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La agroindustria no ve grandes cambios en los nuevos plazos para liquidar divisas

El paquete de 23 restricciones dispuestas por el Banco Central de la República Argentina para contener el dólar incluye reducciones en los plazos de liquidación de divisas por parte de los exportadores.

Las operaciones agroexportadores, como por ejemplo las de aceite de soja, harinas y otros granos, tendrán a partir de ahora un plazo máximo de 15 días corridos para ingresar los dólares al país. El resto de las transacciones de comercio exterior tendrán 180 días corridos (seis meses) para llevar a cabo la liquidación de los dólares.

Si bien en principio se creyó que la medida podría dinamizar el ingreso de la moneda extranjera, en especial en el complejo agroexportador, fuentes vinculadas a la industria del sector aseguran que los nuevos plazos no generarán mayores cambios en la actividad.

“Hay un anticipo de liquidación de divisas que se realiza una vez que el contrato de compraventa con el productor está cerrado y se paga por esa mercadería a las 48 o 72 horas de cerrada la operación, por lo que el plazo de 15 días no genera mayores cambios”, aseguraron voceros del complejo agroexportador, que tiene por estrategia prefinanciar las compras de mercadería con créditos del exterior. “La medida es neutra, no nos afecta”, aseguran.

Un menor aporte

Más allá de que son los agroexportadores (sobre todo, la industria procesadora de soja y los exportadores de soja y maíz) los encargados de liquidar las divisas desde el exterior, la operatoria comercial depende de que los productores vendan su cosecha.

“Si no hay materia prima para vender, no hay liquidación de divisas”, aseguran los aceiteros.

Según la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, sobre una producción de 56 millones de toneladas, 23 millones de toneladas aún están en poder de los productores.

La generación de dólares por parte del sector está relacionada, en especial, con la compra de granos que luego son exportados, ya sea en su mismo estado o como productos procesados, luego de una transformación industrial.

Según explican los industriales, la mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la de aceites y harinas proteicas.

“Esa anticipación depende también del momento de la campaña y del grano del que se trate”, aclaran los aceiteros.

En los primeros ocho meses del año, la liquidación de divisas del sector oleaginoso y de cereales alcanzó a 15.238 millones de dólares, cuatro por ciento menos en relación con igual período de 2018, cuando la cosecha nacional de granos fue 30 por ciento inferior que la actual.

El aporte de dólares por parte de este sector es el más bajo durante el actual Gobierno. Hay que retrotraerse hasta 2015 para encontrar en el período enero agosto una liquidación de divisas inferior a la actual.

En la industria aceitera siguen de cerca cómo será el comportamiento del productor en los próximos meses.

“Es probable que el productor no quiera vender en este escenario de incertidumbre cambiaria; además, las restricciones para comprar dólares para atesoramiento pueden llevarlo a estirar las decisiones de vender los granos y mantenerse con ellos como resguardo de valor”, aseguró un analista del mercado de granos.

Durante el año pasado, el complejo oleaginoso aporto 41 por ciento del total de las exportaciones de la Argentina, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

El principal producto comercializado al exterior fue harina de soja, un subproducto del que Argentina es uno de los principales proveedores mundiales.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior