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Los parceros en San Francisco

Emigrar es una experiencia que cambia la vida de cualquier persona; porque cuando alguien deja su país para aprender y experimentar cosas nuevas, su historia se divide en dos; antes y después de ser inmigrante.

Aunque el cambio es distinto para cada persona, hay algunos aspectos comunes que se vuelven una constante en la vida de los inmigrantes, especialmente en el caso de los inmigrantes colombianos en San Francisco.

Cada uno de los colombianos que han venido a Argentina, específicamente a San Francisco, ha sido por diversos motivos, unos a buscar un futuro mejor, otros por cuestiones laborales, por estudio y otros para tener nuevas experiencias.

No todos los que llegan, tienen la capacidad de adaptarse igual a la cultura Argentina, ya que sus costumbres, clima, y forma de hablar, es muy diferente a la de ellos.

Comenzando por el léxico o la forma de expresarse. Cada uno de los países tiene su propia jerga y tonada, donde se encuentran gran cantidad de palabras, que varían en su significado; Un ejemplo de estas, es la palabra “coger”. En Colombia este término está relacionado con el verbo “agarrar”, por el contrario de Argentina, que hace referencia al sexo. Otro ejemplo sería la palabra “pendejo” una palabra un poco despectiva que utilizan los colombianos para calificar a una persona tonta o poco astuta. Término que para los argentinos es completamente diferente, ya que su definición es para denotar una persona joven o de corta edad.

Daniel Gómez Acosta, tiene 22 años, estudia marketing digital, Llegó a San Francisco hace 5 años y medio, siendo todavía un adolescente con el sueño de poder superarse. En un principio le fue difícil acomodarse al dialecto. Y nos cuenta algunas de sus anécdotas. Daniel relató: “a principios del año 2014, recién llegué a San Francisco. Fui a una tienda (kiosco), a comprar unos huevos, cuando me tocó pasar, le pregunté al señor inocentemente que si “tenía Huevos”, yo le dije como normalmente se diría en Colombia, pero el señor se quedó mirándome raro y me respondió un poco serio, “si yo si tengo huevos” pero entendiendo lo que le había querido decir, después de que me atendió me explicó que no debía volver a decirlo de esa forma, ya que acá no se puede decir así porque lo toman en un doble sentido y está mal dicho”.

En cuanto a la comida, “me es aun difícil acostumbrarme, ya que extraño poder salir a comer en un restaurante, disfrutar una buena bandeja paisa, la fritanga, la empanada colombiana, el sancocho, la arepita, el pan, el buñuelo. Un sinfín de comidas que acá no puedo conseguir” expresó el colombiano, también agregó que es muy difícil conseguir el plátano, una verdura que no puede faltar en la mesa de los colombianos, además de ser muy costosa.

También, mencionó que hay otros alimentos que los sanfrancisqueños no saben de su existencia, ya que no se cultivan debido al clima o es imposible encontrarlos, como es la papa amarilla, la yuca, el cilantro, la guanábana, el zapote, la guayaba, el tomate de árbol, el borojó, chontaduro, el lulo, entre otros alimentos. Pero resaltó que uno de los platos que más le gusta de acá es el típico asado argentino. Dijo que no hay algo más ¡delicioso!

Respecto a la música dijo que es diferente ya que en Colombia se escuchan otros tipos de géneros como lo son la salsa, el vallenato, el merengue, la bachata y la champeta. Ritmos que en Argentina no se conocen o se escuchan muy poco. En cuanto a las salidas a los boliches también es diferente porque en el país cafetero, las discotecas están llenas de mesas y la gente está sentada en su mesa tomando cerveza, ron o Aguardiente (un trago muy común en Colombia) y cuando se quiere bailar solo invitas a una chica y sales a la pista o si estas con tu pareja. A diferencia de acá en Argentina que acostumbran bailar todos con todos ya sea en grupo, hombre y mujer, mujer con mujer, hombre con hombre.

En cuanto al trato que brindan los argentinos a los colombianos «a veces, la reacción de algunos argentinos no es muy buena. Te dicen, los colombianos nos invaden. Te preguntan por qué vienen tantos, pero también hay algunos argentinos que son muy amables. Es como en todo lado hay gente buena y no tan buena» comentó Daniel.

Otra paisana es Angie Estrada, de 21 años, que se instaló en la ciudad hace 5 años. Cuando llegó a San Francisco, para terminar el secundario, se encontró con colombianos pertenecientes a otros lugares. La caleña vive con sus padres, trabaja de moza en el terminal los fines de semana. Además está estudiando Gestión y Administración de las organizaciones.

Nos contó que a veces se reúne con otros compatriotas, ya sea para salir, compartir o solo para preparar las comidas típicas de su país, expresó: “cuando vamos hacer alguna comida típica de Colombia, como son las empanadas, arepas u otra cosa, nos solemos juntar en la casa de Martica otra colombiana, o en mi casa”.

También habló de su experiencia en un principio a la hora de ir a comprar un producto y cómo se le complicó para que le entendieran lo que quería conseguir, dijo “una vez fui a una revueltería o verdulería como suelen llamar acá y tuve que señalar lo que quería que me vendieran, porque cuando iba y decía tienes abichuela, me preguntaban qué es eso, en ese momento no me acordaba, ya que acá le llamaban chaucha, también me paso con la “piña” que es este caso seria “ananá” y otros productos que suelo comprar”.

Finalmente, Angie manifestó que ya se ha ido familiarizando, con el lenguaje, y que por ahí a veces se le sale lo colombiano, además, añadió “es como en todo, uno es un animal a costumbre, todo es cuestión de adaptase”.

Esta es una pequeña lista de palabras que se utilizan en el lenguaje de Colombia:

Argentina – Colombia

Morcilla – Rellena
Ananá – Piña
Cocina – Estufa
Heladera – Nevera
Colectivo – Bus
Kiosco – Tienda
Boliche – Discoteca
Verdulería – Revuelteria
Lampazo – Trapeador
Garrafa de gas – Pipa de gas
Vereda – Andén

Por Daniela Gómez Salazar
Pasante CRES