Policiales

Golpe contra la Asamblea acentuó la ruptura en Venezuela

Venezuela profundizó ayer su incertidumbre política e institucional, tras un fallo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que suspendió en sus funciones a los integrantes de la Asamblea Nacional (AN), el Parlamento donde la oposición tiene amplia mayoría desde enero de 2016.

El fallo del TSJ, que en la práctica dejó sin atribuciones ni inmunidad a un Congreso que considera “en desacato”, fue interpretado como un “autogolpe de Estado” por el secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.

También denunciaron un golpe de Estado la oposición venezolana agrupada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD) y diferentes gobernantes y exmandatarios de la región. De visita en Colombia, el gobernador del estado de Miranda y dos veces candidato presidencial de la MUD, Henrique Capriles Radonski, condenó la decisión del máximo tribunal de su país y lo comparó con el autogolpe de Estado que el expresidente de Perú Alberto Fujimori dio en su país el 5 de abril de 1992. “Si Perú tuvo el ‘Fujimorazo’, en Venezuela se ha dado un ‘Madurazo’”,

Sin tanques

“Este es un escenario distinto, porque en este momento usted no ve que haya tanques ni que la fuerza armada esté rodeando al Parlamento; no lo hicieron de esa forma, lo están haciendo a través del Tribunal Supremo de Justicia”, subrayó Capriles, quien además pidió que se convoque a un Consejo Permanente de la OEA y se aplique a su país la “Carta Democrática” del organismo continental.

El Gobierno de Perú, que preside el empresario Pedro Pablo Kuckzynski, fue uno de los primeros en condenar la decisión del Tribunal venezolano por considerar que “constituye una ruptura del orden constitucional y democrático, y decidió “retirar de manera definitiva a su embajador”.

Con el correr de las horas, sumaron sus pronunciamientos de condena o de inquietud otros gobiernos. Así, Brasil repudió lo que calificó como una “clara ruptura del orden constitucional” .

“Esta ruptura de las normas democráticas y constitucionales daña considerablemente las instituciones democráticas en Venezuela y niega al pueblo venezolano el derecho a determinar el futuro de su país a través de sus representantes electos. Lo consideramos un grave revés para la democracia”, señaló el Gobierno de Washington a través del Departamento de Estado.

También hubo mensajes de preocupación de Colombia, de Panamá, de México, de Argentina (ver página 27 ) y de Chile, cuya presidenta, Michelle Bachelet, llamó anoche a su embajador en 
Caracas.

La sentencia del TSJ, acusado de estar controlado por el Gobierno, agudizó el conflicto entre los poderes y profundizó la grave crisis institucional en la que se halla sumido el país. En el fallo, el Tribunal expresó: “Mientras persista la situación de desacato y de invalidez de las actuaciones de la Asamblea Nacional, esta Sala Constitucional garantizará que las competencias parlamentarias sean ejercidas directamente por esta Sala o por el órgano que ella disponga”.

“No la acatamos”

“Tenemos que llamar a eso de manera clara. Esto no tiene otro nombre que un golpe de Estado y dictadura. En Venezuela no hay Constitución, hoy Nicolás Maduro tiene todo el poder que de manera ilegal le otorgó la Sala Constitucional del TSJ”, afirmó el líder de la Asamblea, Julio Borges, quien acusó al presidente de haber ordenado la sentencia del tribunal.

“A la Asamblea le toca defender la Constitución, procurar que haya elecciones, más democracia y justicia”, insistió Borges, quien en una rueda de prensa en el Palacio Legislativo mostró una copia de la sentencia del TSJ y la rompió en pedazos. “No la acatamos”, enfatizó el legislador opositor.

La canciller, Delcy Rodríguez, denunció que gobiernos “de derecha” de América latina atacan a Venezuela y a su democracia. “Denunciamos el concierto de la derecha regional para atacar el sistema democrático venezolano. Rechazamos el apoyo grosero de esos gobiernos a los sectores violentos y extremistas de Venezuela. No se rectifican, a pesar de la derrota que sufrieron en la OEA”, escribió en Twitter.

Un “cacerolazo” masivo en protesta por la sentencia se extendió anoche en la capital venezolana, donde personas golpeaban ollas desde los balcones de los edificios y las entradas de sus casas en el este de la capital. Desde algunos edificios, incluso, se escuchaban gritos de “Fuera, Maduro”.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior

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