Policiales

Hoteles y restaurantes piden auxilio: más de 25 mil empleos en riesgo

La extensión del aislamiento social, preventivo y obligatoria hasta el 26 de abril puso sobre la mesa el debate en torno a las proyecciones económicas que el propio Gobierno nacional reconoce ante un panorama mundial incierto y una situación a nivel país de la que, al borde del colapso, la actual administración tuvo que hacerse cargo en diciembre del año pasado.

Mientras el jefe de Gabinete y el ministro del Interior esperan por los pedidos de las provincias para analizar una gradual vuelta a la actividad, hay actividades que ven su regreso a la “normalidad” mucho más lejos en el horizonte. El sector hotelero y gastronómico es uno de esos sectores cuyas expectativas a partir de la asunción del nuevo Gobierno se fueron derrumbando con la aparición de una pandemia mundial inédita y desgraciada. “Es un momento muy complejo para todo el país, pero la actividad hotelera y gastronómica fue la primera en sentir el cimbronazo y posiblemente sea la última en volver a ver un poco de luz”, señala Alejandro Moroni al ser consultado al respecto.

“Hasta que no haya una vacuna el turismo no va a existir”

El panorama no se presenta sólo en la Argentina sino que forma parte de un escenario mundial en el que las principales potencias globales en materia turística empiezan a verse en verdaderos problemas que se proyectan sin horizonte de solución. Desde la óptica de Moroni el análisis es tan simple como lapidario: “Hasta que no haya una vacuna el turismo no va a existir. Si no hay nada que le garantice a la gente que no va a haber inconvenientes de infección, ¿quién se va a animar a tomar un avión o un colectivo con 60 o 70 personas que no conoce para ir a vacacionar a un hotel en el que también estará conviviendo con un grupo de 400 desconocidos?, ¿quién va a ir a un restaurante cuando el riesgo está latente?”, afirma el secretario de la Asociación Hoteleros y Gastronómicos de Córdoba.

Como para todos los sectores, la crisis provocada por la pandemia representa una profundización en el derrotero recesivo que la actividad económica argentina venía experimentando en los últimos cuatro años. Si bien los sectores relacionados con la actividad turística habían experimentado una buena temporada con la que pudieron equilibrar un poco la balanza a su favor, lo cierto es que en números generales la recuperación necesitaba todavía de un par de buenos resultados futuros.

Esas posibilidades se vieron truncadas con la desaparición no sólo de los fines de semana largo más importantes para la industria durante el primer semestre, sino también con la ya reconocida extinción de la temporada de invierno para el desarrollo turístico nacional.

“No queremos que nos solucionen la vida, pero necesitamos poder sobrevivir hasta fin de año, no vamos a poder pagar los salarios y un crédito al 25%, descontando que esto no se reactiva hasta fin de año, no ayuda”.

Fuerte golpe al universo de la cultura y el entretenimiento

La preocupación del sector no difiere demasiado de la de otros rubros que también se reconocen entre los que mayor tiempo necesitarán para iniciar el camino hacia la recuperación, y que por lo general tienen que ver con el universo de la cultura y el entretenimiento. La semana pasada, más de medio centenar de artistas y trabajadores de la música en vivo que grabaron un mensaje para dar a conocer la “delicada situación” de cerca de “500 mil trabajadores y trabajadoras” de la industria de la música en vivo en el país. Amplificado a las demás expresiones que tienen que ver con el universo de la expresión artística que requiere de grandes reuniones para desarrollarse (el teatro y la danza, por ejemplo), el escenario se torna cada vez más complejo.

“Dado el cese de eventos en vivo como festivales, recitales, obras de teatro y demás presentaciones artísticas convocantes de público, nos encontramos en estado de emergencia y la gran mayoría de trabajadoras y trabajadores no contamos con ingresos para afrontar los gastos más elementales”, advirtieron también semanas atrás desde la Asociación Argentina de Agentes de Prensa del Arte y la Cultura.

