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Cuáles son las medidas indispensables para reabrir las escuelas

A tres meses de mantener las escuelas cerradas, el Ministerio de Educación de la Provincia trabaja contrarreloj para la reapertura gradual de las aulas, con fecha estimada en agosto.

El protocolo preliminar, que anticipó La Voz semanas atrás, y que deberá aprobar el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) da algunas pautas sobre cómo sería el regreso a clases presenciales, suspendidas el 15 de marzo. La Provincia no informó aún el procedimiento.

¿Cuáles son los criterios ideales que plantean los expertos para garantizar la salud e higiene en el operativo retorno?

El documento “Estrategia de reapertura de escuelas durante Covid-19”, elaborado por María Soledad Bos, Livia Minoja y Wilhelm Dalaison para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indica que la reapertura requiere atender cuatro criterios clave: asegurar el distanciamiento social, mantener las escuelas limpias y desinfectadas, lograr que los alumnos y docentes lleguen y se mantengan saludables en la escuela y garantizar el acceso a un lavamanos.

Para cumplir con el distanciamiento social, se sugiere reducir las horas de enseñanza presencial, que se complementarían con educación remota.

Maximiliano Re, director de Re & Asociados, consultora en prevención de riesgos laborales y ambientales, sostiene que debería analizarse la colocación de barreras acrílicas en bancos (aunque algunos las consideran poco prácticas) y sumar más turnos de clases con menos horas y menos alumnos y evitar rotar los grupos.

Los expertos aconsejan escalonar los horarios de llegada y salida de la escuela y designar, en caso de ser posible, lugares y horarios específicos donde dejar y buscar a los niños.

“A medida que los alumnos vayan ocupando sus respectivos lugares, se dejaría ingresar a los siguientes. Hay que mantener el distanciamiento de pupitres a no menos de 1,50 metros y señalizar ubicación para evitar el desplazamiento”, opina Mario Cotella, técnico en seguridad, higiene y control ambiental industrial en un informe para la Fundación Infancia Segura, de Arroyito, Córdoba.

El documento del BID recomienda el reinicio gradual según el nivel educativo, comenzando con alumnos de educación inicial y primaria con mayores dificultades para la educación a distancia ya que requieren mayor apoyo de los docentes, y seguir con estudiantes secundarios y terciarios.

El Gobierno nacional ya anticipó que se priorizará el regreso de alumnos de sexto grado y de sexto o séptimo año y los niños que se están alfabetizando.

La reapertura –sostiene el informe– debería comenzar en zonas rurales, con baja densidad poblacional, con mayores retos para proveer educación a distancia (sin conexión a internet o electricidad) y que no requieren utilizar el transporte público o que estén libres de casos de Covid-19.

Aulas, comedor y recreos

En el interior de las aulas, el espacio entre bancos debe ser mayor al existente y estar orientados en la misma dirección para reducir la transmisión causada al hablar, toser o estornudar.

Los asientos de los alumnos deben colocarse a una distancia libre de un metro y medio hacia sus cuatro lados. Por lo tanto, es imprescindible reducir el número de alumnos por aula.

Ante la falta de salas, se sugiere acondicionar otros espacios como el comedor o salones de usos múltiples.

Según estimaciones del BID, las aulas argentinas para 30 alumnos miden, en promedio, 45 metros cuadrados. Por lo tanto, para garantizar la distancia habría que reducir 37 por ciento la cantidad de estudiantes por curso.

La permanencia en el comedor y los recreos también deben ser escalonados. Los platos, vasos, cubiertos y mate no deben compartirse. «Se recomienda el uso de vajilla descartable», apunta Cotella. Los utensilios que no sean descartables se deben lavar con agua caliente y detergente.

No insta a no expender alimentos dentro del establecimiento.

Limpieza y desinfección

La limpieza es un punto clave. Antes del retorno se requiere una desinfección general y el control del perfecto funcionamiento del edificio.

La Fundación Infancia Segura remarca que es imprescindible controlar la red de agua potable y las instalaciones eléctricas, las conexiones de gas y la desinfección y limpieza en general.

