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La pandemia fortaleció los impuestos patrimoniales en los ingresos de la Provincia

La recaudación del Centro Cívico, al igual que la de todos los distritos nacionales, provinciales y municipales, está al borde del colapso.

Es que a la crisis económica que golpeaba las cuentas de la Provincia desde mediados de 2018, se le adicionó una pandemia mundial que debilitó las fuentes de ingresos hasta niveles inéditos, no vistos desde la debacle del 2002.

El impacto es mayúsculo en el Panal porque la estructura tributaria está fuertemente calzada en el nivel de actividad.

Así, en aislamiento obligado por el brote de coronavirus, con las industrias y los comercios con ventas paupérrimas, y el gasto creciendo para atender la emergencia sanitaria, las arcas públicas se vacían más de lo que se cargan.

En este contexto, se potenció un fenómeno que ya venía asomando en la estrategia de ingresos de la administración de Juan Schiaretti: el crecimiento de la participación de los impuestos patrimoniales (básicamente Inmobiliario y Automotor) en detrimento de Ingresos Brutos y Sellos, ambos estrechamente ligados a la actividad en la provincia.

Comparando la recaudación de los primeros siete meses de este año con el mismo periodo de 2019, el crecimiento nominal de los impuestos patrimoniales fue del 42,1 por ciento, casi 10 puntos porcentuales más de lo que subieron, en conjunto, Ingresos Brutos y Sellos (32,9 por ciento).

En números, en los primeros siete meses del año Automotor e Inmobiliario recaudaron 15.338 millones de pesos, frente a 10.788 del mismo lapso de 2019. Ingresos Brutos y Sellos, en tanto, crecieron de 37.178 millones a 49.426 millones, siempre en moneda corriente.

Si se analiza el ecosistema de recaudación propia de la Provincia, que en su conjunto recolecta algo más de cuatro de cada 10 pesos que ingresan al Panal (el resto llega desde la Nación), se puede decir que en el caso de los impuestos patrimoniales apenas perdieron con el costo de vida. La inflación promedio interanual de enero-julio fue del 44,77 por ciento.

Causas

Desde la Provincia advierten que la menor caída en los impuestos patrimoniales viene de la mano de varios factores: digitalización de los procesos, anualización y facilidades de cancelación (pago anual con tarjeta de crédito en 12 cuotas, por ejemplo) y detección de metros no declarados, en el caso del Inmobiliario.

El fenómeno de fortalecimiento de los patrimoniales en el total de los recursos provinciales ya se venía advirtiendo desde antes de la pandemia e, incluso, es previa a la crisis del gobierno anterior.

Cotejando el periodo enero-julio de 2016 con el de 2020, el incremento nominal de los ingresos por Automotor e Inmobiliario combinados fue del 331 por ciento, mientras que Sellos e Ingresos Brutos crecieron, juntos, 196 por ciento.

En el Ministerio de Finanzas que conduce Osvaldo Giordano entienden que por una razón de equidad y de impacto en la economía, los impuestos que gravan el consumo deberían ceder a medida que crecen los patrimoniales.

Pero no es fácil, es mucho más sencillo para los gobiernos recaudar con la actividad, evitando el costo político que supone el aumento del impuesto a los inmuebles y a los vehículos. Ingresos Brutos (como el IVA) se diluye en el precio de los bienes y servicios y la gente no hace una asociación directa entre el gobierno y la presión impositiva.

Gravar la riqueza

Cambiar este escenario era una de las intenciones del Consenso Fiscal suscripto por la mayoría de los gobernadores el 16 de noviembre de 2017, pero la crisis devaluatoria del 2018 lo tiró por la borda.

En este sentido, la Provincia había iniciado un sendero de reducción de las alícuotas de los impuestos a la actividad y, en paralelo, avanzó en la revaluación de la tierra urbana y rural y desarrolló todo un proceso de actualización del valor de las propiedades con base en un amplio estudio econométrico.

Giordano lo había explicado claramente hablando de los trabajos de actualización de los datos de Catastro: “Los impuestos patrimoniales son mucho más justos porque tienen relación con el patrimonio de quien lo paga: es más justo gravar la riqueza que el consumo”.

En este sentido, cabe destacar el fuerte incremento en el volumen ingresado al Panal por la coparticipación del Impuesto a los Bienes Personales, que fue actualizado este año como parte de la ley de emergencia votada en el inicio de la gestión de Alberto Fernández.

En los primeros siete meses de 2020 drenaron por ese ítem desde la Nación 2.567 millones de pesos, frente a apenas 560 millones del mismo periodo de 2019. Es un incremento nominal de casi el 360 por ciento.

De hecho, en todo el año pasado ingresaron por ese impuesto 1.443 millones a las cuentas provinciales.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior