Política

Fernández sumó a Massa y le cedió todo el poder sobre el rumbo político

El titular de Diputados tomará el control de Economía, de Desarrollo Productivo y de Agricultura. El cambio forzó la salida de Silvina Batakis -va al Banco Nación-, de Daniel Scioli y de Julián Domínguez.


Atrapado en el laberinto de la crisis y de la desgastante interna con Cristina Kirchner, Alberto Fernández anunció una reconfiguración total de su gabinete, que ahora tendrá a Sergio Massa como “superministro”, con poder para manejar todas las áreas vinculadas con el manejo de la economía.

Tras una extensa espera que alimentó todo tipo de especulaciones, el Gobierno nacional confirmó ayer la incorporación de Massa para conducir las carteras de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura.

“El presidente Alberto Fernández decidió reorganizar las áreas económicas de su gabinete para un mejor funcionamiento, coordinación y gestión”, informaron con un escueto comunicado en Balcarce 50, en el que indicaron que la nueva área también tendrá potestad sobre “las relaciones con los organismos internacionales, bilaterales y multilaterales de crédito”.

El arribo de Massa produjo una reacción en cadena, que dejó a Alberto Fernández casi sin figuras propias en la Casa Rosada. La movida incluyó la salida de Silvina Batakis -duró apenas 24 días al frente de Economía-, de Daniel Scioli (Desarrollo Productivo) y de Julián Domínguez (Agricultura), pero también de Gustavo Béliz, uno de los principales laderos del Presidente, que dejó la Secretaría de Asuntos Estratégicos molesto con los cambios.

El nuevo mapa de poder incluye pocos nombres de funcionarios albertistas, entre los que figuran el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, quien ayer tuvo que desmentir su renuncia; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y el jefe de Asesores, Juan Manuel Olmos.

Los anuncios se terminaron de definir en las reuniones que Massa mantuvo primero con Alberto Fernández en la quinta de Olivos, y luego con Cristina Kirchner en su despacho del Senado de la Nación. En paralelo, referentes de todas las capas del Frente de Todos emprendieron un operativo clamor para bendecir el empoderamiento del todavía titular de la Cámara de Diputados.

Es que Massa desempeñó un rol determinante para evitar una fractura en el oficialismo en los momentos más críticos de la pelea entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, que se desató por las diferencias en torno al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que expulsó a Martín Guzmán de Economía.

El titular de Diputados salió sonriente de la reunión con la vicepresidenta y decidió acercarse personalmente a los periodistas acreditados en la Cámara Baja para confirmar las novedades. Allí anunció que el próximo lunes dará a conocer los nombres de los integrantes de su equipo y que convocará a una sesión especial para el martes para aprobar su renuncia como diputado y votar a su reemplazante.

UN PRESIDENTE SIN MARGEN

Alberto Fernández decidió acelerar la reestructuración de su gabinete tras las quejas que escuchó el miércoles de 13 gobernadores peronistas enojados por la alta inflación, la crisis cambiaria y los efectos en el territorio. Durante una improvisada cumbre en la Casa Rosada, el jefe del Estado prometió cambios para calmar a esos mandatarios, que supieron darle refugio ante los embates de Cristina Kirchner.

Los anuncios volvieron a exponer la reinante desprolijidad en el Gobierno nacional. A saber: Batakis se enteró de los rumores durante el viaje que emprendió el lunes a Washington para mantener un cara a cara con la directora gerenta del FMI, Kristalina Georgieva, quien celebró sus primeras acciones y su compromiso con las metas pactadas para reducir el déficit fiscal.

El embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello, gestionó reuniones de Batakis con funcionarios del Tesoro y con referentes de fondos de inversión. Y la hasta ayer ministra de Economía aprovechó los contactos para afirmar que su gestión tenía el aval de Cristina Kirchner. Todo ello quedó en el pasado.

Batakis llegó ayer al país y se reunió con Alberto Fernández para expresarle su disconformidad con las reformas y poner a disposición su renuncia. Poco después, Scioli hizo lo propio ante el Presidente.

Entrada la tarde, cuando comenzaron a formalizarse los cambios, se conoció que Batakis dejará el Ministerio de Economía para ponerse al frente del Banco Nación, que Scioli volverá a la Embajada en Brasil y que Domínguez dejará el Ministerio de Agricultura.

Otro pase relevante fue el de Mercedes Marcó del Pont, quien dejó la conducción de la Afip para reemplazar a Béliz. En su lugar, nombraron a Carlos Castagneto, quien se desempeñó hasta ahora como director general de Recursos de Seguridad Social de ese organismo.

Entrada la noche, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, se convirtió en el primer funcionario nacional en hablar sobre la reconfiguración del Gobierno. Tras reunirse con el Presidente, el ministro de Seguridad dijo que todo apunta a “profundizar políticas para el mejoramiento de la performance” de la administración nacional.

“No hay un rumbo por corregir, en todo caso hay un rumbo por profundizar, políticas que tienen que ser mucho más contundentes y que nos den beneficios, como, por ejemplo, poder recomponer las reservas, apostar fuertemente a las exportaciones, cuidar las importaciones que permitan garantizar el normal funcionamiento para poder crecer”, manifestó en declaraciones a la prensa.

“BALA DE PLATA”

La nueva configuración de poder con Massa a cargo de la toma de decisiones en toda el área económica representa tal vez la última gran apuesta del Frente de Todos para tratar de torcer la compleja marcha de la economía, que obligó ayer al Banco Central a implementar nuevas medidas.

La autoridad monetaria que conduce Miguel Pesce (quien hasta ahora fue ratificado en el cargo) subió nuevamente las tasas de interés (llevó al 61% los rendimientos de los plazos fijos) y reforzó el cepo para los gastos con tarjetas de crédito (ver más en página 6).

En el mercado, donde suelen anticiparse a los acontecimientos, los bonos en dólares continuaron con una fuerte recuperación, en la que se destacaron subas superiores al 12 por ciento. Y las acciones argentinas que se negocian en los Estados Unidos, las técnicamente conocidas como ADR, llegaron a saltar 20% (Edenor).

La mejora del clima impactó también en el plano cambiario, en el que los dólares financieros registraron bajas de hasta 7,9%. El MEP amagó con perforar el piso de los 300 pesos por unidad, pero finalmente retrocedió 6,9% y cerró en $ 301, mientras que el CCL (que recalentaron los importadores ante el reforzado cepo) bajó 5,2% y culminó a 321,9 pesos,

Todo está por verse más allá de estas primeras reacciones que exponen cierta cambio de clima. Tal vez por ello, Cristina Kirchner nuevamente apostó por el silencio.