Policiales

Homicidio en Frontera: un integrante del «Clan Gallardo» fue condenado por encubrimiento

Aunque estaba sospechado de haber asesinado a un hombre en la puerta de su propia casa, el hecho no pudo ser probado. Esta semana se cerró un acuerdo para condenarlo por una figura penal menor.


En un fallo dictado tras un acuerdo de partes y homologado por el juez de Cámara José María Escobar Cello, la Justicia decretó una condena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo para Walter Javier Gallardo, tras hallarlo penalmente responsable del delito de encubrimiento de delito especialmente grave, al mismo tiempo que también obligó al imputado a pagar dos millones de pesos a Verónica J. y otra suma similar a la niña A.P., como compensación por el delito penal cuya responsabilidad fue reconocida por Gallardo.

La causa se inició luego que en la noche del 12 de abril de 2017, en la vereda de la casa que habitaba Gallardo en la ciudad de Frontera se apersonó Luis Mariano Peralta, quien en circunstancias que no pudieron ser establecidas recibió dos disparos de un arma de fuego calibre 32 largo, uno de los cuales impactó en su cuello y otro en el abdomen, provocándole lesiones que determinaron su fallecimiento el día 6 de mayo de 2017.

Los investigadores del hecho apuntaron al dueño de casa como presunto autor material de los disparos, en base a una hipótesis que luego fue desestimada por la Justicia: que Peralta había ido hasta ese lugar a pedir una extensión de los plazos para hacer frente a una deuda por compra de estupefacientes al denominado «clan Gallardo», del cual Walter sería integrante.

Sin embargo, en sucesivas instancias judiciales esa hipótesis no pudo se probada y de hecho fue desestimada la existencia de una asociación ilícita dedicada a la venta de drogas, por lo cual a Gallardo no se lo pudo condenar por esa razón. El imputado permaneció prófugo durante bastante tiempo, hasta que se entregó por consejos de sus abogados.

La condena conocida esta semana, limitada a un encubrimiento, deja constancia que no se pudo probar quién fue el autor material de los disparos que mataron a Peralta, y también que ninguna de las armas secuestradas en los allanamientos vinculados a la investigación pudo ser relacionada con el crimen.