Historia

La Historia del Centro Cívico de San Francisco

El reciente anuncio realizado por el Gobernador Llaryora y el Intendente Bernarte sobre la apertura y renovación del Centro Cívico en nuestra ciudad puso nuevamente en agenda el debate respecto de la necesidad de unir el Norte con el Sur, en virtud del crecimiento de la ciudad, la necesidad de modernizar el sector de acuerdo a los nuevos parámetros urbanísticos globales y la inquietud de revisar la historia de cómo surgió el actual emplazamiento. En esta nota te lo contamos.


Luego de intensas negociaciones y la fuerte presión de los sectores ligados a Ferrocarriles Argentinos, el 12 de Febrero de 1960, durante la intendencia de Guillermo Peretti, finalmente se firmó la escritura de la donación de los terrenos del ferrocarril al municipio.

Según cuenta en el libro “Memorias de un Intendente”, editado en 1991 por el mismo Peretti, en el acto llevado a cabo en la Casa Rosada se encontraban “el Dr. Frondizi, presidente de la Nación, el diputado Francisco Ravetti, los concejales Aldo Pezoa y Fernando Soleoni, el presidente del Tribunal de Cuentas, Alberto Codini y el Tesorero de la Municipalidad, Rodolfo Parmigiani. También estuvieron por La Voz de San Justo el Sr. Juan Carlos Brook, su esposa, su hijo Mario y un vecino de la ciudad, Guillermo Sigel”.

A partir de ese momento comenzó a tomar fuerza el ambicioso proyecto de desarrollo del Centro Cívico de nuestra ciudad. El mismo incluía, en términos generales, la idea de centralizar toda la actividad social y comercial de los vecinos, posibilitando la construcción de diversos edificios fundamentales para la vida cotidiana de una pujante localidad como San Francisco (reparticiones, públicas, bancos, hoteles y hasta la sede municipal).


En su libro Peretti recuerda: “Una vez llegados a San Francisco teníamos que confeccionar las bases para el concurso urbanístico. En la ciudad había un solo arquitecto, el Sr. Carlos Magistrello, quien fue muy gentil y generoso con nosotros puesto que nos orientó y ayudó sin cobrar nada de honorarios”.

Inmediatamente se llamó a concurso. Del mismo participaron 88 arquitectos de los más importantes del país, presentando 19 anteproyectos.

El jurado evaluador estaba integrado por grandes referentes de la arquitectura urbanísitica entre los que se destacaba el italiano Alfredo Lapadula.

El primer premio lo obtuvo un equipo de profesionales de Córdoba, integrado por los arquitectos Arias, Cuenca, Pardina, Taranto y Keismajer. Ya sobre los finales de 1960 comenzaba a diagramarse la nueva fisonomía céntrica de San Francisco.

El proyecto generó una fuerte oposición por parte de algunos sectores (políticos y comerciales) que se oponían al cierre de las calles.

De todos los trabajos presentados, solo un equipo no proyectaba cerrar las calles, pero pretendías realizar un cruce subterráneo, que aparte de costoso resultaba imposible por el tipo de suelo y las napas.

El principal objetivo municipal era trabajar en la urbanización del inmenso baldío del ex ferrocarril que se encontraba en estado de abandono en el centro de la ciudad y de esta manera lograr la remodelación del corazón de la ciudad, entendiendo que se trataba de una obra de especial trascendencia.

Peretti relataba en su libro la cronología de las acciones llevadas a cabo en lo que a su entender se constituyó como uno de los legados más importantes de su gestión: “Inmediatamente se pavimentaron las calles Córdoba y Pellegrini y se circunscribieron los solares destinados a las playas de estacionamiento».

“Durante 1961 se construyó el pedestal del monumento a San Martín y su estatua que permitiría la construcción de la Plaza Cívica”.

“Al mismo tiempo subastamos las zonas para los edificios comerciales y particulares y concretamos la vía blanca en base a gas mercurio, como así también desarrollamos las plazoletas internas y el arbolado”.

“En este proceso se vendieron a una sociedad los terrenos para construir un gran hotel turístico. Así se pusieron los cimientos del Gran Hotel Libertador, uno de los más suntuosos de la provincia”.
De esta forma se daba inicio al desarrollo urbanístico de lo que hoy conocemos como Centro Cívico y Comercial, enclavado en el corazón de la ciudad, en un predio de seis manzanas ubicadas entre calle Córdoba y Pellegrini; y 25 de Mayo y 9 de Julio.

La ciudad contaba por ese entonces con 45.000 habitantes y se destacaba por su progreso edilicio, por su expansión comercial e industrial. Según un censo de la época, en relación a la cantidad de habitantes, San Francisco se encontraba en el primer lugar industrial del país, con 400 industrias en funcionamiento.


En diciembre pasado, en un acto realizado en la Tecnoteca de nuestra ciudad, el Gobernador Martín Llaryora, acompañado por el intendente, Damián Bernarte, anunciaron el ambicioso proyecto de remodelación para la Plaza Cívica de San Francisco. Con una inversión de 815 millones de pesos, la iniciativa busca transformar este espacio emblemático en un referente del urbanismo a nivel nacional.
El proyecto abarca una remodelación integral de uno de los sitios más significativos para los sanfrancisqueños. La reforma más destacada es la apertura de la avenida del Libertador, que permitirá habilitar la Plaza Cívica al tránsito vehicular. Este cambio busca mejorar la circulación y la integración de la plaza con el resto de la ciudad.
Según señaló recientemente el Secretario de Infraestructura del municipio, Arq. Carlos Ortega, el nuevo diseño está pensado en base a “la renovación y modernización del espacio público atendiendo a las necesidades del tiempo que vivimos, explotando al máximo las posibilidades del sector, para poder darle usos diferenciados en distintos momentos del día».


«Pasar de ser un espacio de uso netamente peatonal a convertirse en un área de vinculación, esparcimiento, recreación, congregación, circulación vehicular, donde cada uno de ellos puedan coexistir como en las grandes ciudades del mundo”, amplió el funcionario.

La propuesta fortalece el “Eje del Libertador” y tiene por objetivo conectar el Norte con el Sur de San Francisco. “Si vamos al caso, todo el ‘Eje del centenario’ que es el del ferrocarril, fragmenta la ciudad, lo que nosotros queremos hacer es integrar y a su vez generar un uso que sea diario. Ahí es donde surge la apertura de la Av. del Libertador y junto con eso la renovación del playón central, entre otras intervenciones.”, manifestó el arquitecto.

Fuente: «Memorias de un intendente». de Guillermo José Peretti. Editado en 1991 e impreso por Gráfica San Francisco.