Policiales

La pobreza infantil castiga a 7,6 millones de chicos argentinos

Problemas por los lugares en los que viven; problemas por la falta de acceso a una cobertura de salud aceptable; problemas alimentarios y, también, por bajo rendimiento escolar. Esos son los padecimientos más notorios de los chicos argentinos de entre 0 y 17 años, según el último estudio del Observatorio de la Deuda Social de la Infancia, de la Universidad Católica Argentina (UCA), presentado ayer en Buenos Aires.

Se trata del informe sobre “Infancias en situación de pobreza multidimensional” que compara datos y evolución de indicadores de desarrollo humano entre 2010 y 2016.

El dato central, que señala que casi el 59 por ciento de los niños y los adolescentes argentinos vive en situación de pobreza “multidimensional” (mide distintas vulnerabilidades sociales), había sido adelantado el fin de semana pasado. La gravedad de la situación que evidencia ese porcentaje fue matizada ayer por la noticia de que implica una reducción de esta pobreza “multidimensional” en ese grupo etario si se lo compara con el índice de 2010, que fue del 63,7 por ciento.

La presentación estuvo a cargo de Ianina Tuñón (investigadora responsable del Barómetro, de Rosalía Cortés (del Conicet), de Florencia López Boo (economista senior en protección social del BID), y de Andrés Peregalli (UCA).

La cuestión alimentaria

Durante el período medido, se mantuvo estable, aunque con leves variaciones, la incidencia de la inseguridad alimentaria en la población de niños y adolescentes. Dos de cada 10 chicos viven en hogares que se encuentran en situación de vulnerabilidad en el acceso a los alimentos.

Además, uno de cada 10 de este grupo experimenta situaciones de inseguridad alimentaria graves, lo que significa que han experimentado situaciones de hambre en el último año. Esta tendencia se profundizó levemente entre 2015 y 2016, y de modo particular en el estrato “trabajador marginal”, en espacios de asentamientos urbanos.

Preocupa, también, que “las brechas de desigualdad social se han incrementado entre 2010 y 2016, y son claramente regresivas para las poblaciones más vulnerables en términos socioeconómicos y en espacios de villas”.

En este contexto, la proporción de niños que reciben asistencia alimentaria gratuita directa se ha mantenido en torno a un 28,6 por ciento desde el 2014. En el último período interanual, se incrementó en el estrato trabajador marginal y en el Conurbano bonaerense.

El hábitat

En materia de hábitat, el informe da cuenta de que el 42,5 por ciento de la infancia y la adolescencia reside en viviendas con algún problema de saneamiento y de contaminación ambiental.

Ello es claramente más frecuente a medida que desciende el estrato social y en los espacios residenciales informales, como las villas de emergencia. También es marcado el déficit en la calidad de los materiales de construcción de las viviendas donde residen y la situación de hacinamiento que afecta, aproximadamente, a dos de cada 10 niños y adolescentes.

A esto se suma que desde el último período interanual la situación de hacinamiento empeoró específicamente en las áreas metropolitanas del interior del país.

La deuda sanitaria

La cobertura de salud a través del sector público como única alternativa de atención de la salud del niño continúa incrementándose. Entre 2010 y 2016, la cobertura del sector público en la infancia se incrementó en 3,4 puntos porcentuales. El 50,3 por ciento de la infancia y la adolescencia en la Argentina urbana tiene como única opción para la atención de su salud el sector público. El 21,7 por ciento de la población de referencia no realizó una consulta en el último año.

En materia educativa, el estudio expuso que el 25,9 por ciento de los adolescentes que concurren a establecimientos educativos de nivel medio, es decir, al secundario padece un déficit sostenido que se expresa en repitencia o en “rezago” educativo.

Los datos del Barómetro que más preocupan

58.7% de los niños y los adolescentes de entre 0 y 17 años que viven en ciudades de la Argentina padecen pobreza “multidimensional”. Son 7,6 millones de chicos.

25% de los niños y los adolescentes de entre 0 y 17 años viven hacinados o en casas construidas con materiales precarios en las ciudades del país más pobladas.

30% de los niños y los adolescentes de entre 0 y 17 años registran un déficit en el acceso a la salud, lo que significa, en general, carencias de vacunas y de controles médicos.

25.9% de los adolescentes que concurren a establecimientos educativos de nivel medio (secundario) padecen déficit sostenido, que se expresa en rezago educativo.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior

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