Policiales

El regreso de la economía Argentina a la Argentina: Despertamos el dragón

Hace aproximadamente una década, recuerdo, me consultaron por los efectos de un incipiente aumento de precios que se observaba en la economía Argentina.

En aquel momento mi explicación se dirigió a poner la atención en los riesgos que ello implicaba. Para ser gráfico, indique que jugar con la inflación era como manipular fuego con una mano y nafta con la otra, un delgado equilibrio que podría transformarse en un serio problema.

Los economistas Argentinos conocemos el tema en profundidad, años de historia, nos permiten analizar políticas y resultados y contamos con la posibilidad de consultar a algunos de los hombres que lidiaron con el Dragón inflacionario en el pasado. Es una gran experiencia poder indagar en ellos, sobre sus percepciones, sobre sus temores, sobre sus aciertos y sus fracasos.

Uno de los aspectos que observo en esos hombres es que se enfrentaron al Dragón con los instrumentos con que contaban y, a diferencia de algunos políticos de nuestro tiempo, muestran un enorme respeto por el fenómeno y temor por sus consecuencias.

Ninguno de estos hombres que aun hoy se dedican al estudio de la economía, son tomados en cuenta, en lo referente a sus opiniones por la dirigencia encargada de instrumentar las políticas.

En lo personal me formé estudiando sus escritos y comprendí siempre los riesgos de despertar al Dragón y lo complejo que puede resultar volver a dormirlo.

La realidad nos vuelve a recordar lo difícil que resulta contener un proceso inflacionario. La nominalidad de la economía de desplaza a un ritmo acelerado arrasando cualquier posible estabilidad del resto de las variables del sistema, la presión acumulada termina por desbordar e impulsa nuevamente un aumento nominal, el sistema se torna inestable y desestabiliza la política que sin posibilidades de contenerlo se sumerge en la crisis.

Lo más complejo del proceso es cuando el Dragón toma la fuerza suficiente para destruir completamente el sistema. Es en ese preciso momento donde la lógica inercial ya es asumida por los hombres en su funcionamiento económico diario y el Dragón es imbatible sin correr un enorme costo.

Hay que evitar profundizar esa instancia, aún queda mucho por hacer, pero ya sin tiempo para disponer en debates carentes de contenido científico. El Dragón ya despertó, y las secuelas en los cuerpos de nuestros viejos economistas nos lo recuerdan.

(*) Economista, Docente y Consultor

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Alejandro Pereyra

Licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Villa María y Doctorando en Economía por la Universidad Nacional de Rosario. Premio de la Academia Nacional de Ciencias Económicas (2009). En la actualidad, Profesor Adjunto en la Universidad Tecnológica Nacional y docente e investigador en la Universidad Nacional de Villa María. Asesor del sector público y privado en el área de Mercados, Finanzas y Política Macroeconómicas.