Vale recordar que desde los megaconciertos hasta las actividades en las salas más pequeñas del país requirieron algún tipo de suspensión o reprogramación. Incluso algunos festivales de gran convocatoria que estaban planificados para el segundo semestre, no serán de la partida en este 2020. Estas decisiones no sólo tienen que ver con una cuestión sanitaria sino que sponsors y financiamientos de los más diversos orígenes “se cayeron” debido a la situación alrededor del mundo.

Reunión con el Gobierno y puestos de trabajo en riesgo

A comienzos de esta semana, el presidente Alberto Fernández recibió en la Quinta de Olivos a las Cámaras de los negocios relacionadas con la gastronomía y el turismo. “Quemamos el último cartucho y fuimos a ver al Presidente”, dice Moroni. “Lo que le pedimos al Gobierno es que al menos nos dé la opción de tratar de hibernar todo el tiempo que se pueda. Acá nadie quiere echar personal, pero lo cierto es que nos han obligado a cerrar, a pagar el 100% a los empleados que están en sus casas y a pagar los básicos de luz, de agua y todos los servicios, que están en un nivel promedio de consumo como si estuviésemos generando una facturación mínima que hoy no tenemos. Esta situación proyectada a lo largo del tiempo es terminal”, describe.

A nivel nacional, se estima que el turismo emplea a más de un 1.100.000 personas, contabilizando allí a más de 5.000 agencias y 17.000 hoteles. Descontando de allí los trabajadores que tienen que ver cuestiones logísticas, de transporte, asistencia al viajero y demás, el rubro gastronómico y hotelero representa un cuarto de esa masa laboral: más de 250 mil. Entre esos trabajadores y trabajadoras que se reparten en unas 50 mil empresas, Córdoba es el tercer distrito con mayor cantidad de activos en el rubro. Todos esos puestos, hoy están en peligro. 

“Acá nadie quiere echar personal, pero lo cierto es que nos han obligado a cerrar, a pagar el 100% a los empleados que están en sus casas y a pagar los básicos de luz, de agua y todos los servicios”.

“No queremos que nos solucionen la vida pero necesitamos sobrevivir”

Con el gremio de los gastronómicos intervenido desde comienzos de año en Córdoba por decisión de Luis Barrionuevo y una modalidad de contratación al menos compleja por parte de los empresarios del sector, resulta complicado despejar datos concretos respecto de cuántos son los empleos que la situación pone en juego, sobre todo en el rubro gastronómico.

En un cálculo rápido, Moroni habla de más de 25 mil trabajadores y trabajadoras. “Las modalidades de contratación son distintas a las que existen en otros rubros. Hay contrataciones por media jornada, que están en blanco pero trabajan medio día y se contabilizan de a uno cada dos cuando se analizan las fuentes laborales. Ponele que entre el 30% y el 40% de esos 25 mil estén siendo contabilizados a partir de ese dato del 1×2, imaginate cuánto se agranda el cálculo. Son muchos más”, explica Moroni sin atreverse a dar un número certero al respecto.

Al finalizar el encuentro en Olivos, el ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, aseguró que hay planes para que el sector pueda retomar la actividad sin sobresaltos cuando pase la pandemia. Entre las propuestas, se contemplan algunas que ya ha sido anunciadas, sobre todo para las pymes. Allí se enumeran la postergación o reducción de las contribuciones patronales, la Asignación Compensatoria al Salario, el Programa de Recuperación Productiva, un sistema integral de prestaciones por desempleo y préstamos a una tasa del 24% para que las pymes puedan pagar los sueldos.

También impactan el sector políticas como la suspensión de desalojos y aumentos en los costos de los alquileres y la prohibición por el corte de suministro por falta de pago en los servicios esenciales como el agua, la luz y el gas. Con la promesa de nuevas reuniones, los empresarios entienden que lo propuesto no alcanza y, al menos un sector, entienden que sería necesario avanzar con una política de préstamos para garantizar los salarios a tasa cero. “No queremos que nos solucionen la vida, pero necesitamos poder sobrevivir hasta fin de año, no vamos a poder pagar los salarios y un crédito al 25%, descontando que esto no se reactiva hasta fin de año, no ayuda”, afirma Moroni.

Fuente: La Mañana. La Mañana