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Retenciones: Córdoba aportará unos U$S 300 millones extras

Para aumentar el gasto público sin disparar el déficit fiscal primario y reactivar el consumo interno, el Gobierno nacional decidió modificar el esquema de retenciones a las exportaciones agroindustriales.

Con el decreto 37, firmado por el presidente Alberto Fernández, y la resolución 196, rubricada por el ministro de Agricultura, Luis Basterra, se dejó abierta la posibilidad de establecer alícuotas más altas y se dispuso cerrar el registro para declarar las exportaciones de granos durante mañana.

El impacto en Córdoba del nuevo esquema de retenciones a las exportaciones agroindustriales sería de una transferencia extra de entre 260 millones (sólo fiscal) y 325 millones de dólares (al fisco y a otros sectores de la economía), según cálculos del Ieral de Fundación Mediterránea y de la Bolsa de Cereales local.

A nivel país, la cifra rondaría los 1.800 millones de dólares, de acuerdo con Sociedad Rural Argentina.

En los hechos, la nueva administración dejó sin efecto el esquema que había establecido el expresidente Mauricio Macri en septiembre de 2018, en medio de la crisis financiera, cuando dispuso que todas las exportaciones pagaran hasta 12 por ciento de retención, pero sin superar los cuatro pesos por dólar de exportación.

Ahora, se eliminó ese tope de relación entre monedas y quedó vigente la alícuota del 12 por ciento. La soja, que ya tenía 18 por ciento fijo de retención, pasará a pagar 30 por ciento, al igual que sus subproductos (aceite y harina).

Trigo, maíz y otros productos, que abonaban sólo cuatro pesos por dólar, quedan con 12 por ciento. Y carnes, leche en polvo, harinas y legumbres, nueve por ciento.

Esas son las alícuotas que se imponen de hecho, porque ni en el decreto ni en la resolución el Gobierno precisó los nuevos derechos de exportación para la soja y sus derivados, los cereales y el resto de los productos agrícolas que se exportan a granel.

El maní, cuyas ventas externas se realizan en su totalidad desde Córdoba, quedará gravado con 12 por ciento para los embarques de maní confitería e industria. Mientras, los productos elaborados (manteca de maní y tostados, entre otros) tendrán una alícuota de nueve por ciento. Hasta el momento, el maní tributaba cuatro pesos por dólar.

¿A la industria?

El nuevo esquema de retenciones podría extenderse también a las exportaciones de productos manufacturados y de servicios.

Según pudo saber este diario, el celular del presidente de la Unión Industrial Argentina, Miguel Acevedo, se “incendió” ayer debido a los llamados de empresarios que le consultaban sobre el posible aumento en el impuesto. La respuesta fue negativa. El desconcierto entre los industriales es similar al que mostraban los dirigentes de la Mesa de Enlace agropecuaria. Para ambos sectores productivos, los teléfonos oficiales ayer estuvieron apagados.

Dos explicaciones dio el Gobierno, en el decreto 37, para justificar la suba de las retenciones. La primera: la grave situación por la que atraviesan las finanzas públicas, que hace necesaria la adopción de urgentes medidas de carácter fiscal que permitan atender, al menos parcialmente, las erogaciones presupuestarias con recursos genuinos.

La segunda: desde el 3 de septiembre de 2018, cuando Macri impuso el ahora disuelto esquema de retenciones, se produjo un deterioro del valor del peso respecto del del dólar, que configura una devaluación mayor que el 60 por ciento.

Al margen de la letra escrita, ayer nadie del Gobierno aclaró públicamente si mañana habrá nuevas medidas. Pero, siempre que se cierra el registro para declarar exportaciones de granos es porque atrás viene una decisión oficial sobre impuestos.

Fuentes oficiales no negaron que esto esté contemplado en el marco del paquete de leyes para las emergencias económica, social y sanitaria que Fernández enviará al Congreso.

El decreto 37 tiene un párrafo más que sugerente: “Es clara la intención del Congreso de dotar al Poder Ejecutivo de herramientas que le permitan adoptar, en forma ágil, medidas de política económica, cambiaria o de comercio exterior, estabilizar los precios internos y atender las necesidades de las finanzas públicas”.

Interpretación oficial: Sin mayores cambios

En el Gobierno le bajan el tono al impacto impositivo.

Conocido el decreto nacional, fuentes oficiales relativizaron el impacto impositivo de la medida. Aseguran que con el nuevo esquema se volvió al mismo nivel de un año atrás, después de que el campo haya sido el sector más beneficiado por la devaluación. Sostienen que, en septiembre de 2018, la soja pagaba una alícuota del 28,5 por ciento. Pero, por la suba del tipo de cambio, se licuaron los cuatro pesos por dólar y pasó a tributar 24,5 por ciento.

Un impuesto marcado por las divergencias

Marzo de 2008. El Gobierno aplica un esquema de retenciones móviles al agro, que generó la protesta del sector.

Julio de 2008. El vicepresidente Julio Cobos decidió la votación en contra de las retenciones móviles.

Diciembre de 2015. Macri elimina las retenciones al trigo y al maíz y fija un esquema de reducción para la soja.

Septiembre de 2018. Nicolás Dujovne, exministro de Hacienda, anuncia el regreso ampliado de las retenciones.

Diciembre de 2019. El nuevo gobierno aumenta las retenciones a todo el complejo agroindustrial.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior