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“A Macri nunca le interesó quitarle el poder a Schiaretti en Córdoba”

“Nos dicen que como somos oposición, el aire acondicionado no va a llegar nunca”, comenta una colaboradora medio en broma, medio en serio. Allí se configura gran parte del trabajo de Encuentro Vecinal Córdoba, el espacio unipersonal que García Elorrio encabeza desde su creación en 2011, mismo año en el que fue electo en el cargo que mantiene hasta el día de hoy.

De su oficina personal sale Juan Pablo Quinteros, que saluda con otro apretón de manos, afirma que pronto llamará por teléfono y luego se va. Se trata del otro opositor a Unión por Córdoba (convertido ahora en “Hacemos por Córdoba”) que junto a Liliana Montero, constituye el ala más crítica del oficialismo en una Unicameral acostumbrada a un levantar y bajar de manos afianzado en bloques poco heterogéneos.

Tal es así que, en entrevista con La Nueva Mañana, el legislador vecinalista remarca que el candidato de Mauricio Macri en Córdoba es Juan Schiaretti, algo que, según afirma, viene advirtiendo “desde hace tres años”. Buscando consolidarse como la alternativa al radicalismo y al pejotismo local, García Elorrio se sienta frente al cuaderno A4 que utiliza como agenda y explica con serenidad sus puntos de vista, de cara a una elección que lo pondrá nuevamente como candidato a gobernador. De espaldas a la ventana que da al edifico del recinto, rememora los resultados de comicios anteriores y remarca que su espacio aún no está consolidado:

– ¿Cómo es para Encuentro Vecinal llevar adelante otra campaña en provincia y Capital?
– Es un esfuerzo enorme, menos mal que se unieron la elección municipal de Córdoba con la provincial porque sino hubiera sido peor. Estamos con mucho entusiasmo buscando que esto se vaya consolidando. Nosotros no tenemos atrás nuestro a Perón, Illia, Yrigoyen, Nestor Kirchner ni a nadie. Todo lo que hacemos y avanzamos debe ser un esfuerzo ganado porque no podemos vivir de rentas políticas. Es muy difícil eso.

– ¿Realmente no están consolidados?
– No, pero en esta elección nos podemos consolidar. Para eso tenés que sacar un número de votos importante en dos o tres elecciones y nosotros solo lo hicimos en la de octubre del 2017, donde casi obtuvimos 80 mil votos. Consolidar es que la gente te vuelva a acompañar.

– ¿Y qué necesita la gente que ya lo eligió para que vuelva a votarlo?
– Mantener una línea en la acción política. La gente es muy exigente y nos dice que sigamos porque “vamos bien”. Después te dicen: “En esta elección no los voto porque elijo a éste para que no gane aquel”. Y vos te quedás esperando que vuelvan y no se vayan más, cuando se dan cuenta que eso de afuera es peor. Es un proceso muy lento y no tenés que cometer errores gruesos, porque si no poseés dinero para blindarte llega el fin.

Aurelio García Elorrio, legislador vecinalista, remarca que el candidato de Mauricio Macri en Córdoba es Juan Schiaretti, algo que, según afirma, viene advirtiendo “desde hace tres años”.
– Asimismo está presente una idea de que detrás de García Elorrio está la Iglesia Católica…
– No, de ninguna manera. Si no se hubiera visto en las elecciones. Cambiemos sacó en las últimas elecciones legislativas casi un millón de votos y nosotros no llegamos a 80 mil. Está claro que la gente en esta provincia no vota en clave religiosa ni nos identificó en ese sentido. Es algo objetivo.

– Hablando de Cambiemos, con esta ruptura surgió el rumor de que el candidato de Macri en la provincia es Schiaretti…
– Hace tres años que sé eso y que estaba decidido.

– ¿Cómo fue decidido?
– En Buenos Aires. No había forma de que Schiaretti perdiera Córdoba siempre y cuando cumpliera con el rol de partir el peronismo. O sea, no le es gratis que no tenga contra quien pelear acá. Él tiene un deber y lo está cumpliendo al pie de la letra. Lo sé hace tres años, cuando se decidió para el 2019. Lo único que a Macri le interesaba es la Capital.

– ¿Habla de esto con algún legislador cercano a lo que era Cambiemos, o al menos con Quinteros?
– No, yo soy muy respetuoso con meterme en la vida interna de partidos políticos, lo que no inhibe que haga alguna apreciación. Casi no recuerdo una conversación con algún dirigente de la Legislatura en estos términos a partir de mi impresión. A veces cuando ven declaraciones mías no les gusta, pero no tengo porqué pedirle a alguien del PRO que reconozca si lo que digo es cierto. Hay mucha gente acá adentro que lo piensa, porque aparte es tan obvio el acuerdo. ¿Usted cree que si el Presidente hubiera tenido intención de ganar Córdoba habría hecho las cosas así? Ahora no tiene poder político acá y se le agrandan los enanos. A Macri nunca le interesó quitarle el poder a Schiaretti en Córdoba.

– Pero esta interna tiene repercusión nacional…
– Está bien. Una cosa es lo que se planificó y otra es todo lo que vino después de los problemas económicos, cuando casi no ven la luz al final del túnel.

– ¿Qué problemas ve en el país y cuáles en la provincia?
– El número uno es la cuestión social acá y en Argentina. Treinta y pico porciento de persona en la pobreza que están desde hace décadas. No hay moneda nacional. ¿Cómo va a haber economía sin moneda nacional? Las tasas de interés enloquecidas que llevan a los bancos a embolsar dinero como una forma de planchar el dólar, algo que no sirve porque si hay una gripe en la otra punta del mundo acá se resfrían. Schiaretti en su obsesión de volver a ser gobernador endeudó en dólares a Córdoba para hacer obras faraónicas. Una deuda hecha en un proceso de volatilización hizo que por la devaluación se perdieran 60 mil millones de pesos. Tenemos que pagar deudas en dólares, recaudamos en pesos y ya no hay a quién cobrarle impuestos porque la gente no da más.

– Y si usted recibiera la Provincia con estos inconvenientes, ¿qué haría?
– Le bajaría la presión porque si no nunca va a despertar. Para dinamizar economías regionales hay que bajar los impuestos y así recuperar el circuito económico. Después hay que regular el gasto enloquecido de la política clientelar. Hay que acomodar el Poder Judicial porque sin justicia independiente nada va a cambiar nunca. Y dejaría de gastar 1.800 millones de pesos en publicidad, concentrada en cinco o seis medios. Hay tantas cosas por hacer.