Política

Los senadores aprobaron la suba de sus dietas y cobrarán más de $ 6 millones en bruto

La Cámara alta aprobó a mano alzada un proyecto acordado entre los bloques para actualizar los sueldos. Milei criticó la decisión y la vicepresidenta salió a despegarse. El PRO salió a aclarar que votó en contra. El detrás de escena.


Sucedió casi en silencio, cuando la sesión llegaba a su fin. El temario ya se había agotado y el salteño Juan Carlos Romero, del bloque Cambio Federal, pidió la palabra y pidió incorporar un proyecto que prometía escándalo: un nuevo mecanismo de actualización para las dietas de los senadores. La vicepresidenta Victoria Villarruel no perdió el tiempo y rápidamente abrió la votación, a mano alzada y sin debate. El resultado fue afirmativo.

Con esta decisión, los senadores llegarán a cobrar más de $6.000.000 brutos (unos $4.500.000 de bolsillo), contemplando ítems extra. “Así se mueve la casta. Los únicos siete que votaron en contra son los senadores de La Libertad Avanza”, reaccionó el presidente Javier Milei, que en marzo había ordenado dar marcha atrás con un aumento del 30%.

En ese momento, Villarruel (que decía estar a favor de la suba) se vio obligada a firmar una resolución conjunta junto a su par de Diputados, Martín Menem, para retrotraer el incremento. Este jueves, la vicepresidenta tuvo su revancha, aunque públicamente se desligó de la medida: “No soy senadora, no cobro del Senado y no puedo interferir en esas decisiones”.

La maniobra fue pergeñada con sigilo este miércoles durante la reunión de Labor Parlamentaria, encabezada por Villarruel, de la que participaron jefes de bloque. Allí germinó la bronca por la noticia de que el vocero presidencial, Manuel Adorni, ganará más de $3.000.000 por haber sido ascendido a rango de secretario de Estado.

Bajo ese clima de malestar, los senadores acordaron votar al final de la sesión el aumento de las dietas. El salteño Romero se puso la iniciativa al hombro y representantes de todos los bloques (a excepción del PRO) estamparon su firma. Incluso adhirió un libertario, el sanjuanino Bruno Olivera, que después lo negó: “No es cierto que haya firmado el proyecto, no sé cómo apareció”.

Ya en el recinto, el expediente fue incorporado al temario con el voto de dos tercios, y finalmente resultó aprobado. Ambas votaciones fueron a mano alzada, un recurso que sirvió para no dejar registro. Con el correr de las horas, varios senadores que no levantaron la mano salieron a aclarar que habían votado en contra, aunque según una interpretación reglamentaria, al no expresarlo a viva voz terminaron convalidando la medida.

“Todos los senadores y senadoras de la Nación de todos los bloques políticos que estuvimos presentes votamos a favor de la actualización de las dietas, incluso los que dicen que no lo hicieron o ahora quieren rechazarlo”, arremetió la kirchnerista Juliana Di Tullio, quien citó artículos del reglamento y reivindicó sin tapujos el aumento.

El bloque PRO, con Luis Juez a la cabeza, fue uno de los que salió a despegarse y recibió una felicitación por parte del expresidente Mauricio Macri. También los radicales mendocinos Rodolfo Suárez (exgobernador de la provincia) y Mariana Juri dijeron haber votado en contra, y hasta le pidieron a Villarruel, por nota, no percibir el aumento.

Decisión polémica

El 11 de marzo pasado, bajo presión de Milei, Villarruel y Menem habían dispuesto “desenganchar” las dietas legislativas de los aumentos que perciben los empleados legislativos vía paritarias, luego de la polémica desatada con la última suba.

Esa resolución generó malestar entre los legisladores, sin distinción partidaria, y brotaron proyectos para ajustar las dietas según diferentes parámetros. El que prosperó este jueves está atado a los módulos, que son la unidad de medida utilizada para los sueldos de los empleados legislativos. En la práctica, funcionará como un nuevo “enganche”.

La dieta será equivalente a 2.500 módulos, más un adicional de 1.000 módulos por gastos de representación y otros 500 módulos por desarraigo, si correspondiera (es el plus que cobran los legisladores nacionales con domicilio real a 100 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires).

El acuerdo alcanzado la semana pasada entre las autoridades del Congreso y los tres gremios legislativos (Asociación del Personal Legislativo, ATE y UPCN) subió el valor del módulo un 8% a partir del 1ro de marzo, con lo que quedó en $1.802.

De esta manera, un senador pasará a cobrar $4.505.000 de dieta, más $1.802.000 por gastos de representación y otros $2.302 de desarraigo si correspondiera. En total, percibirían $6.309.302 brutos, sin los descuentos. El gasto será afrontado con partidas del Senado.

En la Cámara de Diputados no hubo señales para avanzar en el mismo sentido. A diferencia de Villarruel, Menem está de acuerdo con Milei en no aumentar las dietas, pero los diputados, en su gran mayoría, no piensan lo mismo y rezongan por lo bajo. En la última liquidación cobraron alrededor de $1.800.000 brutos ($1.200.000 de bolsillo, con desarraigo incluido). Al no haber un mecanismo de ajuste, cualquier suba quedó a discreción de Menem.

La versión de Villarruel

“Como Presidente del Senado no soy senadora, no cobro del Senado y no puedo interferir en esas decisiones. Tampoco puedo obligar a que se vote nominalmente ni a que se justifique la decisión avalada por todos, porque no soy senadora. Podría haberme levantado para no que no salga mi foto y parte del periodismo y de los trolls me acusen de lo que no tengo injerencia alguna pero siempre doy la cara y hoy no va a ser la excepción”, fue el descargo de Villarruel en redes sociales.

Y agregó: “Lamentó que se le mienta al pueblo y ciertos sectores aprovechen para intentar ensuciarme, pero lo que sucedió en el Senado es perfectamente legal y no tengo herramienta alguna para frenarlo”.

En la sesión también se aprobaron los pliegos de seis embajadores, entre los que sobresalió el rabino de Milei, Axel Wahnish, como embajador ante Israel. Los restantes son Guillermo Nielsen (Paraguay), Gerardo Werthein (Estados Unidos), Mariano Caucino (India), Ian Selecki (Francia) y Sonia Cavallo (Organización de Estados Americanos).

Además, se avaló una veintena de acuerdos internacionales y la declaración del 31 de octubre de cada año como el Día de las Iglesias Evangélicas y Protestantes.