HistoriaSociales

De un matrimonio en 1905 a 622 descendientes que se juntan en San Francisco

Corría el año 1905 cuando Filippo y María arribaron a nuestro país después de escaparse de Brasil, lugar que vivieron unos años tras desembarcar del puerto de Génova.

Llegaron a nuestro país y luego de habitar en diferentes ciudades se instalaron en La Francia y se encuentran muy arraigados a San Francisco.

Desde este lugar surgió la idea de volver a reunir a toda la familia que echó raíces por estas latitudes. La primera fue en 1999 y contó con unos 120 familiares del árbol genealógico. Este domingo repetirán la «juntada familair» y serán unos 200 que se reunirán en el Salón de Barrio El Prado para, muchos conocerse, rememorar recuerdos, historias.


Filippo Franceschi (1855-1935) / Maria Maestri (1863-1955)

EL NACIMIENTO DE LA FAMILIA

Por el año 1885 se casaron Filippo y María en Italia en que las condiciones de vida diaria eran difíciles, con escasez de alimentos y la paga en el trabajo no cubría las necesidades mínimas.

Las noticias que llegaban de “América”, especialmente de Brasil, Chile y Argentina eran muy tentadoras para quienes no veían otra salida. Ésta era “la oportunidad”. Los gobiernos habían lanzado una campaña con panfletos para atraer europeos con la intención de europeizar la población autóctona y mejorar las recientes industrias.

Los grandes hacendados ofrecían el pago del viaje, casa y comida¸ pero no aclaraban que debían devolver, con trabajo, el importe de los pasajes lo que generó deudas interminables de cancelar.

En la casona de Zocca, construida con grandes bloques de piedras de granito, reunidos alrededor de la gran mesa de madera, todos hablan a la vez, discuten y levantaban la voz.

Se escucha bajito la voz de María que pregunta.

– Ma, Filippo ¿Dove e “América”?
– E nostri figli? Che cosa facemo?

Silencio. Miradas. María gira sobre sus pies y sale sin respuesta, con lágrimas en los ojos, en busca del consuelo de su madre, Ermidia Piccioli, que la abraza fuerte.

La decisión está tomada: Filippo y María van a partir con sus pequeños hijos: Adriano Marcelino Eleuterio de 8 años, Débora de 6 años, Fuvia de 5 años, Celso de 2 años y Aminadabbo de tan solo unos días.

Parten de Génova, que es el puerto de dónde salen los buques rumbo a América, cargados de cientos, de miles de inmigrantes. Ese día era una multitud de personas que no dejaban espacio libre para moverse, gente y más gente por todos lados.

Después de días interminables de navegación, viviendo miles de situaciones se llega al puerto de Sao Paulo el día 10/03/1895. Dabbo cuenta con cuarenta días de vida!

Las autoridades brasileras necesitan proceder a anotar a todos los pasajeros que están arribando a su suelo. La confusión es mayúscula, los nombres van cambiando, se agregan o quitan letras y otros cambian totalmente. El idioma, su pronunciación y el nivel de escolarización escaso fue el gran obstáculo, la gran dificultad.


Renata Maestri, única descendiente con vida de la primera generación con 100 años de edad

BRASIL

Es aquí cuando muchos nombres y apellidos son cambiados como fue el de esta familia, FRANCESCHI se transformó en FRANCISCO.

Los grandes hacendados, los dueños de las fazendas, los convencían para que fueran a trabajar en sus campos y de esta forma se van distribuyendo por esos suelos.

El derrotero los llevó en tren hasta Ararás, cuya comarca fue creada en el año 1892. Su nombre “ Ararás” lo recibe del río que pasa por la población y también por el gran número de aves, las conocidas “ararás” que no son otras cosa que los guacamayos , pájaros imponentes de tamaño y color, típicos del lugar.

Son empleados en la “Fazenda Sant´Anna” que era considerada como una verdadera fazenda experimental de café. Contaba con edificios y máquinas para la cosecha y elaboración del café, siendo el más moderno de la época.

Corría el año 1890, cuando la fazenda es rematada por falta de pago de unos préstamos solicitados al banco. Cambia de dueños y éstos deciden destinar una parte de las tierras a la producción de cereales y crianza de ganado lechero.

Los niños van creciendo en edad; pero también en número, pues se sigue agrandando la prole. María tiene a Giusseppina. Dos años más tarde, se anuncia su hermano Joao, que también nace en Ararás y que es anotado como Joao Francisco.

Brasil es la tierra dura que los recibió en América, tierra donde sufren la pérdida de tres hijos pero también la del nacimiento de otros dos.

Llegado el año 1905, siguen en Limeira, habían pasado 10 años desde su llegada cuando comienzan a vislumbrar posibilidades de cambio, de nuevas oportunidades, de volver a inmigrar, de alejarse, de conquistar otro lugar, otro terruño que quizás no fuera tan duro y les permitiera “Hacer la América”.

