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El FMI apuntó contra las políticas de Macri que fugaron el préstamo

“Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”, reza una frase atribuida a Napoleón que después se popularizó en otra de orden colectivo y político: “El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”. No discernir del bien y el mal tomando determinaciones irresponsablemente antojadizas en un proceso electoral es jugarse el futuro del país.

Eso es lo que pasó y pasa hoy en la Argentina. Los tres procesos neoliberales de la historia reciente del país: la última dictadura cívica militar, la década del 90 de Menem-De la Rúa y más recientemente el gobierno de la Alianza Cambiemos (Pro, radicales, Carrió) con Macri a la cabeza, terminaron en crisis socioeconómicas y de sobreendeudamiento externo que comprometieron y comprometen la vida de los argentinos y el futuro de la Nación.

Dicen que la tercera es la vencida; sin embargo, una buena parte de la sociedad no advierte o no quiere advertir las consecuencias directas que tiene la deuda externa en la vida cotidiana.

“Una deuda insostenible”

Quien se encargó de hacer un listado descarnado de esas secuelas fue el propio ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán en ocasión de la presentación del Presupuesto Nacional para 2022 en la Cámara de Diputados, la semana pasada, antes de ser rechazado irresponsablemente por la oposición.

Guzmán detalló los escenarios de incluir los pagos al Fondo Monetario Internacional en las cuentas públicas del año que viene en las condiciones del acuerdo que firmó Mauricio Macri. Un primer escenario implicaba “eliminar todos los subsidios a la energía y al transporte lo que hubiera significado un tarifazo enorme que hubiese sido insostenible”.

Otro escenario alternativo era para pagarle al FMI, “eliminar completamente la AUH y las asignaciones familiares, eliminar el programa Potenciar Trabajo, eliminar el Progresar, eliminar todas las políticas alimentarias, eliminar todo el resto de los programas sociales, no comprar ninguna vacuna Covid, eliminar todas las partidas corrientes a las provincias y eliminar el financiamiento corriente a todas las universidades y eso solo para el sector público, pero además hay que conseguir los dólares que no están”, detalló el ministro.

“Entonces, la verdad desde el punto de vista externo se le ha hecho un daño enorme a la Argentina que hay que ir resolviendo. La carga de deuda en moneda extranjera que le quedó a la Argentina era absolutamente insostenible”, sostuvo Guzmán.

Mirar para otro lado

Por el contrario, la gigantesca deuda externa es presentada por los medios hegemónicos de comunicación y por la oposición política actual como un problema de la macroeconomía escindido de la vida diaria. 

En este sentido, los diferentes fragmentos de Juntos por el Cambio (los que tomaron la deuda) buscan evitar que el  endeudamiento se transforme en el eje central del debate público y se esfuerzan en disimular los quebrantos generados por la toma del crédito en 2018.

A casi cuarenta años después de la noche más oscura que vivió la Argentina y a veinte de la mayor crisis de la historia del país, el neoliberalismo con Macri volvió a imponer los condicionamientos  de un programa del Fondo Monetario Internacional a la soberanía política y económica nacional.

Mientras el gobierno actual pretende desarrollar un programa productivo que demanda las divisas para el crecimiento económico interno, el Fondo y sus socios locales exigen que los dólares se orienten al pago de la deuda contraída irregularmente como un préstamo político para que el macrismo siguiera en el poder.
“La razón no era otra que ayudar a la reelección presidencial de Macri”, sostuvo Mauricio Claver Carone en el 2018, principal asesor político para América Latina del presidente Donald Trump, hoy titular del BID.

Lapidario informe 

Mientras la administración de Alberto Fernández formalizó anteayer el pago por casi 1.900 millones de dólares al FMI, correspondiente al segundo vencimiento de capital de este año del multimillonario préstamo Stand By que le otorgaron a Macri en 2018 por 57.000 M de dólares, aunque terminó recibiendo poco más de 44.000 millones, como señal de buena voluntad para continuar con las negociaciones para refinanciar la deuda, el organismo internacional dio a conocer una lapidaria auditoría sobre el crédito, que no sólo fue el más alto de Argentina, sino también el mayor en la historia del Fondo.

El informe señala: “Los directores lamentaron que el programa de 2018 no cumpliera sus objetivos de restaurar la confianza del mercado, reducir los desequilibrios externos y fiscales, reducir la inflación y proteger a los segmentos más vulnerables de la población”, reconociendo el fracaso del programa económico.

Además de un duro diagnóstico sobre las medidas que no se tomaron para evitar la fuga del dinero de ese desembolso, los directores señalaron que el gobierno anterior le impuso límites “las líneas rojas sobre ciertas políticas” al Fondo en dos puntos centrales, reestructuración de deuda y control de capitales, admitiendo indirectamente de que el dinero prestado financió la fuga de capitales.

De ser así, este último punto debería comprometer al propio organismo ya que el Convenio Constitutivo del FMI, en su artículo VI, prohíbe expresamente usar sus desembolsos para “hacer frente a una salida considerable o continua de capital”. También señala que el FMI “podrá pedir al país miembro que adopte medidas de control para evitar que los recursos generales del Fondo se destinen a tal fin”, algo que no ocurrió.

La denuncia penal contra Macri

Esta admisión, aunque indirecta en el board del Fondo, también tendría resonancia en la denuncia penal contra Mauricio Macri y varios funcionarios de su gobierno que la Oficina Anticorrupción radicó en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°5 a cargo de María Eugenia Capuchetti.

 La presentación,  reseña que el 20 de junio de 2018, el FMI aprobó un nuevo empréstito que fue destinado “a solventar la formación de activos externos, en perjuicio del Estado Argentino y de todo el pueblo de la Nación, que con el endeudamiento subvencionó las ganancias de los especuladores por la decisión de los denunciados”.

Con esos fondos, los funcionarios del gobierno de Macri “ejecutaron un programa criminal destinado a generar ingentes ganancias finales en dólares a personas físicas y jurídicas, las que fueron solventadas mediante el endeudamiento externo contraído por el Estado Nacional”.  

En el gobierno destacan el contenido del informe y lo consideran un paso necesario para avanzar de cara al acuerdo de refinanciación de la deuda y una ocasión para exigirle al fondo por el incumplimiento de sus propias normas mejores condiciones en los plazos de pago y la reducción de la sobre tasa que cobran por el sobre giro del préstamo por encima de los permitido para el país.

Fuente: La Mañana.