Policiales

Schiaretti cree que después de las urnas, la Nación lo convocará a dialogar

En días agitados de campaña electoral, más allá de la tensión política que existe entre la Casa Rosada y el Centro Cívico, el gobernador Juan Schiaretti está convencido de que luego de las elecciones del 14 de noviembre, el presidente Alberto Fernández convocará a un diálogo a los mandatarios provinciales y a la oposición, que lo incluirá.

Según la evaluación que hacen en la mesa chica del schiarettismo, la posible derrota del Frente de Todos en los comicios legislativas y la eventual profundización de la crisis económica, son dos condiciones que obligarán al Presidente a convocar a un diálogo que incluirá a las provincias y a sectores de la oposición, más precisamente, a Juntos por el Cambio.

El gobernador ahora está concentrado en el tramo final de la campaña para las elecciones del próximo domingo, pero entre sus íntimos dejó trascender que el Gobierno nacional no tiene otra salida que buscar apoyo político.

“La radicalización, que sería aplicar las medidas en las que cree Cristina (Kirchner), es una posibilidad, pero sería un suicidio”, evaluó un funcionario que conoce bien el pensamiento del mandatario provincial.

ADELANTO

La posible convocatoria al diálogo ya fue adelantada por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

Esa movida fue minimizada de manera pública por el propio gobernador. “Decir eso antes de una elección suena electoralista. Es algo que se puede hablar después de los comicios. En medio de la campaña, no tiene sentido”, manifestó Schiaretti, el martes pasado, en una entrevista.

La mesura que mostró el jefe de Gabinete, Juan Manzur, el viernes pasado, cuando vino a Córdoba para participar de la campaña, abonó esa teoría schiarettista.

No sólo que no habrá represalias desde la Casa Rosada, por las críticas del gobernador en la campaña, sino que los schiarettistas intuyen que habrá un intento de acercamiento del Presidente con el único mandatario peronista que no se sumó al Frente de Todos.

CONDICIONES

El gobernador está tan convencido de que habrá un llamado desde el poder central, que ya está preparando una respuesta.

Para comenzar, Schiaretti desempolvará una propuesta que en su momento aceptó Mauricio Macri, en el año 2017, y que este Gobierno eliminó de un plumazo: que las empresas Edenor, Edesur (electricidad) y Aysa (agua y saneamiento), sean transferidas a la provincia de Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), respectivamente.

La otra condición que pondrá Schiaretti es política, e incluso más difícil de garantizar por parte del Presidente: que la vicepresidenta Cristina Fernández no tenga protagonismo en esta apertura al diálogo con todos los sectores.

El gobernador ya tiene decidido que no tendrá ningún acercamiento con la expresidenta. También lo ha dicho de manera pública. “Si creyera que las ideas del kirchnerismo son la solución, me hubiera sumado al Frente de Todos”, afirma contundente, sin grises.

¿Cristina Fernández perderá peso en un Gobierno que ella formó y hasta ahora hegemonizó?”, es la pregunta que muchos se hacen en el escenario político nacional. La duda también atraviesa a los schiarettistas.

En privado, el gobernador tiene sus argumentos al respecto. Cree que en el caso que el Frente de Todos sufra en las generales una derrota nacional parecida a la de las Paso, la vicepresidenta tendrá dos caminos: radicalizarse y sumar más poder en la gestión o correrse a un segundo plano.

En este último caso, el presidente Alberto Fernández tendría más espacio para buscar apoyo a su administración de distintos sectores. Entre ellos, la oposición y los gobernadores, incluidos los opositores, entre los cuales se inscribe el cordobés, pese a ser peronista.

Como a todos los dirigentes que tienen responsabilidades de gestión, a Schiaretti le preocupa que la marcha errática de la economía termine en un colapso.

Es el mismo temor que tienen otros gobernantes con los cuales el mandatario cordobés habla más de lo que trasciende. El santafesino Omar Perotti, el entrerriano Gustavo Bordet y hasta el opositor, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

Al igual que los dirigentes de Juntos por el Cambio, Schiaretti cree que el diálogo político se debe llevar adelante en el Congreso nacional.

Pero, cerca del gobernador admiten que eventuales acuerdos legislativos se deberán concretar bajo el paraguas de un consenso político de los gobernadores, los principales dirigentes opositores, que también podría incluir a los empresarios y al sindicalismo.

En este contexto, hay que entender el protagonismo que el gobernador tiene en esta campaña legislativa.

Para Schiaretti no es lo mismo tener tres que cuatro diputados nacionales. De allí, que está poniendo toda la carne en el asador para que Hacemos por Córdoba retenga las tres bancas que arriesga en los comicios del próximo domingo.

Por otro lado, el mandatario provincial le da mucha importancia a la banca en el Senado que seguramente ocupará Alejandra Vigo. Si se repiten los resultados de las primarias, el voto de su esposa podría ser una llave para el cuórum del oficialismo en la Cámara Alta.

Más de los discursos encendidos en la campaña, en el schiarettismo no creen que todo sea pelea en el futuro inmediato. La profundidad de la crisis obligará a bajar un cambio a todos, incluso a los opositores al kirchnerismo.

Fuente: La Voz del Interior.