Policiales

“Operación Aries”: ¿Qué pasó un día antes del golpe?

Extracto de la nota: La historia secreta de cómo se gestó el golpe del 24 de marzo de 1976, publicada por Juan Bautista «Tata» Yofre en infobae, el 23 de Marzo de 2019.

«La crisis alentaba el golpe militar, que a su vez ahondaba la crisis en una clara relación acumulativa. No es que la amenaza de golpe provocó la crisis sino que los últimos vestigios de autoridad se diluían ante el anunciado golpe», meditó José Alberto Deheza, ministro de Defensa, la tarde del lunes 22 de marzo de 1976.

Por lo tanto, al día siguiente les iba a pedir una clara definición a los comandantes generales de las tres fuerzas armadas.

A las 11 de la mañana del martes 23 se reunió con los jefes militares y les dijo: «Todos los diarios de la mañana coinciden en señalar que hoy es el día de las grandes decisiones, así también lo entiende el gobierno en cuyo nombre les pido una definición sobre la inminencia del golpe militar». Luego, pasó a leerles un documento con sugerencias de las Fuerzas Armadas que el gobierno había recibido el 5 de enero pasado. Los tres comandantes respondieron que el documento contenía sugerencias y no una exigencia de las FF.AA.

«Una minuta» contiene, además de las palabras del ministro, otras revelaciones. La respuesta que formuló, en nombre de los tres, el almirante Emilio Eduardo Massera: «Señor Ministro. Si usted nos dice que la señora presidente está afligida y acorralada por el gremialismo. Si, además, nos sondea para ver cómo podemos ayudarla. Nuestra respuesta es clara: el poder lo tienen ustedes. Si lo tienen úsenlo, si no que la señora presidente renuncie».

La reunión se levantó y los comandantes se reunieron para deliberar en sus propios comandos.

Años más tarde, Jorge Rafael Videla me relató: «Cuando salimos (de la cita con Deheza), los comandantes nos cruzamos al Edificio Libertador (sede del Comando General del Ejército). Nos preguntamos ¿qué hacemos, mañana va a pasar lo mismo? De esta gente ya no se puede esperar nada».

Los planes de la «Operación Aries» (nombre en clave del golpe) estaban terminados, lo mismo que las directivas «Bolsa» y «Perdiz» (detención de blancos).

«Cuando llegamos al despacho (de Videla) nos comunicamos con el «Colorado» Fernández y le preguntamos ¿cómo está todo por allí? ‘Bien’, fue la respuesta del jefe de la Casa Militar de la Presidencia. Muy bien, dígale a la señora presidente que por razones de seguridad viaje a Olivos en helicóptero». Era el mensaje que Fernández debía recibir para comenzar la operación de detención de Isabel Perón.

El helicóptero presidencial tardó en llegar desde Olivos. Cuando lo hizo, Isabel Perón se dispuso a viajar. La despidieron en la azotea de la Casa de Gobierno algunos miembros de su custodia y dos o tres oficiales de granaderos.

«La perdiz cayó en el lazo». La detención de Isabel Perón

Según la mayoría de los historiadores, el helicóptero decoló, a la 0.50 del 24 de marzo de 1976, con la presidente; Julio González, su secretario privado; Rafael Luisi, jefe de la custodia personal; un joven oficial del Regimiento de Infantería I Patricios, el edecán de turno (teniente de fragata Antonio Diamante) y dos pilotos de la Fuerza Aérea.

En pleno vuelo, el piloto más antiguo le dice a la presidente que la máquina tenía un desperfecto y que necesitaba bajar en Aeroparque. Cuando bajan, Luisi observa un sospechoso movimiento de hombres e intenta manotear su pistola. «Quédese tranquilo», le dijo la señora de Perón.

A las sospechas de Luisi, ella bajó y se encaminó hacia el interior de las oficinas del jefe de la Base. Cuando entró, las puertas se cerraron para los otros miembros de la delegación. A la 01, aproximadamente, entraron al salón principal del edificio el general José Rogelio Villarreal, el almirante Pedro Santamaría y el brigadier Basilio Lami Dozo.

–Villarreal: «Señora, las Fuerzas Armadas se han hecho cargo del poder político y usted ha sido destituida».

–Señora de Perón: «¿Me fusilarán?»

–Villarreal: «No. Su integridad física está garantizada por las Fuerzas Armadas»

Luego, ella se extendió en un largo parlamento. «Debe haber un error. Se llegó a un acuerdo con los tres comandantes. Podemos cerrar el Congreso. La CGT y las 62 me responden totalmente. El peronismo es mío. La oposición me apoya. Les doy a ustedes cuatro ministerios y los tres comandantes podrán acompañarme en la dura tarea de gobernar».

En un momento de la conversación, amenazó con que iban a «correr ríos de sangre» por el país a partir de su destitución, de la movilización de los sindicatos y de las manifestaciones populares. Dijo que las Fuerzas Armadas no iban a poder contener la protesta popular por su caída. Como toda respuesta, se le dijo: «Señora, a usted le han dibujado un país ideal, un país que no existe».

En esos minutos, otro alto oficial se comunicó con los comandantes generales. Les pasó la contraseña: «La perdiz cayó en el lazo». Isabel Martínez de Perón había sido detenida.

Nota original: La historia secreta de cómo se gestó el golpe del 24 de marzo de 1976