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El mejor templo del mundo está en un campo de La Playosa

La capilla fue hecha con ladrillos centenarios y sin luz eléctrica ni agua, pero su forma y originalidad le valieron un premio internacional de Arquitectura, otorgado por ArchDaily, el sitio más influyente del mundo en la materia.

La Capilla de San Bernardo, ubicada sobre un pequeño monte en la localidad de La Playosa, fue elegida entre tres mil obras y más de 75 mil personas participaron de la votación.

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Cinco años tardaron en construirla y lo hicieron reutilizando ladrillos que habían pertenecido a una antigua casona rural y a sus corrales. Por la tarde, la luz del sol refleja en sus muros la sombra de unos maderos que forman una cruz, como puede apreciarse en estas fotos y en un video.

“Se hizo con muy pocos recursos y la construcción llevó mucho tiempo. Requirió un esfuerzo personal muy grande. Como capilla tiene que ver con la esencia humana, y eso me movilizó mucho desde el principio”, explicó el arquitecto Nicolás Campodónico sobre la obra que ya recibió otras 12 distinciones desde que fue inaugurada.

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Los premios de ArchDaily son una forma de reconocer lo más destacado de la arquitectura contemporánea en todos los rincones del mundo. Además de la capilla de San Bernardo, otras 15 obras fueron distinguidas, entre las cuales hay un centro médico en Manchester (Inglaterra), una terminal de cruceros en Matosinhos (Portugal) y un jardín de infantes en Frederiksberg (Dinamarca).

Sobre un monte inmerso en la llanura de la pampa —en La Playosa, localidad de la provincia de Córdoba— se encuentra este oratorio de ladrillo, rodeado de árboles. Obra del argentino Nicolás Campodonico (Rosario, 1973), la capilla de 92 metros cuadrados muestra al exterior planos y aristas opuestos a las formas curvas de las aperturas y superficies interiores.

A su vez, el atrio de poca altura contrasta con la amplitud del ámbito principal, donde la cúpula se abre en dirección a la puesta del sol. Esta abertura cenital capta el recorrido de la luz natural hasta el ocaso. En el atardecer, el movimiento de la sombra proyectada en el interior de dos tableros independientes coincide formando una cruz. La repetición diaria de esta composición sugiere la crucifixión de Cristo.

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