Policiales

Preocupa la lenta reactivación de la construcción en Córdoba

Luego de más de un mes de absoluta inactividad, el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) anunció la habilitación para el reinicio de las obras privadas en Córdoba el pasado 28 de mayo. Si bien la actividad de la construcción había continuado en las iniciativas del sector público, la retracción del último año en la materia hace que el número de trabajadores ocupados en esa actividad considerada esencial no tenga el peso en el universo del sector que supo tener un lustro atrás.

En poco más de 20 días, apenas volvieron a la actividad entre un 25% y un 30% de los trabajadores que esperaban ser reincorporados al universo laboral tras los anuncios de flexibilización. “El impacto no fue el esperado, porque el incremento de la actividad no guardó relación con lo que se auguraba al momento de los anuncios oficiales”, analiza el titular de Cámara de la Construcción cordobesa, Luis Lumello, en diálogo con La Nueva Mañana. Junto con la Cámara Empresarial de Desarrolladores Urbanos de Córdoba (Ceduc) estimaban que, tras las flexibilizaciones, se iban a poder a activar una cantidad de obras que alcanzarían a unos 2 mil trabajadores. Al momento, los que retomaron su trabajo no superan los 700.

Todas las razones son económicas

En el fondo, todas las razones son económicas y exceden ampliamente a la caída de la actividad producto de la pandemia. La retracción del mercado por la crisis y la falta de crédito para la construcción y compra de viviendas, aparecen a la cabeza de ese listado de razones que parecen conspirar contra la construcción en Córdoba.

Lumello agrega dos elementos relacionados con lo político. Desde hace tiempo el mercado inmobiliario viene señalando que la inversión en vivienda ya no tiene el “atractivo” con el que se la identificaba tiempo atrás. “Hasta que no queden claros algunos detalles respecto a la forma en que se va a implementar la nueva Ley de Alquileres la situación no va a cambiar”, señala el empresario.

“Por otro lado, la Municipalidad autorizó a trabajar a un máximo de hasta 30 personas por edificio. Eso está pensado para un edificio de entre 700 y 1000 metros cuadrados, pero lo cierto es que hay muchos emprendimientos en los que se están proyectando construcciones de entre 2000, 2500 y 3000 mil metros cuadrados. Para que el costo de iniciar esas obras sea operativamente razonables hay que poner más gente a trabajar”, advierte Lumello que agrega que, si bien el Palacio 6 de Julio había señalado que si alguna obra necesitaba mayor cantidad de personal trabajando debía informarlo para avanzar en su correspondiente análisis y habilitación, “no se están dando esos permisos”.

Unos 4.000 trabajadores desocupados

Según el titular de la Uocra, Néstor Chavarría, hay más de 4 mil trabajadores de la industria de la construcción desocupados. “Hasta que no salgamos de esta pandemia difícilmente podamos saber en qué situación quedaremos, pero lo cierto es que la situación actual responde a un combo de cosas que se deben solucionar si queremos que la actividad se reactive”, asegura a La Nueva Mañana.

En la búsqueda de horizontes un poco más promisorios, o menos dramáticos, las mesas del trabajo del sector, que excede con creces a los representantes de la Uocra y los empresarios, se replican desde hace meses en pos de trazar un mapa de la situación y pensar alternativas para los meses por venir.

Del lado de los gremios, los representantes buscan las alternativas para conservar el empleo en tiempos de crisis mientras que del lado empresario se está trabando en un cluster de la construcción. Allí se sentarán los representantes de toda la cadena de valor y la cadena de comercialización. Entre los objetivos, se analiza la posibilidad de poder establecer un diálogo con la Municipalidad y la Provincia para poder empujar una serie de medidas que empujen la actividad privada en Córdoba.

En el horizonte, ambos sectores se imaginan confluyendo en un esquema de trabajo conjunto. “En un momento de crisis como el que se vive es necesario que haya empresas porque sin empresas no hay trabajadores”, dice Chavarría cuya principal preocupación es que observa cómo “muchos trabajadores se están quedando fuera del circuito”.

De hecho, la construcción tiene un gran índice de informalidad. Es decir, una cantidad de trabajadores que se cuentan de a miles que no dependen de ninguna empresa, a los que no los controla ni los protege ningún ente gubernamental ni los defiende ningún gremio. Entre todos contabilizan el 35% del universo total. Son albañiles, carpinteros y changarines que, en medio de pandemia, se las han arreglado para hacer “trabajitos” en viviendas particulares, más allá de que las normativas sanitarias lo prohíban expresamente.

Los planes de vivienda, una estrategia urgente

En la previa a la pandemia, la central sindical había empezado a trabajar con el Gobierno de la Provincia en una propuesta para empezar a activar el sector a partir de la implementación de planes de vivienda que permitiesen atacar el déficit habitacional, motorizando la actividad de toda la cadena de valor de la industria de la construcción. La llegada del aislamiento paralizó todas esas iniciativas.

“La vivienda es lo que más genera trabajo. En todos los países del mundo en los que hubo una crisis, la salida estuvo empujada a partir de los planes de vivienda. Acá, durante el gobierno de Néstor Kirchner, la actividad se reactivó a partir de esos planes, los Procrear son el mayor ejemplo de eso”, dice Chavarría, que afirma que por cada vivienda que se construye se ocupan dos trabajadores de la construcción y otros siete que realizan actividades directamente relacionada con esa vivienda (la industria de la madera, el cemento, la cal, los metalúrgicos, entre otros).

“La pregunta es qué trabajo se va a generar”, dice Chavarría que advierte sobre la “falta de definición” en torno al programa Argentina Construye, que busca crear unos crear 750 mil puestos de trabajo. La duda está dirigida a la forma en que ese programa se aplicará y hacia qué sectores sociales y económicos estará dirigido. La crítica la completa Lumello, quien teme que ese tipo de iniciativa sólo apunte a financiar a cooperativas, municipios, organizaciones sociales y autoconstrucción. “La obra de la Provincia está prácticamente paralizada y, desde la Nación, el único plan de obras que se lanzó no tienen en cuenta la participación de empresas”, advierte. “Si no se tiene en cuenta a las empresas se está dejando de lado la promoción del trabajo formal”.

Fuente: La Mañana. La Mañana