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¿Cómo comienza a ser infiel una mujer?

De acuerdo a la creencia popular, el común denominador de la infidelidad es el ansia masculina de nuevas conquistas sexuales. Pero la realidad actual suele ser muy diferente, y es la mujer quien se muestra más propensa a este tipo de acciones a pesar de que aún sigue siendo un misterio las razones que la llevan a ese comportamiento. 


En el caso de los hombres la infidelidad suele expresarse con encuentros furtivos sin compromiso, contratar prepagos online o la búsqueda de una amante que sacie su pasión sexual… pero en el caso específico de las mujeres latinoamericanas suele ser más complicado y para la gran mayoría de los hombres resulta un completo desafío identificar cuándo son ellas infieles. 

Descubriendo el comportamiento infiel por etapas

Michelle Langley, una investigadora antropológica australiana, llevó a cabo un intenso estudio sobre la conducta femenina durante 10 años en base a encuestas y estudios que dio como resultado la publicación de un libro titulado Women´s infidelity donde expone las razones reales y particulares del por qué de la infidelidad femenina. 

Además de estudios como los de la doctora Langley, muchas plataformas especializadas en citas como Dulzon.net, han llevado a cabo investigaciones para entender el comportamiento de sus usuarios, ya sean mujeres u hombres. 

El objetivo es descubrir cuáles son las expectativas al entrar en los portales y como adecuarse a sus exigencias.

Tanto la investigación de la doctora Langley como los resultados de esta plataforma especializada arrojaron ciertos datos valiosos para identificar a tiempo cuál es el comportamiento de una mujer infiel y así prevenir los conflictos y rupturas. 

De acuerdo a los resultados este es el comportamiento que las delata:

Generalmente es la mujer la que ejerce presión por un compromiso serio idealizado en un matrimonio, casa, hijos y estabilidad económica, una vez lo consiguen comienzan a notar asperezas, fricciones y defectos que antes no habían notado en la pareja, cosa que comienza a tornarse lentamente en algo insoportable.

De acuerdo a las conclusiones obtenidas tanto por la reconocida antropóloga como por el portal de citas latinoamericano, la carga de fricciones y defectos que comienza a sentir la mujer en su relación la empuja a una situación donde la intimidad y el sexo pierden su interés. Es aquí donde ellas desean sentir “algo más”, aquello que tenían en el pasado y ahora lo han perdido.

La crítica constante y la falta de empatía sexual desatan la etapa de búsqueda y jugueteos fuera del hogar. Es aquí cuando ellas comienzan a fijarse más en el vecino, en los desconocidos, en los compañeros de trabajo y rápidamente comienzan a fantasear qué se sentiría estar con alguien más.

En esta etapa la mujer infiel desata todas sus fantasías con esta nueva pareja, en donde siente de nuevo la tórrida pasión propia de los primeros momentos del enamoramiento. Es aquí cuando comienza la etapa más delicada de dicho comportamiento porque comienza a comparar la satisfacción sexual con el amante con su pareja.

Para la doctora Langley, el peso psicológico aparece en acción porque la mujer infiel comienza a recriminarle a su pareja, desatar su mal humor sobre él y, de una manera indirecta y “sutil”, comienza a comparar las virtudes de “otros hombres” con él. 

Lentamente esta enorme carga emocional termina haciéndose insostenible y es cuando ella le dice a su pareja que “necesita un tiempo para ella”, cuya traducción real es “esto es el principio del fin”.

Ellas podrán engañar a sus parejas, pero no a sí mismas

De acuerdo a los resultados obtenidos por la plataforma de citas latinoamericanas, en la actualidad las mujeres son las que dan el primer paso para exigir el divorcio, casi en el 75% de los casos y su perfil suele estar claramente identificado: profesionales, de alrededor de 30 años y al menos 4 de matrimonio, quienes experimentan una crisis de madurez parecida a la de los hombres al superar los 40 años.

Si bien no es una generalización, los números obtenidos por las encuestas de opinión de Dulzon.net son muy claros y las razones suelen ser las mismas: la crisis de madurez femenina se refleja aún en casos donde la relación suele ser estable y exitosa, con un buen trabajo, estabilidad económica, expectativas para tener hijos. 

Tanto el descenso del deseo sexual como las fricciones suelen marcar el comienzo de la inminente crisis. 

La complicación de toda esta situación, ya de por sí difícil y compleja, suele aparecer cuando la mujer infiel desarrolla un apego emociona con el amante, lo que desarrolla un fuerte sentimiento de culpabilidad, más reforzado que en los hombres.

¿A quién elegir?

Eva Solanas, una importante psicóloga y terapeuta de parejas, sostiene que el mecanismo de defensa femenino actúa de manera diferente al masculino, es por eso que al desarrollar apego hacia el amante suelen justificarse afirmando que su pareja no la entiende o no la merece. 

Si bien cada pareja es diferente y cada razón de infidelidad es distinta, este patrón suele aparecer de manera constante.

Cuando llega a un punto insostenible, la mujer infiel suele sentirse atrapada entre dos mundos, igual de difíciles y complejos, sin sentir que puede haber una posible salida y con la indecisión de no saber a quien de los dos elegir”, explica. 

De acuerdo a la doctora Solanas, esta situación suele presentarse más compleja en un entorno machista por naturaleza como lo es el latinoamericano, y si a eso le agregamos la carga hormonal a la que suelen estar sometidas las mujeres, la situación se transforma en una auténtica pesadilla emocional.

Esto acarrea una carga de culpa, depresión y tristeza constante porque dicha indecisión puede durar años y se presenta igual al ciclo vicioso del drogadicto al repetirse una y otra vez que puede abandonar esa relación cuando quiera… pero nunca lo hace.

El paso decisivo

Finalmente se llega al paso decisivo que nunca es fácil y siempre es doloroso para cualquier mujer infiel: decidir si se divorcia y se queda con su amante, si vuelve con su esposo, o si sencillamente decide continuar sola. Cualquiera de estas decisiones suele ser difíciles y más si el complejo de culpa les impide ver objetivamente el problema.

En el primer caso, el divorcio representa el final determinante, un no-va-más y es un paso que deben hacer a conciencia, independientemente de si continúan o no su relación extramarital. 

Sea cual sea el resultado, el sentimiento de culpabilidad por haber roto su matrimonio es una carga muy pesada.

Si la mujer infiel decide retornar con su marido, en ocasiones eso ayuda a reavivar lo que una vez representó esa relación. En opinión de Solanas, “se trata de un resurgimiento, de un ave fénix que renace de las cenizas y a veces este sentimiento es positivo”.

La última opción es la más difícil, pero en algunas ocasiones la menos traumática porque representa un nuevo comienzo completo y una oportunidad para rehacer su vida. 

Al igual que en otras situaciones de pareja, la solución suele ser la comunicación, tener la madurez de hablar del problema y encararlo buscando solucionarlo por el bien de los dos.