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La tomografía multislice y la posibilidad de detectar hemorragias digestivas

Cada año miles de personas sufren una hemorragia digestiva que puede comprometer su vida. Y aunque en el 85 por ciento de los casos el endoscopista puede determinar la causa del sangrado y planificar junto al equipo médico una solución, hay un grupo importante, alrededor de un 13 por ciento, en quienes no se puede determinar con exactitud cuál es el origen de la hemorragia. Sin dudas, son estos los que más riesgo corren.

Para develar el verdadero motivo del problema y poder ofrecer un tratamiento se cuenta con el aporte de la tomografía multislice, que de una manera no invasiva y efectiva permite en la mayoría de las situaciones arribar a la causa.

Dialogando con los mejores especialistas, se mencionó que la hemorragia digestiva es más común de lo que la población cree y representa, por su impacto, un problema de salud pública al que se le debe prestar atención. “Las hemorragias se pueden producir en un largo trayecto del tubo digestivo a partir de lesiones que pueden ser en esófago, duodeno, intestino delgado, colon, recto. Pueden ser altas o bajas. Las altas, que son la mayoría, son las más graves”.

Las formas graves deben ser tratadas en un hospital o sanatorio y siempre por un equipo especializado. “El paciente tiene que estar internado en terapia intensiva y ser abordado por un grupo multidisciplinario en el que intervenga un médico clínico, un gastroenterólogo intervencionista, un radiólogo y un cirujano”.

Los síntomas de una hemorragia digestiva (sobre todo si es alta) suelen ser lo suficientemente intensos para que la persona concurra de inmediato a una guardia hospitalaria. “El vómito de sangre (hematemesis) suele indicar que se trata de un episodio de jerarquía. El paciente además sufre un shock hipovolémico, palidez extrema, taquicardia, estupor”, detallaron los especialistas.

El motivo no siempre es claro. Se produce por problemas erosivos digestivos, por gastritis, por úlceras (que pueden ser provocadas por ejemplo por el consumo de antiinflamatorios no esteroides como los que se usan para el dolor articular), várices, pero hay muchas causas.
En las hemorragias bajas (menos frecuentes y en general menos severas), la causa pueden ser los divertículos del colon.
En otros casos, los síntomas no son tan claros porque la sangre suele estar oculta en heces, como cuando son producto de un cáncer de colon.

Una vez que la causa está claramente identificada se pueden tomar decisiones terapéuticas. Si encontramos el lugar exacto de la hemorragia, la sobrevida del paciente es significativa, pero si no lo hacemos la tasa de mortalidad puede ser entre un 25 y 57%, lo que realza la importancia del diagnóstico de esta enfermedad.

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