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Marcos, el nieto 128: «Es la restitución de 42 años de amor no vivido»

Una “feliz noticia”, así anunciaron las Abuelas de Plaza de Mayo la restitución de un nuevo nieto, el número 128 al que logran devolver su identidad tras su apropiación durante la dictadura militar.

En conferencia de prensa, Abuelas brindó detalles de este nuevo logro. Su nombre es Marcos, tiene 42 años y es hijo de Rosario del Carmen Ramos, quien desapareció en junio de 1976 en la provincia de Tucumán durante la última dictadura cívico militar.

“Para mí es la restitución del amor no vivido hace 42 años”, expresó Camilo, uno de los hermanos del hombre que ya se reencontró con su familia de origen.

Por su parte, la titular de Abuelas, Estela de Carlotto contó: «Como ven, somos poquitas Abuelas acá, somos cuatro. El resto ya no está, o está enfermita. Pero con nuestro equipo incansable de jóvenes que nos ayuda a seguir caminando, mientras tengamos vida seguiremos buscando a los centenares de nietos que aún faltan».

Marcos nació en San Miguel de Tucumán, donde ambos fueron secuestrados cuando él tenía casi cinco meses de vida. «Ayer, el nuevo nieto conoció la noticia y se encontró con su familia que lentamente, junto a las Abuelas de Plaza de Mayo, lo ayudará a reconstruir su historia e identidad» informó el organismo tras dar a conocer la noticia.

Rosario del Carmen Ramos, la madre de Marcos

Rosario nació el 6 de octubre de 1948 en El Diamante, Santiago del Estero. Tenía ocho hermanos y una hermana. Su familia la llamaba “Charo”. Ya en Tucumán se casó con Ismael Amado Suleiman, con quien tuvo a sus dos primeros hijos: Ismael y Camilo.

Rosario era una activa militante del PRT. Luego de separarse de su marido, fue secuestrada a principios de 1976, estando embarazada, en un operativo realizado por las fuerzas de seguridad en la zona del viejo cargadero de caña de la localidad de San José. La mantuvieron cautiva varias semanas hasta que fue liberada. Su tercer hijo, Marcos Eduardo Ramos, nació el 9 de junio de 1976.

En noviembre de 1976, fuerzas de seguridad realizaron operativos ilegales en la capital tucumana y secuestraron a Rosario, que partió con destino desconocido en un Ford Falcon blanco. Camilo en ese momento se encontraba al cuidado de su padre, pero Ismael y Marcos, que vivían con su madre, fueron llevados a una casa quinta ubicada en Tafí Viejo.

Esa fue la última vez que Ismael vio a su hermano menor. Luego de permanecer una semana allí, Ismael fue trasladado a otro domicilio en Tucumán, del que escapó muchas veces, hasta que en una ocasión logró ubicar a su tío paterno, quien dio aviso sobre su paradero al padre del niño. Así lograron recuperarlo. Desde entonces sabe que tiene un hermano menor que fue secuestrado. Rosario continúa desaparecida.

La búsqueda de la familia

Ismael se acercó a la Comisión Nacional por el Derecho a la identidad (CONADI) en 1999 y contó que en 1976 había sido secuestrado junto a su hermano y su madre y que nunca más había sabido de ellos.

Por otra parte, en 2013 se recibió una denuncia en el Fondo Permanente de Recompensas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, con información que señalaba a un joven como hijo de desaparecidos, apropiado por una persona imputada por crímenes de lesa humanidad en la provincia de Tucumán.

Estos datos novedosos fueron entregados a la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado, del Ministerio Público Fiscal, que inició una investigación para profundizar los datos contenidos en la denuncia.

Tras verificar que resultaba probable que el joven efectivamente fuera hijo de desaparecidos, remitió la investigación a la Fiscalía Federal N° 1 y a la Oficina local de la Procuraduría de Crímenes Contra la Humanidad de Tucumán, quienes a su vez dieron intervención al Juzgado Federal Nro. 1.

Así se pudo encontrar a Marcos, quien accedió voluntariamente a realizarse los exámenes de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos, luego de que el juez ordenara tomar las respectivas muestras.

El segundo nieto restituido en Tucumán

Marcos es el segundo nieto restituido en la provincia norteña. Las fosas comunes descubiertas e investigadas allí en las que se identificó a más de un centenar de personas desaparecidas, junto a la comprobación de la existencia de un capítulo local del plan sistemático de apropiación de niños y niñas, vuelven a colocarla ante la evidencia del horror.

«El caso de Marcos debería contribuir a acabar con el negacionismo, la justificación y el olvido que subsisten en parte de la sociedad y, en particular, en Tucumán. También, demuestra la importancia de fortalecer a los organismos que desde el Estado intervienen en el esclarecimiento de estos delitos de lesa humanidad» informaron desde Abuelas.

Fuente: La Mañana. La Mañana