Después de la reapertura, se recomienda limpiar durante las clases todas las aulas, mobiliario, pasillos, áreas comunes, de deportes y sanitarias, oficinas de administración, puertas de acceso e internas. También, el transporte escolar.

Cotella indica que es necesario ventilar las aulas frecuentemente, antes y después de clases.

El técnico advierte, además, que solo los docentes deberían manipular los picaportes de puertas; que los alumnos no deberían compartir elementos o materiales de juegos; que todos los miembros de la comunidad educativa deberían asistir cada día con ropa limpia, zapatos cerrados, pelo recogido y sin alhajas o accesorios.

El aula, además, debe disponer de recipientes para tirar pañuelos u elementos descartables y dispensers de alcohol en gel.

Maximiliano Re recomienda que antes de ingresar a la escuelas, alumnos, docentes y otros empleados sean rociados con espray sanitizante, se higienicen las manos con alcohol en gel y limpien el calzado mediante alfombra sanitizante.

Además, dice, hay que descartar el barbijo utilizado durante el traslado a la institución. Re indica que es preciso tomar la temperatura al ingreso: si supera los 37,5 grados no se podrá ingresar a la escuela.

Los comedores y sanitarios requieren una atención especial. Cotella indica que se deberá reforzar la higiene de los espacios comunes, aumentando la frecuencia de la limpieza y desinfección de las mesas, mostradores y pisos. “Se debe minimizar la cantidad de personas que utilicen estas instalaciones en forma simultánea”, subrayan desde la Fundación Infancia Segura.

Las superficies que se tocan con frecuencia, las del baño y el inodoro deben ser limpiadas y desinfectadas diariamente con lavandina diluida preparada el mismo día.

“La limpieza húmeda es efectiva mediante el uso de agua y detergente siempre que se realice la apropiada fricción y se elimine todo material o suciedad visible, como acto previo a la limpieza para desinfección”, apuntan.

En relación a los espacios de recreación, se recomienda no usar juegos. “Si los utilizan se debe hacer mediante desinfección de manos continua y estricto procedimiento de desinfección rutinaria de los puntos de contacto frecuente”, remarca Cotella.

Medidas sanitarias

El documento del BID plantea la necesidad de establecer un protocolo en el caso de que se detecte un caso de Covid positivo en la escuela. Esto incluye suspender clases entre dos a cinco días. Durante ese plazo, los funcionarios de salud tendrán tiempo para determinar los pasos a seguir y limpiar la escuela.

Se deberán cerrar las áreas utilizadas por las personas con Covid-19 y es recomendable esperar hasta 24 horas antes de comenzar la limpieza y desinfección. Abrir puertas y ventanas exteriores para aumentar la circulación de aire en el área.

Los especialistas remarcan que deben establecerse medidas de lavado de manos frecuentes. Esto incluye una rutina que debería repetirse al entrar a la escuela y cada dos horas durante la jornada escolar.

Se insta a ubicar lavamanos en proximidad de los baños y en las aulas, canillas externas en patios, áreas de juego y en la entrada del colegio. También se pueden instalar lavamanos portátiles.

El informe “Estrategia de reapertura de escuelas…” indica que existen alternativas simples y de bajo costo para el lavado de manos como una jarra de agua y un recipiente (una persona puede verter el agua para que otra lave sus manos), un tanque pequeño (por ejemplo, un tambor de aceite) equipado con una canilla, colocado en un soporte y lleno con un balde, con un pequeño sumidero para recoger las aguas residuales, un grifo hecho de una calabaza hueca o botella de plástico que se cuelga de una cuerda y vierte una pequeña corriente de agua cuando se inclina; y tanques de agua elevados con cañerías plásticas que contienen varias canillas conectadas.

Para el correcto lavado de manos es crucial dotar a las escuelas de jabón (dispensers fijos de jabón líquido o pastillas de jabón atadas a una cuerda), toallas de papel y botellones de gel antibacterial, especialmente cuando no hay acceso a agua o puntos de lavado de manos.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior