Policiales

Elecciones 2021: entre la gloria y el zanjón

Cuando un explorador se pierde en un bosque y no encuentra la mínima orientación posible, sabe que lo mejor es seguir una línea recta hasta encontrar algo que lo oriente, algo que le ayude a saber en dónde está y para dónde tiene que ir. Sobre todo sabe que tiene que evitar dar vueltas o quedarse parado en un solo lugar. Si no avanza se le hará de noche y le será más difícil salir y más peligroso quedarse.

Los argentinos estamos siempre perdidos con guías exploradores que nos dejan a mitad de camino entre la gloria y el zanjón. Cuando elegimos un camino, nunca sabemos hacia dónde vamos porque cuando nos guían lo hacen un poco en cada dirección. Damos vueltas en círculos con políticas espasmódicas motivadas por el oposicionismo, la ideología o la testarudez.

Esto nos llevó a muchas complicaciones, como las relaciones internacionales inexistentes, la inflación descontrolada o un debate político que solo se dedica, por capricho o incompetencia, a poner palos en la rueda a todos los que quieran sumar.

Entre todos los indicios el Gobierno, eligió de nuevo un sendero ya conocido, gastado y hasta aburrido de tarifas baratas y tipo de cambio pisado sumado a un gasto público digno de las más alocadas fantasías de un país del primer mundo.

El dato conmovedor es una inflación interanual de 43,4% y un índice de pobreza similar. Pero no ven señales en estos datos de la realidad, sino en las exigencias de los sindicatos que aprietan los índices al alza, sin importar que quienes pagan los sueldos vienen acorralados por una pandemia fenomenal y sin darse cuenta (o sin preocuparse) de que la quiebra de los ¨dueños o patrones¨ significa la pérdida del trabajo de sus afiliados.

Esto lleva a nuevos límites el cortoplacismo y hasta lo inmediato parece incierto. El gobierno no termina de decir qué camino elige y no mira las señales que hay en el que vuelve a recorrer. Entre estas idas y vueltas, la gente, cuando tiene que tomar decisiones de inversión o de precios, se cubre. Todo esto genera una espiral de sinsentidos alimentados por la paranoia y la incertidumbre.

La política se dedica de lleno a las elecciones, vuelven a recorrer el mismo camino de siempre porque es lo que conocen y les deja dedicarse a la campaña. Pero vamos por partes.

El oficialismo intenta amordazar al presidente para que descansen los creadores de memes y que hable Cristina. Para que quede claro que la gestión es de Alberto y los éxitos son de una Cristina que hoy se muestra en el territorio que la vuelve imprescindible con un gesto condescendiente, de rebeldía adolescente y hasta aniñado que se queja de propios y ajenos. Siempre acompañada por sus pequeños laderos y deseados sucesores Axel y Máximo.

El discurso huele a viejo sin ser peronismo: tierra para todos, bajar tarifas y más Anses, más (aunque no mejor) Estado. Un kirchnerismo con el horizonte piquetero, planero y movimientista social.

Con ese proyecto caminaremos hasta la próxima elección, cuando se dé la batalla interna del triunvirato al poder o la rebelión de Alberto y los gobernadores. El punto clave será cómo reacciona el ondulante Sergio Massa y cómo resolverá su pretensiones de presidente si con Alberto o con Cristina.

¿Dónde está lo nuevo?

En todo esto no sólo tenemos que contemplar al oficialismo. En la segunda fuerza, que ha logrado más del 45% de los votos, en lugar de consolidarse como una oposición sólida y a la altura de los acontecimientos, se muestran más mezquinos que nunca, enemistados y encerrados en sus internas. Concepción Arenal dijo alguna vez que cuanto más se dividen los obstáculos son más fáciles de vencer y Juntos por el Cambio, como si se hubiera inspirado en ella para fortalecer nuevamente al gobierno, juega a la división.

La promesa de Cambiemos de ocuparse más de la nación que de la política, parece diluirse en las luchas egoístas de los mismos de siempre. La única solución que hasta ahora acordó Juntos por el Cambio fue cambiar de nombre. Pero si cambiamos el nombre y no cambiamos la gente ¿de qué cambio hablamos? En la división no solo pierden poder para frenar al gobierno, sino también las energías para pensar ideas nuevas que hagan honor a su nombre.

Mientras acuerdan en cambiar de nombre se pelean en la interna. ¿Dónde está lo nuevo y el cambio ahí? Patricia Bullrich, Mauricio Macri, María Eugenia Vidal, Diego Santilil, Elisa Carrió, Emilio Monzó, discuten a dónde va cada uno en las listas, pero son dirigentes políticos de larga data que ya ejercieron cargos en los que podrían haber cambiado cosas. Pero hasta ahora no cambiaron y no parece que puedan hacerlo hasta que no hagan la seria autocrítica que hasta ahora no hicieron.

