Policiales

Tobilleras electrónicas para prisión domiciliaria: cómo funcionan y quiénes pueden usarlas en Córdoba

El sistema comenzó a implementarse en diciembre de 2020. Actualmente hay 30 dispositivos activos y otros 50 disponibles. En dos casos debieron revocar el beneficio.


Desde que en diciembre de 2020 se implementó en Córdoba la prisión domiciliaria con tobillera electrónica, el Servicio Penitenciario activó 30 dispositivos: 15 en mujeres y 15 en varones. Además, hay otras 50 tobilleras disponibles, en el marco del Programa de Asistencia de Personas bajo Vigilancia Electrónica, creado por el Gobierno nacional en 2015.

El convenio, que fue firmado con casi todas las provincias, tiene como objetivo mitigar el impacto negativo de la privación de la libertad, al promover una mayor integración de la persona con su núcleo familiar.

En Córdoba, el Servicio Penitenciario es el encargado de evaluar la factibilidad para que un preso acceda a este beneficio, previa decisión judicial. También se ocupa de la vigilancia.

Para ello se creó el Centro de Control de Personas Bajo Vigilancia Electrónica (CCPVE), que funciona en el edificio de la jefatura del Servicio Penitenciario, durante las 24 horas, todos los días del año. Allí se activan las alarmas ante cualquier tipo de violación. En esos casos se da aviso a la Policía.

Desde su lanzamiento, solo en dos ocasiones debieron revocar el beneficio de la tobillera.

En un caso, el interno salió del domicilio sin permiso. En el otro, rompió la pulsera. Este fue el más grave, porque dañar el aparato implica además un delito, ya que se trata de un bien público.

La secretaria de Organización y Gestión Penitenciaria de Córdoba, Cecilia Lanzarotti, aseguró que el sistema funciona bien. “En los casos que violaron las condiciones de la prisión domiciliaria logramos recapturarlos rápidamente. La inmensa mayoría cumple con el arresto domiciliario”, aseveró.

CÓMO ES LA VIGILANCIA

El sistema de control de tobilleras es un programa en línea, que se sigue a distancia desde el centro de monitoreo. El sistema se apoya además en una empresa privada, que también realiza tareas de seguimiento a los internos.

El Centro cuenta con generadores de energía, dado que no puede quedarse sin luz ni internet en ningún momento.

El equipamiento consta de una tobillera, un aparato telefónico de comunicación dual y en algunas ocasiones suma un GPS, para rastreo satelital, que sirve cuando el interno tiene que salir del domicilio, siempre con permiso del juez. Todos los elementos fueron provistos por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.

La tobillera, hipoalergénica y resistente al agua, es colocada por los técnicos del Servicio Penitenciario en el tobillo. “No se ponen en la muñeca porque podrían quebrase el dedo para sacársela. Es más difícil vulnerarlo desde el pie”, explicó Lanzarotti.

El sistema detecta de manera inmediata si la persona ha incumplido con la permanencia en el domicilio, dado que envía información constantemente.

El teléfono puede ser configurado con distintos rangos en los que la persona se podrá mover, siempre dentro del domicilio. Si sale de ese radio se activan las alarmas, que serán recibidas de forma simultanea por el Centro de Control y por la empresa prestataria.

“Hay hasta cinco rangos, que varían dependiendo de las condiciones de las viviendas. Van desde muy bajo, bajo, medio, alto y máximo. El máximo son 100 metros”, explicó el director de Políticas Penitenciarias, Pedro Yanzi.

Hay un interno que tiene el GPS permanentemente, ya que su casa, en el country Las Delicias, tiene una superficie de 800 metros cuadrados cubiertos.

ALERTAS

Las alarmas también pueden dispararse si el interno corta la pulsera, sale en horario no permitido, no regresa al domicilio en el horario establecido, la pulsera no detecta el cuerpo o se mueve el aparato telefónico. También, por alguna falla técnica.

Si el interno comete alguna de estas faltas, se llama inmediatamente al domicilio o al celular de esa persona.

En todos los casos la empresa verificará el motivo de las alertas. Si pasados 30 minutos la empresa no reporta el restablecimiento del sistema, el Centro de Control deberá dar aviso a la Policía y a la Justicia.

QUIÉNES PUEDEN ACCEDER

El beneficio de la prisión domiciliaria, con o sin tobillera, es una situación excepcional.

La ley nacional de ejecución de la pena privativa de la libertad 24.660 dice que el juez podrá otorgar este beneficio al interno enfermo cuando la privación de la libertad en el establecimiento carcelario le impida recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia, o padezca una enfermedad incurable en período terminal. También al interno discapacitado

Además, podrán gozar de este beneficio las personas mayores de 70 años, las embarazadas y las madres de niños de menos de cinco años o de una persona con discapacidad que esté a su cargo.

En todos los casos, la decisión debe fundarse en informes médicos, psicológicos y sociales.

La ley no habla de habilitar esta opción en determinados delitos sino en aquellas situaciones en las que estar en una cárcel causan mayor lesividad.

Pese a la incorporación de las tobilleras, no todas las personas que acceden a la prisión domiciliaria en Córdoba la usan. En estos casos el control corre por cuenta del Patronato de Liberados.

“Antes, todas las prisiones domiciliaras se daban sin la tobillera; ahora conviven ambos sistemas”, dijo Lanzarotti.

La funcionaria aseguró que cada vez se están otorgando más prisiones domiciliarias con tobillera dado que los jueces confían en el sistema.

MÁS BARATO Y MENOR REINCIDENCIA

Aunque por tratarse de una medida reciente aún no hay estadísticas sobre los resultados en Córdoba, la implementación de la prisión domiciliaria con tobillera electrónica en cárceles federales ya arrojó algunos datos alentadores.

Según una nota publicada por Infobae, estos presos tienen cuatro veces más posibilidades de rehacer su vida y no regresar a la prisión respecto de los que cumplen la pena en una cárcel. Además, el Estado invierte cuatro veces menos por interno.

A esas conclusiones se llega al comparar los datos del sistema carcelario con los del programa de tobilleras.

Según datos oficiales, a nivel nacional en este momento hay más de 1.200 dispositivos activos.