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¿Cómo hidratarse adecuadamente para evitar un golpe de calor?

En los últimos días, las temperaturas son extremas y se repiten día a día, por lo que DIARIO SAN FRANCISCO consultó a diferentes especialistas sobre esta situación en nuestra ciudad y recomendaron para evitar «un golpe de calor» tener una hidratación adecuada, alimentación hipocalórica, buscar lugares frescos, con espacios verdes, y evitar horarios donde el sol es más fuerte.

Además, aconsejaron usar ropa clara y fresca, gorras o sombreros frescos, y anteojos de sol a la hora de transitar por el sol, evitar las horas de mayor calor para realizar actividad física o exposición al sol (de 11 a 16 horas).

También recomendaron permanecer en espacios y ambientes ventilados, ducharse a diario con agua templada para reducir el calor corporal y remover la sudoración y, en caso de ser necesario, consultar con su médico sobre el consumo de líquidos adicionales o de medicamentos crónicos o nuevos.

Asimismo, advierten que los grupos de riesgo más propensos a sufrir golpes de calor: son los ancianos y los niños.

“El golpe de calor es la manifestación clínica del incremento de la temperatura corporal que se da como consecuencia de la falla en el mecanismo de la autorregulación fisiológica cuando existe exposición corporal a ambientes calientes»

Con respecto a los bebés, los síntomas de la deshidratación son que suelen estar tranquilos, con una baja en su actividad normal, cuando se quedan dormidos, pierden la iniciativa, o tienden a no comer ni llorar.

“El golpe de calor es la manifestación clínica del incremento de la temperatura corporal que se da como consecuencia de la falla en el mecanismo de la autorregulación fisiológica cuando existe exposición corporal a ambientes calientes en general por períodos prolongados”, dijeron.

«El golpe de calor es más frecuente de observar cuando las temperaturas del ambiente son sostenidamente elevadas en días consecutivos y los síntomas son variados: mareos, sensación de desvanecimiento, palpitaciones, sudoración excesiva al principio y piel caliente, letargo, cefalea, náuseas, debilidad, etc”.

Asimismo, aconsejaron “consumir 2 litros de agua diarios en un adulto sano es una medida adecuada y, dicha cantidad, se podrá incrementar según las necesidades (por ejemplo realización de ejercicio)”.

Los especialistas remarcaron la importancia de “reconocer la necesidad de mantenerse hidratado” y señalaron que las personas mayores, suelen volverse menos sensibles a sentir sed, por tal motivo deben recordar y tener como hábito tomar agua.

“Si la persona es joven, se le debe dar líquidos: la hidratación no debe hacerse solo con agua, es recomendable bebidas con sales o un jugo de fruta y después enfriar el cuerpo”

En tanto, recomendaron incrementar el entrenamiento en forma progresiva ya que “el golpe de calor también se da usualmente mientras las personas jóvenes hacen entrenamiento físico, debido a la pérdida de agua” y aconsejaron hacerlo por la mañana temprano o por la tarde, luego de la caída del sol”.

Ante un golpe de calor, señalaron que “si la persona es joven, se le debe dar líquidos: la hidratación no debe hacerse solo con agua, es recomendable bebidas con sales o un jugo de fruta y después enfriar el cuerpo”, y si son mayores o bebés y comienzan a sudar mucho, o están demasiado tranquilos o tienen sed «hay que ofrecer líquidos y si se quedan dormidos o se desmayan hay que dar aviso al médico y/o activar el Sistema de Salud”.

Por último, agregaron que “el uso de barbijo en verano sumado a realizar las tareas habituales como pueden ser caminar, realizar compras, trámites, etc. no incrementa en demasía la demanda fisiológica de oxígeno si es que todas ellas se realizan de forma tranquila y tomando los recaudos pertinentes en relación a las recomendaciones clásicas sobre la prevención del golpe de calor”.