No fueron capaces de revisar sus políticas públicas ni a los funcionarios que eligieron para implementarlas (muchos de los que fracasaron encontraremos en las próximas listas de diputados). No fueron capaces de hacerse cargo de la soberbia que los llevó a perder una elección que jamás pensaron perder un año antes de la elección. Tampoco formaron nuevas generaciones para que la estructura crezca y se alimente de nuevas ideas.

El radicalismo parece que mira con un pie afuera y uno adentro de la coalición e intenta resurgir desde las cenizas. Apuesta a reformularse con nuevos dirigentes que tengan prestigio en la sociedad, pero a veces las dudas propias de los radicales de ir y venir para volver a ir son agotadoras, pero no deben olvidarse de que no se gobierna solo con una cara bonita se necesita además de prestigio, política, negociación y además lograr que te voten (pasa más veces de las que imaginamos que el candidato es bueno para ejercer pero no para conseguir votos).

La «alternativa peronista»

El tercero en discordia es Florencio Randazzo que aparece casi como de sorpresa, como si se hubiera aburrido de su aparente retiro en Chivilcoy. Regentear negocios en su ciudad natal que van desde una heladería a un local de fiestas, pasando hasta por un gimnasio, parece que no le alcanzó y ahora se propone unir al peronismo que quedó por fuera del gobierno. Así intenta tejer alianzas con el peronismo de los gobernadores, el de los intendentes poderosos, el de los desencantados con el kirchnerismo y hartos de La Cámpora.

Con un esquema de “alternativa peronista” que ya demostró que si no evoluciona rápidamente es otra promesa de pocos puntos, quieren hacer un partido de brillantes y probos en cada especialidad para renovar la estructura de una nación aburguesada y estática. Busca una opción en la provincia de Buenos Aires con gente idónea capaz y altamente eficiente que propone renovar la política (idea ya usada por Cambiemos), según dicen alguno de sus seguidores más cercanos.

Pero hasta hoy las voces visibles que aparecen son: Roberto Lavagna, Alejandro “Topo” Rodríguez, Mónica Fein, Juan Manuel Urtubey, Margarita Stolbizer, el presidente de Coninagro Carlos Iannizzotto, Joaquín de la Torre e intentan sumar hasta gobernadores como Juan Schiaretti.

Este intento de esta nueva fuerza es tan novedoso como dificultoso, ya que, para generar volumen político se necesita de políticos reconocidos y la experiencia indican que cuando se convoca gente que no es de la política, es muy difícil que resistan los desgastes de la rosca política y que terminen renunciando o comidos por la política.

La promesa de la renovación parece un cliché de la política pero es lo que más necesita nuestro país, la salida que parece acercarse, pero no llega. Los anuncios quedan a mitad de camino, también la economía, las inversiones y las vacunas. La oposición también está a mitad de camino, sin consistencia.

El colmo de esta afrenta ejercida por quienes deciden por nosotros y supuestamente nos representan, es lo que sucedió ayer en la cámara de Diputados de la Nación. Carlos Heller (Frente de Todos), interrumpió la sesión de la Comisión de Presupuesto que él mismo presidía, para aplaudir el gol de Maradona a los ingleses.

El gol sucedió hace 35 años. Hoy nuestro país alcanza el récord de 792 muertes por Covid 19 en el día y sumamos un total de 90.281.

«Las cosas tienen un precio y estas pueden estar a la venta, pero la gente tiene dignidad, la cual es invaluable y vale mucho más que las cosas». (Papa Francisco).

Nota publicada también en: Perfil.com

(*) Consultor especializado en Comunicación Institucional y Política, Asuntos Públicos y Gubernamentales, Manejo de crisis y Relaciones con los Medios. Magister en Comunicación y Marketing Político en la Universidad del Salvador (USAL). Postgraduate Business and Management por la Universidad de California Ext. Berkeley, EEUU. Es docente universitario en UCA y USAL. Columnista de Diario San Francisco, Perfil.com y FM Milenieum, entre otros medios del país y del mundo.

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Eduardo Reina

Consultor especializado en Comunicación Institucional y Politica, Asuntos Públicos y Gubernamentales, Manejo de crisis y Relaciones con los Medios. Magister en Comunicación y Marketing Político. Universidad del Salvador, USAL, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2004. Postgraduate Business and Management. Universidad de California Ext. Berkeley, EEUU. Actual Presidente Tres Cuartos Comunicación y es Docente Universitario. Anteriormente fue Vicepresidente de Estudio de Comunicacion, multinacional española que figura entre las 10 empresas del ranking de Merger Market de empresas Europeas. www.eduardoreina.com