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En Córdoba, 49 “esenciales” cuestan 5,5% más que en Capital Federal

Suena lógico que los fideos Regio, que fabrica Molinos en su planta de Malvinas Argentinas, de Buenos Aires, estén más baratos en Capital Federal que en el resto del país. Son 35 kilómetros. Allá, los tirabuzones, los spaghetti y los coditos estarán a $ 21,28 el paquete de medio kilo. En la Región Centro y en Cuyo, a $ 22,45.

Pero lo que parece ilógico es que los productos que se fabrican en la provincia de Córdoba o en provincias más alejadas de Capital Federal que de Córdoba salgan a la góndola más baratos para los porteños que para quienes viven en las zonas cercanas a los centros de producción. Efectivamente, 49 artículos de la canasta de Precios Esenciales estarán más caros en Córdoba que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Y la diferencia es a cara de perro: todos costarán 5,5% más. El precio no refleja las diferencias logísticas que, naturalmente, inciden en cada producto.

Así se llega al caso de que el aceite Cada Día, que AGD elabora en General Deheza, estará en Córdoba a $ 93,37 y en Capital Federal, a $ 88,50. Para traer el aceite hasta Córdoba capital, se recorren 203 kilómetros y para llevárselo a los porteños, 654. El triple.

Arcor hace el puré de tomates en su planta de San Juan. Hasta Córdoba recorre 583 kilómetros y hasta Capital Federal, 1.162. Pero acá cuesta $ 28,49 y allá, $ 27. La mermelada de damasco que la cordobesa Dulcor incluyó en la canasta de esenciales se fabrica en Arroyito. Son 112 kilómetros de Córdoba. Llevarla hasta Capital Federal implica pagar el costo de 719 kilómetros. Pero allá se venderá a $ 49,50 y acá, a $ 52,23. El caso más insólito es el de los postres de Sancor: se hacen en Monte Cristo, a apenas 27 kilómetros de Córdoba. Hasta Capital Federal hay 708 kilómetros. Pero en Córdoba costarán $ 2,20 más.

La lista sigue. Lo cierto es que la región centro paga todo 5,5% más caro, excepto artículos de cuatro fabricantes: el azúcar Ledesma, el té Cabrales, los vinos Norton y los yogures Williner, los únicos con precio uniforme para todo el país.

¿Por qué?

En primer lugar, el propio Estado, árbitro de esa mesa “de caballeros”, convalida precios diferenciados y permite que Capital Federal tenga el privilegio de contar con una canasta más barata. En la Provincia de Buenos Aires cuestan 3,5% más; en el noroeste y en el noreste del país, 7% más; y en la Patagonia, 8% más.

Está claro que en la estructura de costos consensuada por empresas y fabricantes, en el transporte no incide lo más elemental: la distancia. Habrá zonas que subsidian a otras, pero el listado refleja que hay dos ganadores, la ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires. Que allí haya más consumidores no justifica que, al menos los artículos que se elaboran en otras provincias, estén más baratos en Buenos Aires. Y así sucede pese a que, desde la Secretaría de Comercio Interior de la Nación, indicaron a este diario que las diferencias obedecen “a los mayores costos en concepto de logística, que deben ser afrontados por el proveedor para llegar a cada región”. Pero eso no ocurre en muchos artículos.

Otras razones

En promedio, y muy en general, el 20% del valor de cada cosa que compramos corresponde al transporte en toda la cadena de valor. “Es muy jodido explicar cómo forman los precios las cadenas de supermercados. Si le vendés a una cadena, llevás tu producto a su centro de distribución, que está en Buenos Aires, y luego ellos lo mandan a cada localidad”, confiesa un empresario que participa con un producto en el listado. Si el producto va y viene, siempre arriba de camiones, el consumidor pagará en el precio todos los kilómetros recorridos. Si la mermelada de Dulcor va hasta Buenos Aires y luego vuelve a Córdoba, habrá hecho 1.414 kilómetros, cuando se encuentra a 112 de la góndola local. Así, con todos, con el agravante de que muchos productos se transportan refrigerados.

Eso consolida dos cosas: por un lado, un enorme poder del gremio de Camioneros, porque a su cargo tiene lo necesario y lo innecesario también. Por otro, un enorme poder para toda una cadena de intermediarios que, en el pasamanos, agregan costos.

“Puede ser que haya distintas políticas de comercialización, que por volumen se tengan productos con precios diferentes, pero también es cierto que en la distribución el intermediario representa un negocio; si alguien no está, no come de esa galletita”, dice Damián Di Pace, especialista en comercio minorista y asesor de Came.

Las cadenas de distribución pueden tener argumentos para justificar las compras centralizadas, pero no parece eficiente pasear los productos por medio país: el consumidor lo paga. Y, además, no lo sabe. Y como si fuera poco, el Estado se hace el ciego.

Otra posibilidad ante la diferencia de precio podría ser la carga impositiva, pero las diferencias no alcanzan a explicarla. La Provincia de Córdoba cobra 1,5% de Ingresos Brutos a la actividad industrial, al igual que Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba). La venta por mayor se grava con el 6,49% en Córdoba, el 8% en Buenos Aires y el 5,5% en Caba. La venta por menor en los tres distritos está gravada con el 5%. En Caba no hay tasa municipal, que sí en Córdoba y en la provincia de Buenos Aires. El gravamen, del 7 al 8,4‰ según el tamaño del supermercado, no justifica la diferencia.

Sí hay otra explicación, y hay que mirarla en el Indec. Para confeccionar el Índice de Precios al Consumidor, el organismo releva 39 aglomerados urbanos, pero después cada región tiene una ponderación diferente. Gran Buenos Aires y Caba explican el 44,7% del IPC, mientras que poco más de la otra mitad la explica el resto del país. Ergo, precios más bajos allí tendrán más incidencia en el número de la inflación. El Indec no revela qué marcas toma para confeccionar su índice. Pero es probable que sea toda la canasta de esenciales.

Desde mañana

Aún hay faltantes

El lunes pasado se puso en marcha el programa de Productos Esenciales, aunque el propio Ministerio de Producción dijo que desde mañana será de cumplimiento efectivo.

Pero en una recorrida de este diario por las principales cadenas se advirtió que hay poquísimos artículos.

En todos estaba ya la harina Morixe; Disco tenía los fideos Regio y el aceite Cada Día; en Wal Mart, con carteles fotocopiados, estaban las galletas Ópera, el tomate La Campagnola y los fideos.

Libertad también se sumó. “Libertad va a participar desde el lunes 29, con una muy buena propuesta; sobre los artículos que todavía están en producción, haremos el esfuerzo para ofrecer sustitutos hasta entonces”, indicó a este diario Diego Sabat, director de Legales y Relaciones Institucionales. Dijo que no habrá cupo, pero que sí se cuidará de que sea para abastecimiento familiar.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior