde este lugar de independencia conservó su provincia, en 2015, mientras tendía puentes a Cambiemos. En los últimos años, hubo incluso organizaciones peronistas cordobesas de todos los sectores (delasotistas, kirchneristas, etc.) que migraron a las filas del justicialismo que, con inteligencia, supo tenderles la mano y ofrecerles participación para construir un partido de unidad. Así, el PJ supo plantearse como garante de la estabilidad y defensor de los intereses de la provincia, al margen de los armados nacionales que tienden a deglutir a los provinciales. Por ello, el peronismo existe allí al margen de la alternativa K y el retorno de Cristina a la escena.

Mucho menos posible parece que Córdoba opte por seguir un candidato de Cambiemos. A la coalición oficialista le falta un proyecto coherente. El Diputado Mario Negri (UCR) tiene una idea; su colega Héctor “La Coneja” Baldassi (PRO) tiene otra, y el Intendente de Córdoba, Ramón Mestre (UCR) tiene una tercera. El Cambiemos cordobés es puro caos y falta de claridad, y parece difícil que pueda ponerse en orden para competir con el peronismo en 2019.

Unión por Córdoba, la coalición encabezada por el PJ, cuenta con el respaldo de administrar desde hace años una provincia donde, más allá de los problemas, los poderes, los sistemas institucionales y los organismos (como el Consejo de la Magistratura) funcionan. También, a diferencia de otros peronismos provinciales, supo escapar al personalismo.

El liderazgo está puesto en Schiaretti, pero el día de mañana podría ser Llaryora. La unidad resistió incluso a la pérdida de uno de sus grandes líderes, Juan Manuel de la Sota, en septiembre de este año. El propio de la Sota había dado un paso al costado, en los últimos tiempos, dejando lugar a nuevas generaciones de dirigentes. Es que, a diferencia de lo que ocurre a nivel nacional, la estabilidad y la unidad no dependen de un solo individuo, sino del partido en su conjunto. Esa es, en el largo plazo, la fuerza del peronismo cordobés.

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Eduardo Reina

Consultor especializado en Comunicación Institucional y Politica, Asuntos Públicos y Gubernamentales, Manejo de crisis y Relaciones con los Medios. Magister en Comunicación y Marketing Político. Universidad del Salvador, USAL, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2004. Postgraduate Business and Management. Universidad de California Ext. Berkeley, EEUU. Actual Presidente Tres Cuartos Comunicación y es Docente Universitario. Anteriormente fue Vicepresidente de Estudio de Comunicacion, multinacional española que figura entre las 10 empresas del ranking de Merger Market de empresas Europeas. www.eduardoreina.com