Policiales

El Gobierno va por el “shock” en el consumo para avivar la economía

El Gobierno nacional puso en marcha una maquinaria de inyección de liquidez a la economía, inédita en los últimos cuatro años, para que el consumo interno se transformara en el motor de la actividad en el corto plazo y le pusiera fin a la recesión.

Si bien la decisión política la tomó el presidente Alberto Fernández, por la escasez de recursos que tiene el Tesoro, el ejecutor de la inyección de cientos de miles de millones de pesos es el Banco Central, que conduce Miguel Pesce.

No obstante, el Poder Ejecutivo puso 100 mil millones de pesos para afrontar la batería de medidas anunciadas.

Entre el 21 de noviembre –cuando aún gobernaba Mauricio Macri, pero la política monetaria había empezado a virar por exigencias de Fernández– y el 6 de enero, el Central le transfirió al gobierno 350 mil millones de pesos. Una parte fue al pago de deuda y otra, a gastos corrientes, como el pago de salarios y de aguinaldos.

En el mismo período, la entidad incrementó el circulante de billetes en las calles en 191.232 millones de pesos. Con el supercepo y el impuesto del 30 por ciento a la compra de dólares, el público aminoró su demanda de divisas y todo lo que quedó flotando en el mercado lo compró el Central con ese dinero. Por ello, las reservas pasaron de 43 mil millones a 45 mil millones de dólares.

En tanto, la base monetaria se incrementó entre fines de agosto y el 30 de diciembre 654.296 millones de pesos, un salto del 52,7 por ciento en cuatro meses.

Aunque tras el pico de demanda de dinero de diciembre ha comenzado a desinflarse y desde el récord de 1,9 billones de pesos ya descendió en casi 200 mil millones.

La estrategia conlleva una reducción marcada y sostenida de la tasa de interés, que desde que asumió Fernández pasó del 63 por ciento al 52 por ciento, y seguirá la tendencia.

Esta semana, Pesce y el directorio de la entidad tomaron dos decisiones para apurar la baja de los intereses. Por un lado, limitaron el acceso de los bancos a las Letras de Liquidez; y por otro, le recortaron la liquidez a los Fondos Comunes de Inversión (FCI).

Con la primera medida, el Central obligó a las entidades financieras a que destinaran el sobrante de liquidez a “operaciones de pase”, es decir, a prestarse el dinero entre bancos.

Esto estaba pagando una tasa de interés nominal del 48 por ciento, por debajo del retorno de Leliq. Con la segunda medida, eliminará desde el 3 de febrero que los FCI se hagan pases entre sí, y esos pesos volverán a las cuentas remuneradas en los bancos.

Las dos medidas generarán que haya un exceso de oferta de pesos en los bancos, que no tendrán más alternativa que abaratar los créditos que ofrecen para que cada vez más clientes decidan tomarlos. Así habrá una inyección de liquidez en el mercado de consumo, a través de créditos que tendrán tasas más bajas que la inflación.

Estas decisiones vienen impactando también en el mercado de capitales, donde se financian las empresas.

Según señaló Cristian Traut, economista de la consultora First Capital Group, la tasa nominal anual promedio para las emisiones de fideicomisos financieros cortó en 45 por ciento en diciembre pasado, lo que representó una disminución mensual de cinco puntos porcentuales y de más de 37 puntos respecto al récord que había marcado luego de las elecciones de agosto. Así, las tasas ya están 16 puntos por debajo del cierre de 2018.

Préstamos al consumo

Guillermo Barbero, socio de First, indicó que los préstamos personales cayeron 4,9 por ciento anual en diciembre. Así se acumularon nueve meses consecutivos de baja. Es que si bien las tasas están bajando, endeudarse aún resulta costoso.

“La palabra que domina esta parte del año es ‘cautela’: las entidades financieras priorizan la liquidez y restringen la oferta a nuevos clientes o a sectores endeudados, y la demanda espera mejores tiempos para realizar erogaciones que necesiten la obtención de un préstamo”, señaló el experto.

La operatoria a través de tarjetas de crédito, en tanto, registró un alza del 5,6 por ciento en diciembre respecto de noviembre y saltó 51,4 por ciento anual, cerca de la inflación.

Sólo en los últimos tres meses del año, con la expectativa de que las tasas iban a caer por las promesas del cambio de gobierno, el financiamiento con plásticos aumentó en unos 113.820 millones de pesos, es decir, 25 por ciento. Aquí, según Barbero, el rol de Ahora 12 fue decisivo.

Los riesgos de la estrategia

Amílcar Collante, economista del Centro de Estudios Económicos del Sur, asegura que si emiten pesos y apuran tanto la baja de tasas, el Central logrará reactivar más rápido la brecha cambiaria que la economía real.

Esto es porque el valor del peso se seguirá erosionando vía inflación, y quienes tienen margen de ahorro irán a comprar más dólares al mercado paralelo o a la Bolsa, impulsando para arriba sus precios.

Gran parte de los pesos que se inyectaron durante diciembre para el pico de consumo por las fiestas de fin de año y el pago de aguinaldos están volviendo a los bancos. Y febrero será un mes de escasa demanda de dinero.

Por ello, para Collante, bajar las tasas de interés ahora es un error que se va a repetir.

En febrero de 2018, Federico Sturzenegger bajó la tasa y en marzo tuvo que vender 2.040 millones de dólares. En igual mes de 2019, Guido Sandleris hizo lo mismo y el tipo de cambio saltó 11 por ciento.

Para Ramiro Marra, economista y broker de Bolsa, realizar una inyección monetaria como la actual puede funcionar en el corto plazo, dado que la demanda de bienes y servicios viene muy deprimida y el uso de la capacidad instalada está apenas en el 60 por ciento, con un año y medio de recesión en la economía. Pero aclara: mantener este programa monetario en el mediano y en el largo plazo sólo provocaría inevitablemente una aceleración inflacionaria.

Miles de millones de pesos en la calle

$ 100 mil millones. Puso el Gobierno nacional para las medidas anunciadas.

$ 350 mil millones. Transfirió el Banco Central al Gobierno nacional desde el 21 de noviembre. Una parte se usó para pago de deudas y otra para el pago de salarios y de aguinaldo.

$ 191 mil millones. Es la inyección de circulante en la calle, desde el 21 de noviembre.

$ 654 mil millones. Se incrementó la base monetaria del país, desde agosto hasta el 30 de diciembre.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior