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Jorge Borgognoni: «El Debate es un partido de ida y vuelta»

Consultado por este medio sobre las primeras consideraciones luego de terminada la presentación televisiva de los candidatos, Borgognoni manifestó que: «Hubo dos debates. Por un lado los presidenciables que tienen más chances de obtener la conquista del sillón de Rivadavia, estuvieron muy entrenados pero distintos. A Macri se lo notó al principio muy nervioso (en la TV esos gestos no se veían) y a disgusto con las proposiciones de Fernández. No se esperaba que lo atacaran. Por otro lado, Fernández se mostraba con mucha locuacidad y seguridad en cada palabra utilizada. Incluso, mostró algún rostro de soberbia y acusación (el uso del dedo). El resto de los candidatos solo circunscribían sus exposiciones a señalar debilidades del oficialismo o advertir lo que pasó en la era kirchnerista».

Según el consultor, lo ocurrido anoche rompió con el paradigma central “el que va ganando, no arriesga”. «Si bien cada candidato le hablaba a su votante “core”, duro, esencial; la sorpresa la instauró Fernandez acusando al oficialismo desconcertando a Macri sobre esta estrategia, que inmediatamente apeló al pasado de Fernández y de su relación con Cristina Kirchner», agregó.

Borgognoni estableció un parangón en términos futbolísticos sosteniendo que «los dos candidatos que más chances tienen plantearon una estrategia en dos tiempos, salieron a escena a ver qué pasa y hablar de lo que están seguro y en la medida que lo inesperado actuaba, que aquello que le brindaba un picor, se intentaba actuar en consecuencia. El segundo tiempo en el próximo debate será la escena de desenlace, aunque quedará un poco opaca en virtud de tantos actores en escena».

Sobre el detrás de escena, los gestos y la comunicación no verbal el analista concluyó: «No hubo mucha camaradería. En los debates, la espectacularización eleva la vara de las expectativas de los ciudadanos, porque es un momento de pasividad muy fuerte, que todo lo que piensa, siente y/o emociona no lo puede expresar directamente; esto desata las pasiones en dos momentos del mismo, que no implican la discusión de ideas, y se corresponde con el antes y el pos. En el inicio, no se observaba gestos ni saludos entre propios y ajenos. En el final, la foto fue que todos saludaban a Fernández, incluso para el propio Macri tuvo que ir a saludar e irse rápido”.