Nuevamente juntan sus pertenencias que guardan en grandes baúles de madera. Este viaje es distinto para los padres porque Adriano y Débora ya son grandes y la ayuda con sus hermanos menores es importante. Recordemos que Aminadabbo ya tiene 10 años, Giussepina 8 años y Juan 5 añitos.

María, poco puede hacer por el avanzado estado de su embarazo que no le permite mucho. Es la compañera silenciosa de esta aventura. Parten hacia nuestro país.


Eve, Oscar y Mirtha Baudino. Actualmente en España.

ARGENTINA

Corría 1905 cuando el gobierno argentino desarrolló un plan para poblar determinadas zonas pampeanas y desarrollar la vida rural que necesitaba contando para ello con la llegada de los inmigrantes.

Próximos a los muelles de los puertos y en los barrios cercanos funcionaban Hospederías, con aspectos de asilos, similares a las de otros lugares, pero próximas a las estaciones ferroviarias. La creación de estos alojamientos era para brindar un lugar de acogida al inmigrante, asesoramiento y comida por cinco días, tiempo en el que debían resolver cuál sería su destino.

Rosario, ciudad importante por su puerto cerealero, recostada sobre las márgenes del Río Paraná, cruzada por nuevas vías de comunicación que la relacionan con varias ciudades del país, es su primer destino o parada. Era el momento de poder volver a acariciar su sueño y pensar que esta vez era posible.

Cerquita de allí, bien en el límite con Córdoba, hay un poblado llamado Cruz Alta. Es allí donde se instalan y comienzan a buscar trabajo en el campo. Ya son más las manos que ayudan en el ingreso de los aportes mensuales porque Adriano es grande, tiene 19 años y también trabaja.

Pasan unos pocos días cuando María, de 42 años, comienza a sentir dolores de parto y da a luz a José Antonio. Ni bien llegados, Toni, como lo conoceríamos todos, comienza a dar sus berridos el 22/03/1906.


Casa de los Franceschi en Italia. Hoy vive Renata con 100 años.

Algunos integrantes de la familia van quedando por distintos lugares, algunos cercanos a Rosario como son los que viven en Pérez.

Otros siguen las sugerencias de las autoridades y avanzan dentro del territorio. El tren lleva a algunos del grupo hasta las extensas tierras del Departamento Marcos Juárez.

Por el año 1910 era común que los propietarios de grandes extensiones de tierras fraccionaran su suelo y alquilaran dichas parcelas a distintos campesinos.

Algunos siguen camino por General Baldissera, Camilo Aldao, El Garabato, Pozo del Chajá, Colonia Marina, Devoto. Siempre trabajando duro, de sol a sol, hasta reunir el dinero suficiente para comprar el campo.

El momento parecía oportuno. El país les ofrecía grandes extensiones de tierras muy fértiles. Con los brazos de Filippo y sus hijos, más el ahorro acumulado, la oportunidad estaba servida.

Nuevamente la gran mesa sirve de lugar de encuentro, de diálogo, entre padres e hijos para resolver la compra de “sus propias tierras”.

Filippo lleva a cuestas sus 69 años. Sus ojos se llenan de lágrimas cuando sus hijos le dicen que sí, que juntos van a hacer realidad lo que tanto sacrificio le llevó conquistar. Fue Aminadabbo al que le tocó recorrer los campos, escuchar ofertas y traer la información para seguir analizando.

Entre idas y venidas encontró un hermoso campo con una gran casona en La Francia. Se hacen las negociaciones, se firma la compra y en 1925 se tienen las primeras hectáreas.

Volver a cargar sus pertenencias que ya no importaba lo pesada que fueran. Esta vez el camino era distinto. Eran propietarios, jóvenes propietarios: Iterio 38 años, Dabbo 30 años, Juan 24 años y Toni 19 años.

EL REENCUENTRO

«El primero fue en 1999 y el segundo será este domingo con 200 personas» expresó Hugo Franceschi (tercera generación) uno de los organizadores. En tanto Walter Oscar Franceschi comentó «hoy el invento del WhatsApp nos facilitó todo». Fabián Franceschi, el hijo de Walter agregó «somos 120 en el grupo que compartimos fotos, historias, recuerdos, audios».

Este domingo se reunirán en el Salón de Barrio El Prado, «cuando arrancamos a organizar pensábamos en ser unos 120 y finalmente seremos 200» cuenta Hugo. «Vienen de Rosario, Cruz Alta, Granadero Baigorria, un colectivo de Marcos Juárez» añade Fabián.

«El árbol genealógico se hizo en 1999 manuscrito y hoy la tecnología permite que sea digitalizado» explica Walter. La extensión del mismo con los 622 familiares llega a 7 metros de longitud.

Comenzará bien temprano con una mateada, luego el asado característico para dar paso a una tarde interminable de anécdotas y recuerdos.