Policiales

El deterioro del sueldo ante la nafta, el súper y la construcción en 2018

Con la devaluación y el salto inflacionario, en 2018 los salarios de los argentinos perdieron toda la capacidad de compra que habían ganado el año anterior y se ubican, incluso, por debajo de los niveles de fines de 2015.

Los últimos datos oficiales llegan hasta octubre y muestran una caída del 10 por ciento en el salario real respecto de fines de 2017, lo cual podría profundizarse con los números completos de 2018.

Pero, como no todos los rubros se movieron igual en materia inflacionaria, los ingresos de las familias tuvieron pérdidas diferentes según los productos.

Cuando se comparan una remuneración neta promedio de los trabajadores formales del sector privado con el costo de la construcción en Córdoba, la canasta mensual familiar del supermercado que La Voz releva todos los meses y el precio de la nafta súper en la ciudad de Córdoba, la variación del poder adquisitivo es negativa en todos los casos, pero con diferencias entre uno y otro rubro.

Para 2019, es muy difícil que esta situación negativa se revierta, aunque las previsiones de los economistas señalan una leve recomposición.

Hacia abajo

En los primeros 10 meses de 2018, los precios al consumidor subieron 39,5%, mientras los sueldos promedio crecieron 26,3. Se calcula que, en los 12 meses del año pasado, los ingresos asalariados aumentaron 31% frente a la inflación de 47,6%, lo que implicaría una caída del 11% del sueldo en términos reales.

“Con los datos oficiales hasta octubre, el salario real estuvo en el nivel más bajo de los últimos ocho años. Se ubica un 19% por debajo del valor de diciembre de 2012 y es 12% inferior respecto de noviembre de 2017”, señala Gastón Utrera, titular de Economic Trends.

La dinámica en el tiempo es siempre similar: el dólar se atrasa, ocurre una devaluación que se traslada a la inflación y cae el poder adquisitivo de los sueldos, aunque cada vez se llega a un piso más bajo que luego no se recupera.

Marcelo Capello, presidente del Ieral de Fundación Mediterránea, remarca que “en un año con fuerte devaluación del peso, cayeron cerca del 40% el salario medido en dólares y el poder adquisitivo de bienes cuyos precios están altamente ligados a la divisa, los bienes transables como turismo en el exterior, automóviles, electrodomésticos, pero la pérdida es menor con los bienes no transables”.

Además de la inflación, en 2018, se sumó la recesión. “Ante la fuerte caída de la actividad económica (industrial, ventas de comercio, de servicios) y de la productividad, el salario real fue lo que ajustó para que los números de las empresas cierren”, dice Nadin Argañaraz, presidente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).

Por su parte, Alfredo Schclarek Curutchet, director ejecutivo del Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (Cippes), advierte que hay que ver más allá del promedio. “La dispersión entre los sueldos públicos y privados, y los formales e informales es mucho más grande que otros años”, subraya.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior