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Seis de cada 10 familias creen que los alumnos pierden aprendizajes

Según una encuesta nacional que mide la percepción sobre el aprendizaje en tiempos de pandemia, 62,7% de las familias con hijos en la primaria consideran que los alumnos están perdiendo aprendizajes importantes desde que se interrumpieron las clases presenciales.

Además, cuatro de cada 10 estudiantes se encuentran menos conformes con la escuela que antes de la cuarentena. Los datos surgen del informe “Percepción acerca del aprendizaje y conformidad con los docentes durante la cuarentena”, del Observatorio Argentinos por la Educación, realizado por Mariano Narodowski, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, y por Víctor Volman y Federico Braga, ambos del Observatorio.

El documento analiza resultados de una encuesta nacional en línea realizada a 262 familias de ámbitos urbanos y con conexión a internet, y que se orienta a relevar prácticas escolares desde el cierre de las escuelas, el pasado 15 de marzo. Es el cuarto de la serie “La educación argentina durante la pandemia de Covid-19. Un estudio sobre la situación de familias y de alumnos durante el aislamiento”.

El documento indica que 62,7% de las familias consideran que los alumnos están perdiendo aprendizajes importantes desde que se interrumpieron las clases presenciales, mientras que el 28,7% cree que no es así, y 8,6% no sabe.

De todos modos, la mayoría valora el esfuerzo de los maestros: siete de cada 10 familias se muestran conformes con el trabajo de los docentes en las escuelas primarias estatales.

“Son muchas las familias que afirman que la calidad de la educación no es la que ellos desearían y manifiestan que ha decaído, pero al mismo tiempo sostienen que la educación de sus hijos es satisfactoria. Estas convicciones muestran que las familias valoran el esfuerzo de los docentes, pero reconocen que no alcanza para que sus hijos puedan apropiarse de los aprendizajes que tenían previstos”, apunta Gustavo Zorzoli, director de la Escuela de Formación Olímpica, para quien la escuela remota no ha podido reemplazar a la presencial.

Según los datos de la encuesta, el 35,4% de las familias se encuentran muy de acuerdo con el trabajo que realizan los docentes; el 36,2%, bastante de acuerdo; el 24%, poco, y el 4,4% está disconforme.

De acuerdo con sus padres y madres, cuatro de cada 10 estudiantes están menos a gusto con la escuela que antes de la cuarentena. Mientras que el 47,2% se encuentra “igual de conforme”, y hay un 12,6% que está más conforme que antes.

“Los datos convalidan una percepción generalizada: hay un gran esfuerzo de docentes y de familias para sostener el aprendizaje. Ese entorno compartido de sentido y de compromiso debe sostenerse y protegerse. El riesgo es sentir que los aprendizajes se empobrecen: más esfuerzos que logros desalientan a cualquiera”, señala Irene Kit, presidenta de la Asociación Civil Educación para Todos.

Percepción en las privadas

Si bien la encuesta del Observatorio se enfoca en escuelas primarias estatales, la sensación entre las familias de alumnos de colegios privados de la ciudad de Córdoba es similar.

“Obvio que están aprendiendo menos, porque no están yendo a la escuela. Hay una escuela remota y aprenden menos. Lo veo de los dos lados, como docente y como madre. Mandan videos, hay clases por Zoom, pero no es la escuela, se pierde el contacto con los pares, el ida y vuelta con preguntas, se pierde la escuela cotidiana”, explica Estela, mamá de dos niñas, de tercer y de sexto grados.

Romina tiene una hija que está en primer grado de un colegio privado y también percibe que la nena está aprendiendo menos que si fuera a la escuela presencial. “Este es un esfuerzo compartido entre los padres, maestros y alumnos. Nadie estaba preparado para este tipo de enseñanza. Depende mucho de la casa, si uno puede seguir el ritmo de las tareas que te van mandando, los chicos van aprendiendo. No digo que no aprenden nada, pero por supuesto aprenderían más en forma presencial”, explica Romina, quien cuenta que ambos padres, cuando llegan de trabajar, se ponen con las tareas.

Mariana tiene dos hijas en un colegio parroquial: Paulina, en tercero, y Joaquina, en primero. “La sensación es que están aprendiendo, aunque no hay tanta oportunidad para practicar lo que aprenden”, dice.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior