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El Papa pidió a los jóvenes chilenos recuperar la «señal» con Jesús y el mundo

El Sumo Pontífice de la iglesia católica, el Papa Francisco, se encuentra en su tercer día de gira por Chile y tras una misa celebrada con representantes de pueblos aborígenes, se reunió en la ciudad de Santiago con miles de jóvenes que aguardaban su llegada. Les pidió que ayuden a que «la Iglesia tenga un rostro joven real, lleno de vida, pero no precisamente por maquillarse con cremas rejuvenecedoras».

El encuentro se celebró esta tarde en el histórico Templo Votivo de Maipú, conocido también como la Basílica de Nuestra Señora del Carmen. Allí, enfatizó en el poder de la juventud para “mover el piso” de la iglesia porque con «sus preguntas, su querer saber, su querer ser generosos son exigencias para que estemos más cerca de Jesús».

Asimismo, les expresó su preocupación por aquellos que «se quedan sin batería» y pierden «la señal» con el mundo. Como suele hacer en los encuentros con los jóvenes, Francisco utilizó el lenguaje juvenil y contó que un chico le confesó que se ponía de mal humor cuando se le acaba la batería del móvil o perdía la señal de internet porque se quedaba fuera de mundo.

«En la fe nos puede pasar lo mismo y cuando comienza a bajar nuestro ancho de banda y empezamos a quedarnos sin conexión, sin batería, y entonces nos gana el mal humor, nos volvemos descreídos, tristes, sin fuerza, y todo lo empezamos a ver mal», señaló Francisco a los jóvenes.

Antes los miles de jóvenes reunidos en este santuario y que habían esperado durante horas la llegada del Papa, les dijo que al perder «esa conexión que le da vida a nuestros sueños, el corazón comienza a perder fuerza» y citó una estrofa de una canción del grupo rock chileno «La Ley».

«Me preocupa cuando, al perder señal, muchos sienten que no tienen nada que aportar y quedan como perdidos. Nunca pienses que no tienes nada que aportar o que no le haces falta a nadie. Todos somos necesarios e importantes, todos tenemos algo que aportar», les dijo.

Francisco tuvo que interrumpir su discurso en algunas ocasiones mientras atendían a jóvenes que se habían desmayado por el cansancio y el calor y les agradeció todas las horas que habían pasado esperándole.

El Papa les dio la “contraseña” cuando se pierde la señal. Les compartió a los miles de presentes: “¿Qué haría Cristo en mi lugar? En la escuela, en la universidad, en la calle, en casa, entre amigos, en el trabajo; frente al que le hacen bullying».

Les exhortó además a ser «jóvenes samaritanos que nunca abandonan a un hombre tirado en el camino» y que se comprometan «con el sufrimiento de sus hermanos». A los jóvenes chilenos les dijo que tienen que querer a su país y dar lo mejor, «ser patriotas, pero no patrioteros».

Fuente: La Nueva Mañana