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El Departamento San Justo lidera el ranking de buenas prácticas agropecuarias

En la recta final de ese cumplimiento con los productores que validaron sus prácticas, la cartera agropecuaria dio a conocer los números que arrojó esta iniciativa en su segundo año de ejecución.

El año pasado hubo 3.147 productores beneficiarios; es decir, propietarios o responsables de establecimientos que se inscribieron en el programa, cargaron y validaron una o más prácticas y recibieron su aporte correspondiente. En comparación con 2017, cuando los beneficiarios fueron 1.807, el incremento durante el último ejercicio fue de 74,15 por ciento.

Si se suman además quienes fueron únicamente adherentes (productores que se inscribieron al programa, cargaron sus datos pero no completaron el proceso para la obtención del beneficio), la cifra en 2018 crece a 5.197.

“Se ejecutó la totalidad del fondo de 100 millones de pesos que se destinó para la iniciativa en el ciclo 2018. Otro dato importante que surge es el considerable aumento en la cantidad de prácticas que se validaron: 12.884 contra 7.774 de 2017”, precisa el informe elaborado por la cartera agropecuaria.

Esta mayor participación se reflejó en el incremento de la superficie agropecuaria que trabajó bajo el programa: 1.095.883,11 hectáreas, 57 por ciento superior a la de 2017, cuando el área fue de 697.817 hectáreas.

Departamentos y prácticas
En cuanto a la información por departamentos, San Justo renovó su condición de ser el principal aportante de productores para el programa, con 539 beneficiarios, lo que representó 17,13 por ciento del total provincial. Le siguió Roque Sáenz Peña, con 417 (13,25); Capital, 306 (9,72); Río Cuarto, 244 (7,75); Marcos Juárez, 208 (6,61); y Unión, 181 (5,75), entre los que tuvieron mayor adhesión.

De los 26 departamentos de la provincia, sólo en seis disminuyó la cantidad de productores, mientras que en el resto el número de beneficiarios creció.

En prácticas, entre las que mayor volumen de validaciones tuvieron, el primer lugar correspondió a “asociativismo”, con 2.825, seguida por “capacitación” (2.451) y por “el Plan Pecuario” (1.822).

Luego vienen “pasturas implantadas” (1636); “rotación con gramíneas” (1622); “nutrición de suelos (1024); “Indicagro” (585); “Plan Hortícola-Frutícola” (327); “conservación de suelos (100); “riesgos agropecuarios” (68); “manejo de ganadería integrada”, (63); “riego tecnificado” (20) y, por último, “agricultura sustentable certificada”, nueve validaciones.

“Para resumir en dos conceptos lo que significó el ciclo 2018, diversidad y territorialidad serían los más adecuados. Diversidad, porque las 13 prácticas que se pusieron en consideración para su validación abarcan todo tipo de producciones, cultivos y actividades agroganaderas; y territorialidad, porque en todos los departamentos hubo productores beneficiarios”, indicaron desde la repartición, a la vez que destacaron que el programa se desarrolló teniendo en cuenta el ingreso de productores pequeños, medianos y grandes.

Del procesamiento de los datos también se destaca que de las 12.752 cuentas catastrales que validaron buenas prácticas, 7.827 corresponden a no propietarios.

El dato permite inferir que gran parte de los arrendatarios que hacen usufructo de la tierra también trabajan cuidando los recursos naturales y con un criterio de sustentabilidad.

El programa de BPA tiene como metas principales conservar el suelo, hacer eficiente el uso del agua, innovar con tecnología, disminuir los impactos de las actividades, capacitar y, en especial, producir protegiendo los recursos.

Para alcanzar estos objetivos, el productor recibe aportes económicos según la cantidad de prácticas de adhesión voluntaria implementadas.

Fuente: Universal Medios. Universal Medios